Capítulo 28

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-    Hey... preciosa... buenos días... - Dijo casi en un susurro Clarke acariciando con sus labios esos tan dulces y tentadores de Lexa.

-    Hmmm.... Shuuuuhhhhh... - Apenas respondió Lexa sumergiéndo su rostro un poco más en esa mullida y calentita almohada

Era hora de levantarse y aunque Clarke había puesto su alarma, cuando Lexa le dijo que debía estar en la academia a las diez de la mañana de ese martes, parecía que la castaña no estaba por la tarea de despertarse aun

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Era hora de levantarse y aunque Clarke había puesto su alarma, cuando Lexa le dijo que debía estar en la academia a las diez de la mañana de ese martes, parecía que la castaña no estaba por la tarea de despertarse aun. La rubia la observó por un instante fascinada, o más bien con ojos totalmente enamorados, dibujando una tonta sonrisa en el rostro que no podía borrar. Más aun cuando luego de ese primer intento, Lexa trató de ocultar su rostro de la luz hundiéndolo un poco más en la almohada. La verdad era que Clarke se había despertado muy excitada y deseaba muchísimo hacerle el amor, y confirmando que aun quedaba un buen tiempo, ella pensaba seguir en su dulce intento de despertarla.

La noche anterior Lexa la había sorprendido apareciendo en su departamento casi a media noche, acusando que la extrañaba y que deseaba dormir con ella. Clarke sabía que esa noche Lexa le iba a decir a sus amigas todo. Pero además, la castaña le había comentado vía mensaje de texto, que también por la tarde se había encontrado con nada menos que la novia de su hermana mayor Lena, la periodista Kara Danvers, quien por casualidad había ido a la academia por unas clases privadas, y con quien por consiguiente había mantenido una larga charla muy emotiva, acerca de todo lo que le había ocurrido en esos doce años de estar desaparecida o incluso dada por muerta.

Estaba muy claro para Clarke que eran demasiadas emociones para un día, demasiado revolver en el triste pasado de Lexa y eso la afectaba, y la dejaba con un cansancio enorme físico y mental. Y la detective también no podía negar que adoró el hecho que Lexa la buscara para refugiarse en sus brazos, después de tanto movimiento emocional, dándole a entender lo importante que era ya en su vida.

Lexa estaba agotada y Clarke ni siquiera sugirió hacer el amor en cuanto entraron en su cuarto. Simplemente ayudó con mucha ternura a Lexa a sacarse las ropas, y solo quedarse en su tanga y una camiseta sin mangas que había llevado para dormir. Luego solo se metieron en la cama, acompañadas por los gatos de la rubia que enseguida tomaron su lugar. Brenda al lado de Lexa y Bowie y Blondie al lado de Clarke, como una gran familia.

Enseguida Clarke rodeó con sus brazos a su castaña quien se dejó sin quejarse esa noche, volviendo a quedar como la pequeña cuchara. Es que esa noche realmente necesitaba sentir ese cuidado, esos brazos protectores rodeándola, acunando sus sueños y su alma. Y para Lexa nada como refugiarse en esa rubia maravillosa, que en esa nueva etapa de su increíble vida había encontrado. Alguien que le daba espacio, respetaba sus tiempos y persona, la escuchaba, la apoyaba y la cuidaba, alguien de quien ella ya estaba perdidamente enamorada sin lugar a dudas.

Antes de dormir Lexa le había dicho a Clarke que necesitaba estar en la academia a las diez de la mañana, y que por favor la ayudara a despertarse de alguna manera, ya que se sentía tan agotada física y mentalmente que no creía poder despertarse por sus propios medios, aun cuando pusiera la alarma en su teléfono como solía acostumbrar.

Más que una mujer  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora