La mirada del Licenciado Fox seguía centrada en el trasero de Elizabeth. Tomó su celular y disimuladamente empezó a tomar fotos al cuerpo del cuerpo de la Licenciada, su sonrisa iba en aumento por cada foto que tomaba. Moría por tenerla en la cama, quería hacerla suya y demostrarle que estaba a su nivel. Pero Elizabeth siempre se había negado a cada una de sus invitaciones. Ese hombre era demasiado egocéntrico para su gusto, simplemente no era su tipo, y él seguía sin entender, pues pensaba que se hacía la dificil cuando "él era el partido perfecto" pero estaba lejos de serlo: Se creía Superior, machista, misógino, antipático, materialista, y su EGO era demasiado grande, a tal grado de creerse superior a cualquier persona que caminara a su lado, solo ella estaba a su altura, pues Elizabeth no era cualquier mujer, sabía que venia de una muy buena familia y que era excelente en su trabajo, con un cuerpo que moría por poder tocar.
Cuando escuchó la noticia que se había comprometido con un policía solo se pudo llenar de impotencia, y el día que se enteró sobre su muerte lo celebró en la comodidad de su departamento, pues el muy ingenuamente pensaba que era su oportunidad. Elizabeth volteo a los lados buscando un lugar en el cual sentarse, y para su mala suerte la sala de maestros estaba llena. Pasaban de las 8:30 de la noche y estaba sumamente agotada. Observó como Fox abarcaba todo el lugar de uno de los sofás por tener sus piernas abiertas. Rodó sus ojos y se paró frente al hombre que tenía una sonrisa un tanto... diabólica. Fox la vió a los ojos con un poco de miedo, pues pensó que lo había descubierto en cuanto a las fotos sin consentimiento que le había tomado.
-¿Qué?-Preguntó groseramente.
-Estás abarcando todo el asiento, ¿podrías cerrar un poco tus piernas, por favor?-Él bajó su mirada a sus piernas, y devolvió su vista a Elizabeth con una sonrisa petulante.
-Con una condición.-Elizabeth alzó su ceja izquierda.-El lugar es todo tuya si aceptas salir conmigo.-Ella soltó una carcajada en su cara.
-¿Hablas en serio?-la risa seguía, y en realidad no le causaba gracia, solo quería provocarlo, ya estaba harta de soportar sus actitudes.-Entonces quieres una oportunidad.-Alzó sus cejas.
-Tu sabes que sí...-Tragó duro
-Escúchame bien. No te lo voy a repetir una vez más. Tú no tienes oportunidad alguna conmigo, no existirá un nosotros. J-A-M-A-S. ¿Entendiste o te lo dibujo?-Dijo ya desesperada.
-¿Te crees mucho, no?-Elizabeth no lo dejó terminar. Salió de la sala y se sentó en una de las bancas que había en el jardín de la universidad. Pasó ambas manos por su rostro. Solo quería salir de ahí para verse con Harriet. Los exámenes finales no les habían dado la oportunidad de pasar tiempo juntas, pero era viernes y por fin podría verla, no dejaría que nada arruinara su día. Tomó su celular para mandarle un mensaje a Harriet.
Elizabeth D: Dime que estás despierta
Harriet Price: Lo estoy. ¿Ya saliste?
Elizabeth D: Aún no. Muero por verte.
Harriet Price: Estoy preparando algo para cenar. Cuando llegues te puedo dar un masaje ;)
Elizabeth D: Eso suena bastante tentador, imposible rechazar una oferta así.
Harriet Price: Me marcas cuando salgas de junta, por favor. Te quiero.-Elizabeth estaba por contestar cuando sintió la presencia de alguien frente a ella. Bloqueó su celular y levantó su vista.
-¿Qué?-Le preguntó en el mismo tono que él había usado con ella minutos atrás.
-Eres una perra altanera.-Susurró muy cerca de su rostro.
-¿Crees que eso me ofende?-Dijo sarcásticamente.
-Vas a terminar sola. No puedes seguir rechazandome.-Elizabeth se levantó de la banca sin pensarlo, era mucho más alta que él gracias a sus Stilettos.
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Your last love (SIN CORREGIR)
RomanceLa vida nos golpea a cada uno de nosotros, nos lastima, nos hiere, nos rompe, nos derrumba. Ese era el pensamiento que tenía Elizabeth Dashwood sobre la vida. La muerte de su novio había acabado con ella. Llega un día en que aparece esa persona que...