Capítulo 21

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Clarke estaba sentada en su mesa, algo nerviosa, esperando un mensaje de Lexa que le indicara que estaba lista para salir, así se iban como siempre lo hacían, ella tomando un taxi y estacionando en la puerta del Arcadia, para que Lexa se subiera y juntas ir a su departamento. De repente, se maldijo por no tener en cuenta la maldita noche especial de Año Nuevo. Eso significaba que, encontrar un taxi, iba a ser todo un reto.

También estaba furiosa con un estúpido que había volcado su vaso de cerveza sobre ella. Sus ropas olían a alcohol y la estaba enfermando, aun batallando con ir a la barra y pedirse una bebida. Pero se había mantenido firme a su deseo de seguir sobria. Era algo que quería hacer por Lexa, así que, a pesar de estar sufriendo, había vuelto a su mesa y había pedido que le trajeran un vaso de Coca-Cola con hielo, luchando con un sudor frío que la recorría por entero, y, ese maldito temblor de las manos.

En su camino de vuelta a su mesa, ese estúpido borracho se cayó prácticamente sobre ella, volcando sobre su chaqueta favorita, el vaso de cerveza que llevaba en la mano. Clarke no podía creer su maldita suerte, teniendo que sacarse la chaqueta y dejarla a un costado, estaba segura de que cuando saliera, se le iban a congelar las tetas, ya que apenas tenía una camisa negra debajo y no era una abrigada.

Todavía había un ruido infernal en el club, muchos gritos, música alta, algunas strippers bailando sobre el escenario y la gente por todos lados. Como era de esperarse, en una noche como esa, no faltaban los muchos ebrios por doquier. Clarke no veía la hora de irse de ese lugar, y no entendía por qué demonios Lexa se tardaba tanto en escribirle. Pero se dijo calmarse, tratar de no pensar en el olor que infectaba sus fosas nasales de alcohol y un poquito de paciencia en que su chica esté lista para irse.

Perdida en su lucha interna por no ir a la barra y pedirse algo fuerte, tratando de distraerse, mirando hacia todos lados en el atestado club, en cierto momento creyó escuchar el sonido de su teléfono. Agradeciendo a la providencia, con una sonrisa ya instalada en su rostro, creía que por fin Lexa estaba lista para marcharse. Pero en cuanto lo sacó de su bolsillo, vio en la pantalla que había un par de mensajes de un número desconocido, así como unas llamadas perdidas del mismo número.

Era algo extraño, pero en una noche como esa, de Año Nuevo, era muy común que la gente borracha marcara cualquier número, creyendo que llamaban a alguien conocido para desear un buen año. Decepcionada porque no era su chica, los ignoró corriendo la pantalla para borrarlos, y casi de inmediato vio que había uno de Lexa. La sonrisa volvió a instalarse en sus labios mientras abría directamente su teléfono, para leerlo completo, porque se notaba algo largo. Enseguida se le cortó la respiración y el corazón comenzó a agitarse, al encontrarse con un mensaje que no era de Lexa, pero de Ontari...

Lexa Woods

Clarke, soy Ontari, debes venir al sector de los privados, habitación tres. Es Lexa, está desmayada y necesito tu ayuda ya mismo. Dile al de seguridad que te encuentras conmigo, actúa normal, no llames la atención, en especial la de Roan si te lo cruzas...

Clarke saltó de su asiento, presintiendo lo peor, su corazón latía a prisa y le costaba respirar. Se movilizó entre la multitud lo más rápido que puso, usando todos sus conocimientos policíacos para ello. Empujando varios ebrios en el camino, y hasta alguna que otra camarera que la maldijo en buena forma, pero a ella no le importaba nada. Apenas podía pensar, y solo quería llegar a ese lugar cuanto antes. Por suerte no se encontró con Roan en ningún momento

A los pocos minutos, finalmente llegaba a su destino, y, tras dejarse revisar por el hombre de seguridad, entraba a ese pasillo que conocía bien. El de luces rojas y tenues y rostros apenas visibles de mujeres y hombres, que pasaban un buen rato, en privado. Se dirigió directo a la habitación número tres, golpeó la puerta un par de veces, y Ontari, desde adentro, le dijo de entrar ya que la puerta estaba sin llave.

Más que una mujer  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora