Ontari milagrosamente llegó en buen tiempo al café donde Lexa la había citado la noche anterior, luego que le enviara ese extraño mensaje. No sabía bien de qué se trataba pero ella no dudó en asistir al encuentro con su hermana, aunque fuera bastante temprano para su gusto. Eran pasadas las ocho y treinta de la bendita mañana, y había trabajado la noche anterior en el Arcadia, asi que sus ojos estaban cubiertos por unos enormes lentes de sol.
Apenas había podido despertarse, aturdida por la alarma de su teléfono que sonó tan estridente que sintió que podía despertar a los mismos muertos. Fue todo un logro abrir sus pesados ojos, luego de unas cuatro horas de sueño, incluso casi pisa al viejo Tony. El pobre gato que se quejó al ser arrastrado con las sábanas de la cama hasta el suelo, con un claro "¡MIIIIIIIIAAAAAWWWW!", a modo de protesta a su torpe madre dormida, que apenas coordinaba los movimientos.
Al entrar al café bastante especial pero agradable diría ella, estilo retro, en el barrio italiano de la ciudad, notó en una mesa del fondo, junto a la ventana a su hermana con una taza humeante de café en la mano y unas tortas en un plato sobre la mesa. Se la veía bastante distraída mirando por la ventana, como muy en sus pensamientos. Ontari esperaba que no haya sucedido algo en su relación con Clarke, ya que la rubia detective no se la veía por ningún lado cerca.Caminó entre las mesas que estaban en su mayoría vacías, sin perder de vista a su hermana que seguía perdida con sus ojos en lo que ocurría afuera. Era una de esas mañanas heladas y además con una densa niebla, aunque el pronóstico del tiempo anunciaba buen tiempo para el resto del día, cuando esa niebla se disipara. Por suerte las nevadas habían cesado un poco los últimos días y las calles estaban algo más limpias y menos peligrosas.
Enseguida llegó a la mesa sin que Lexa se diera cuenta, hasta que se paró frente a ella tomando la silla y retirándola para sentarse. Fue cuando su hermana dió un respingo y la miró enseguida elevando sus ojos para encontrarse con su rostro aun medio oculto por los enormes lentes de sol...
- ¡Mierda O! Buenos días... Perdón, me sorprendiste... - Dijo Lexa llevando una mano a su pecho
- Si, buenos para ti también... Cielos, mejor que sea importante para levantarme de la cama a estas horas Lex... ¿Debo ir a por mi café en este lugar o hay mesera? – Preguntó con cara de pocos amigos Ontari mirando hacia todos lados, algo desesperada por esa cafeína para despertarse un poco.
- Si, no te preocupes, la camarera vendrá en unos minutos. Toma, aquí tienes la carta de los cafés y las comidas que tienen... - Ofreció Lexa empujando el menu hacia su hermana que aun tenía sus lentes de sol enormes puestos cubriendo su rostro.
- Lex... ¿Qué demonios hermana...? ¿Sabes la hora que es? – Se quejó Ontari tomando el menu para ver que se pedía, haciendo que Lexa se mordiera el labio inferior, sintiendo pena por haberla citado tan temprano.
- Lo siento O, sé bien que es de madrugada para ti y te agradezco que vinieras, aun con protestas... - Ontari curvó apenas sus labios procediendo finalmente a sacarse los lentes de sol, evidenciando unas enormes ojeras bajo sus ojos, que hicieron sentir aun peor a Lexa.
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Más que una mujer [Completa]
FanfictionCuando dos seres estan destinados a ser unidos, el Universo conspirará para que ello ocurra. Clarke es una problemática detective de la Boston PD, sobrellevando un gran cargo de culpa del pasado. Lexa es una profesora de baile de día y una sensual s...