Capítulo 66

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Marzo (tercer mes)

Finn:

Sadie estaba en mi casa, por fin pudimos tener un fin de semana para nosotros. Ambos estábamos al tope con todo lo de las clases y miles de cosas más. Sadie estaba de pie frente a mi espejo, con la camisa levantada. Daba vueltas, como si estuviera buscando algo.

Yo le tomaba fotos sin que se diera cuenta, me gustaba como se veía así, distraída.

-¡¿por qué no se me nota ya?! Leí en Internet que a los dos meses ya se comienza a notar, y yo ya tengo tres y nada.

Me levanto de hombros.

-bueno, desde un principio creo que tuvimos pistas de que tu embarazo... ¿No es normal? - hablé con miedo. Tenía miedo de que le molestara lo que dije y me lanzara el espejo.

Ahora, que ha empezado la universidad de nuevo, está más estresada de lo normal. No vamos a la misma universidad, así que supongo que otro cargo en su espalda es el hecho de que no tiene amigos todavía, y sé que le cuesta un poco adaptarse a todo lo nuevo.

Según yo, ya estamos de maravilla y el tema de Iris está escondido en algún lugar. No voy a decir que está en el olvido, porque estoy seguro de que a la primera pelea, lo vamos a volver a sacar a la luz, pero hace algunas semanas ya que no lo mencionamos.

Sadie se acuesta a mi lado en la cama y me abraza. Beso su cabeza y se me ocurre una idea maravillosa idea. Nos tomo una foto, Sadie levanta la cara por el ruido que hace mi celular al capturar el momento.

-otra- me sonríe a mi y después se acomoda para sonreír a la cámara. Se ve demasiado hermosa. La cámara de verdad que le favorece.

Capturo.

-ahora una así- acerca sus labios a los míos y no puedo evitar sonreír en medio del beso.

Capturo.

Comenzamos a hacer varias poses y a tomarnos fotos de mil maneras.

Mis favoritas son las del beso y la foto para la que se acomodó y puso mi cabeza en su vientre.

Quedamos en tomarnos una foto así cada mes para después formar un álbum para el bebé.

No quité mi cabeza de su estómago. Me gustaba oír como sus tripas crugian.

-Finn- acaricia mis rizos.

-dime.

-¿has pensado nombres?- niego.

Pongo una mano en la parte baja de su vientre, según lo que tengo entendido, en esa parte está el bebé. Comienzo a acariciar... La piel de Sadie es tan suave.

-me gustará cualquier nombre que Millie escoja.

-¿Millie?

Me levanto y me pongo a su altura. Sadie se vuelve a acurrucar en mi. Pasa una mano por mi cadera y entrelaza nuestras piernas.

-bueno, ambos sabemos que Millie tiene la palabra final- reímos y asentimos.

Ambos decidimos mandarle las fotos que nos tomamos a Millie, no sé porqué lo hicimos. Nos arrepentimos en el momento en el que vemos una de las fotos en el estado de Millie. No le pedimos que la borre, nos dio igual. Sadie y yo también decidimos publicar nuestra foto favorita.

Mamá entra en la habitación con una charola.

-leche con galletas- Sadie se levanta y se dirige hasta mamá- hice saladas y dulces. Cuando estaba embarazada de Finn, se me antojaban las dos

Sadie sonríe.

Mientras se queda un rato hablando con Mamá, yo recibo un mensaje.

Iris

Parece que están muy enamorados.

¿De verdad la amas, Finn?

¿Estas seguro de que quieres atarte de esta manera con ella?

Porque un bebé es eso, Finn. Una atadura que se hace con un nudo indestructible.

Elimino los mensajes. Sadie se acerca a la cama con la Charola en manos.

-te amo con toda mi vida- digo cuando ella se está llevando una galleta a la boca.

-y yo a ti- dice con la boca llena.

Río. Me siento en la cama y Sadie me lleva una galleta a la boca.

Me encanta cuando las hormonas del mal humor no están apoderándose de ella.

(...)

Mi sueño se ve interrumpido cuando siento que alguien me sacude. Sé que ese alguien no puede ser nadie más que Sadie, que se quedó a dormir conmigo.

-Finn- susurra- Finn, despierta.

-¿qué pasó?- logro decir. Tuve que hacer un gran esfuerzo para que las palabras salgan, y aún así, salieron roncas.

-quiero más galletas.

Me siento en la cama con cuidado. Me quedo mirando a la puerta, en trance.

-¡Finn!- grita- ¡quiero mas galletas!

-¿no quedan más en la charola?- niega.

-tú te las comiste todas.

Ella se las comió. Yo solo comí cuatro, si acaso.

-pues no hay- me vuelvo a recostar y me cubro con las cobijas.

-¡Finn!- pega un chillido- ¡Finn Wolfhard, tu bebé quiere comer galletas ahora!

Después de tanto tiempo, logra que me levante. Ambos bajamos a la cocina y comenzamos a buscar.

-no hay galletas.

-¿no?- pregunta con un tono que se asimila al de un niño pequeño- pero la pulguita quiere galletas.

Ay no, ya le puso un apodo ridículo al bebé. Nick y Papá dijeron que iba a pasar, mamá también lo había hecho.

-levanta a Mary para que haga más galletas, ¿si?- se cuelga de mi cuello como un mico.

-¿estás loca? No voy a despertar a mamá a las... - miro el reloj que está pegado en la pared- tres y veintiocho de la madrugada para hacer galletas.

Sadie sube las escaleras enojada y cuando llego a mi habitación, ya está recostada en la cama y supongo que dormida, porque su respiración es suave... Pero que rápido.

(...)

-Finn- me sacude- Finn, quiero helado.

Juntos. (Fadie) #2 ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora