Capítulo 2

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Sadie:

Cada día se acercan mucho más mis maravillosas vacaciones, y por fin voy a poder ver a mamá en persona, voy a ver a mi amigos, ¡voy a ver a mi Finn y a mi cachorrito! Hago todo a las carreras, y ya no me importa si lo hago bien o mal, ¡sólo quiero que sea Sábado para volver a mi hogar!

-oye, bonita, ¿por qué tan apresurada?- todo era felicidad hasta que mis oídos se llenaron con la estresante voz de Alexander Portilla, uno de mis compañeros.

Me molestaba su manera de coquetear, no era tierna. Era morbosa. Daba asco, no se comparaba en nada con la de Finn.

-tengo que llegar a hacer maletas.

Comienza a tocar mi cabello y me hace sentir incómoda. Creí que le había dejado en claro que no me gustaba ese tipo de tratos la primera vez que quiso propasarse conmigo.

-¿dónde te vas? ¿Acaso me vas a dejar aquí solito?

-voy a casa, mi casa. Voy a visitar a mis amigos, mi madre y a mi novio- moví la boca de una manera exagerada para que se diera cuenta de que me estaba molestando el tenerlo cerca.

No quiero decir que todos los hombres colombianos son así de irritantes, algunos son demasiado buenos, como Sebastián, el nuevo novio de Ingrid. Ojalá todos fueran así de respetuosos.

-¿tu novio?- puse mi bolso en mi espalda y comencé a caminar. Sé que no me va a dejar tan tranquila y que me va a seguir insistiendo. Si me voy, me va a llamar. Es lo peor como intenso y acosador.

Nunca le di mi número, no sé de donde lo obtuvo.

-sí, mi novio.

Lo empujé y me abrí paso para poder liberarme de él. Conecté mis auriculares a mi teléfono y puse la música a todo volumen, así no iba a escuchar ninguna de las groserías que saliesen de su asquerosa boca.

Cuando llegué a casa, todos estaban almorzando. Ingrid dio un salto cuando me vio. Ella estaba igual o más emocionada, ¡tuvo las maletas listas una semana antes! El primo Dean también va a viajar con nosotros.

-hija, siéntate, yo te sirvo tu comidita.

Hago caso a lo que dice mi abuelita, dejo mi bolso en el piso y me siento en mi silla. Mi abuelita me sirve el almuerzo y comenzamos a hablar de lo que voy a hacer en estas vacaciones con mis amigos. También hablamos de cuando volveríamos y... Ella se pone triste, y no me gusta. Lo mismo pasó con mamá y se me rompió el corazón.

-todavía falta mucho para que nos vayamos definitivamente, abuelita- Ingrid le pone una mano en la espalda y se la acaricia- y cuando nos vayamos, te vamos a llevar con nosotras.

-¿y me dejan a mi solo?

Reímos. Esta vez me toca lavar los platos a mi, así que me espero a que todos terminen y se vayan de la cocina. Dean lleva a la abuelita a su habitación y se encarga de darle sus pastillas.

-no te sientes bien con algo, ¿Qué pasa?- me molesta que mi hermana me conozca tan bien. Sabe lo que pienso, lo que siento... Lo sabe todo de mi.

-lo mismo de siempre.

-¿el idiota de Alex?- asiento.

Ingrid comienza a toquetear mi cabello, y mientras yo enjuago los trastes, me comienza a hacer una trenza.

-vas a ver, un día le va a pasar algo que va a hacer que deje de ser un asqueroso idiota.

-¿algo cómo qué?

-se va a enamorar perdidamente de alguien, y ese alguien no le va a corresponder.

Juntos. (Fadie) #2 ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora