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Elizabeth había planeado ese día con mucho cariño  junto a Taylor. Al llegar de sus compras le ayudó en cada detalle. Y no quiero que nos confundamos con las acciones de Elizabeth, estaba empezando a sentir y trataría de dejarse llevar, le gustaba hacer feliz a Harriet y en recompensa obtenía uno de esos abrazos que se estaban haciendo adictivos. La conexión que sentía con Harriet era tan fuerte porque iba más allá de una atracción, ciega no era y podía admitir que Harriet era hermosa, pero lo que había sentido en cuestión de días con ella la hacía desvariar. Algo que le había quedado muy grabado a Elizabeth fue lo siguiente: Yo no amo con tiempo, ni le doy tiempo al tiempo. Que el tiempo haga sus cosas por su lado... yo por mi parte, seguiré lo que dice alguien más sabio que el reloj: mi corazón. Elizabeth estaba muy consciente de sus acciones y de lo que estaba sintiendo.

Aquí no entraba la culpabilidad por querer rehacer su vida. Alex estaba muerto, y lo seguía amando, eso era algo que nunca iba a cambiar y que no quería cambiar, pero lo que si quería cambiar era la forma de vida que estaba llevando, Tuvieron que pasar más de 4 años para poder considerar el que alguien formara parte de su vida a un nivel más íntimo que una amistad: Ella quería amar y que la amaran, quería sentir y que la sintieran, solo quería darle una última oportunidad al amor. Y fue algo que no estaba buscando, fue algo que la encontró. Cerca del jardin Japones había dejado una detalle un tanto romántico para Harriet.

botanic garden

El Jardín Botánico de Nueva York, es uno de los principales jardines de Estados Unidos, se extiende sobre 100 hectáreas y se comprende de 48 jardines diferentes y colecciones de plantas. Destacan el río del Bronx y una cascada, 20 hectáreas de bosque histórico, y el Enid A. Haupt Conservatory que es el invernadero victoriano más grande de Estados Unidos.

-Creo que se volvió mi lugar favorito de New York- Miró a Elizabeth con un brillo en sus ojos, era simplemente perfecto. Todas esas flores, colores, el olor de la naturaleza, el lago y, lo que lo hacia aún mas perfecto era su acompañante.

-Me alegra saber que la primera vez que vienes aquí es conmigo.-Harriet la miraba con nervios, Elizabeth se estaba volviendo demasiado atenta con ella, y no quería acostumbrarse a algo que se acabaría en cuestión de días. Elizabeth tomó su mano con delicadeza y la miró con una intensidad que sintió sus piernas temblar, Harriet solo pudo tragar con dificultad porque ese contacto se sentía diferente que a los anteriores, notaba a una Elizabeth bastante distinta.-Tengo una pequeña sorpresa para ti... Sí, Harriet, una sorpresa para ti.-aclaró ante la mirada dudosa.

-Pero... Yo no te tengo nada.-Susurró

-Harriet no busco que me des algo a cambio, lo hice porque me nació hacerlo...-Porque disfruto verte sonreír cada segundo. La jaló de su mano hasta llegar al área del Jardín Japonés, Los estanques estaban llenos de peces y sus colinas rebosaban de árboles y arbustos en forma de nube, mantenidos por expertas técnicas de podado. Sabía que era el lugar indicado para poder tener la privacidad que quería.-¿Puedo?- Se acercó a ella lentamente con la intención de tapar sus ojos con sus manos, Harriet solo asintió, ¿ se trataba de un sueño? porque si era así que no la despertaran nunca. Elizabeth se acercó a su cuello y discretamente inhaló su perfume.- Espero que disfrutes este día tanto como yo.-Susurró en su oído logrando erizar el cuerpo de Harriet. Caminaron lentamente al picnic que Taylor le había ayudado armar junto con los encargados del jardín. Quitó sus manos de su rostro para que pudiera admirar lo que había hecho por ella. Había un gran manta blanca extendida en el piso con; baguettes, frutas, pasta, té , y una botella de vino. Cerca de la canasta había un ramo de flores junto a los libros que había comprado para ella.- ¿Cuándo pensabas decirme que hoy era tu cumpleaños?-La encaró con una sonrisa

-Y...Yo...- Tartamudeó

-Harriet se supone que serás mi alumna, resulta que el domingo en mi tiempo libre me tocó revisar documentos sobre los estudiantes extranjeros y , pues, ahí estabas tú. Harriet Price.

Your last love (SIN CORREGIR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora