Capítulo 44

394 58 15
                                    

Finn:

-vamos, Finnie, cuéntame de nuevo la historia- ruedo los ojos. Millie es una intensa.

-¡pero si te la cuento todas las noches antes de que te duermas!- Millie pone sus ojos de perrito y vuelvo a entonar los ojos- está bien... Resulta que Ingrid me dio su número...

-¡así no! ¡Cuéntamelo como si fuera un cuento!

¿Puede existir una persona más fastidiosa que Millie Bobby Brown? Creo que no.

-había una vez- comienzo- una rana que le rompió el corazón a una hermosa princesa, la princesa lloró y todas las noches se desahogaba con su mejor amiga, la odiosa y fastidiosa doncella...

-solo doncella, gracias.

-y la chismosa doncella le contaba todo a la rana, y la rana cada vez se sentía más mal. Y después sucedió algo que volvió a juntar a la princesa y a la rana... Pero la princesa ya tenía a alguien, un plebeyo que pretendía ganarse su amor.

Millie me vuelve a interrumpir. Parece una niña pequeña.

-¿por qué tu eres una rana y Alex es un plebeyo?

-porque la rana se convierte en príncipe después de un beso de la princesa.

-bueno, pues ya se han dado miles de besos y todavía no veo que dejes de ser una sucia rana.

La miro y ella suelta una risita.

-¿me dejas continuar?-asiente- entonces, la rana y la princesa se dieron un beso una noche en la que la doncella tambien se había besado con el primo de la princesa.

-eso no tiene nada que ver en la historia.

-pero sucedió... ¿O no?.... La Rana habló con la princesa número uno, le dijo que quería volver a estar con su hermana y que le ayudara en eso. La princesa número uno se negó, y le dijo que no iba a dejar que rompa de nuevo el frágil corazón de su hermana. La Rana le rogó y le rogó y le rogó, hasta que la princesa número uno llegó a un acuerdo con la rana; lo iba a ayudar. La princesa número uno le iba a enviar detallitos a la princesa todos los días en nombre de la rana. Todos los detalles con una nota diferente. Pasaron dos meses y la princesa todas las noche le daba las gracias a la rana... Hasta que llegó el día... La Rana se había rendido y había decidido que era el último detalle. La nota de esta vez decía: piensa rápido: ¿ya estás lista para darme una segunda oportunidad?. La Rana había perdido todas las esperanzas, pero en la llamada de esa noche, la princesa le devolvió la felicidad con un despampanante: "sí, ya estoy lista y quiero darte una segunda oportunidad" y así fue como la rana y la princesa volvieron a estar juntos, con la princesa número uno y la doncella chismosa cuidando que el corazón de nadie salga desportillado en el intento.

Cuando me doy cuenta, Millie ya está roncando.

-buenas noches, Mills. Sueña con ranas y princesas.

Cuelgo la llamada, bloqueo mi celular y me dispongo a dormir.

Juntos. (Fadie) #2 ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora