La irreversibilidad del tiempo es el mecanismo que pone orden en el caos.- Ilya Prigogine
Elizabeth juntó su frente con la de Harriet y lo único que se podía escuchar era el sonido de sus respiraciones. Harriet no quería moverse, no quería hablar, no quería hacer nada porque no quería arruinar el momento. Pero no pudo evitar juntar sus labios con los de Elizabeth, y fue correspondido con una sonrisa. Empujó a Elizabeth hasta hacerla caer en el pasto y se separó de ella para verla a sus ojos.
-Oficialmente puedo decir que es el mejor cumpleaños de mi vida.-Le dijo sonrojada, mientras acariciaba su mejilla con su pulgar.
-Creo que debes de tener tantas preguntas... Pero podemos disfrutar los pocos minutos que nos quedan aquí, por favor...-Susurró y sin esperar una respuesta puso su mano en el cuello de Harriet y la acercó a ella. ¿Que tenían los labios de Harriet que se estaban volviendo tan adictivos? Tal vez si lo sabía; Harriet besaba tan bien, y sus labios encajaban a tal perfección que no quería dejar de besarla.- Lo intenté, juro que lo intenté...- Harriet se puso nerviosa al escuchar eso.
-¿Qué fue lo que intentaste?- Se estaba preparando para lo peor. Y no tenía sentido el nerviosismo de Harriet, Elizabeth solo lograba verla con cariño.
-¿Por qué te pones nerviosa? ¿Acaso no lo ves?- Enrolló en su índice un mechón rebelde del cabello de Harriet.- Traté de contenerme las ganas de besarte.-Harriet sonrió con alivio.- Pero no fuiste de mucha ayuda
-¿En qué momento pasó esto?
-Lo único que sé es que me gusta estar contigo...-Le dió un beso espontáneo y le indicó que ya era hora de irse. En silencio guardaron todas las cosas que utilizaron en la cesta. Harriet le extendió su mano y Elizabeth la tomó con una sonrisa. Tal vez puede parecer muy precipitado, pero ni Elizabeth ni Harriet lo veían así, lo único que lograba ver es que entre ellas había algo muy fuerte, una conexión que no podría ni explicar, pero solo bastaba con ver el brillo en la mirada de ambas para entender que se trataba de amor. Que el destino las hizo pasar por tanto, pero, las estaba recompensando con algo mutuo, con una relación que sería sana, y que estaría llena de cariño. Caminaron por la acera para tomar un taxi, aún era temprano pero estaba haciendo mucho frió, y lo menos que quería Elizabeth era una Harriet enferma.- Veo tanta inseguridad en ti Harriet, y no sabes como me duele no saber la causa de ello.-Aún seguían con sus manos entrelazadas, Elizabeth dejaba pequeños círculos con su pulgar en la mano de Harriet.- No quiero verte incómoda, si algo te molesta házmelo saber...
-Tu no tienes ni una idea de cuanto me gustas.-Dejaría atrás el pudor que quedaba en ella. Tenía que aprender a tomar riesgos así como lo hizo Elizabeth.-¿Recuerdas ese día en el parque?
-¿Cuándo fui un tanto intensa con el hombre que coqueteaba contigo?-Hariet asintió con una sonrisa.-Claro que lo recuerdo... Te había observado por tantos minutos que me catalogue como una acosadora...-Un taxi se paró frente a ellas.-Creo que seguiremos con esta conversación mañana, si es que estas dispuesta a salir conmigo y con Taylor, aunque también estarán Lexi y Hanna, ¿crees que sea un problema?-Harriet lo dudó, no quería invadir su espacio personal, ya había hecho mucho por ella.-No lo pienses mucho.-Le extendió un billete de 50 dólares al taxista.-Puede llevar a mi amiga a Chelsea, 9th Avenue, por favor, el cambio es suyo -Se acercó a Harriet y aunque moría por darle un último beso en sus labios, se lo dio en la mejilla.- Me escribes cuando llegues, estaré a la espera de una respuesta.
-¿Pero no vienes conmigo?
-No puedo.-Hizo una mueca.- Sé que si voy contigo no llegaré a casa y Taylor espera por mí.-Harriet la abrazó fuertemente, se sentía protegida cuando estaba entre los brazos de Elizabeth.
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Your last love (SIN CORREGIR)
RomanceLa vida nos golpea a cada uno de nosotros, nos lastima, nos hiere, nos rompe, nos derrumba. Ese era el pensamiento que tenía Elizabeth Dashwood sobre la vida. La muerte de su novio había acabado con ella. Llega un día en que aparece esa persona que...