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Vienna Austria
1 De enero

—Extrañaba tanto estar aquí.—Miró Sophia con melancolía.

—Pero ya estás aquí... Eso es lo importante.—Elizabeth fue emboscada por un fuerte abrazo.

—Sophie...—Acarició suavemente su espalda, tratando de calmarla.

—Perdón—Limpió sus lagrimas y deshizo el abrazo un tanto avergonzada.

—¿Puedo saber exactamente por qué te disculpas?

-Por manchar tu saco.-Y ambas rieron.

-El Saco es lo de menos.-La miró con una sonrisa cuando se separaron del abrazo

-Pero es Carolina Herrera...-Musitó

-No me interesa... Sophie.

Elizabeth tenía 8 días de haber llegado a Vienna y su nivel de felicidad era indescriptible, tenía años añorando que llegará ese día y llegó, así sin meditar, sin planear, llegó de la mejor manera, y bien dicen; que las cosas sin planear son las mejores. Y eso también había pasado con la llegada de Harriet a su vida. La presencia de Harriet se sentía así:

Era luz
Cuando todo,
todo,
todo este jodido mundo
Solo logra brillar por su oscuridad.

Harriet era luz en mi vida.
Era luz en mi caos
Porque yo soy caótica, se los puedo jurar
Era el desorden de todos mis miedos
Mis fobias
Mis desastres
De mis noches
Y ella era esa luz en mi oscuridad

El día que dejé a Harriet en el aeropuerto me quedé llorando en el auto y no era porque ella se iba. Fue más bien el miedo que empezó a tomar control de mi cuerpo y de mis pensamientos. Y empezaron esas preguntas: ¿Es correcto lo que está pasando entre nosotras? ¿Existe la posibilidad de que yo le corresponda de la manera que ella debe ser correspondida? ¿En que me estoy metiendo? ¿No es demasiado rápido? ¿Fue correcto que la besara? Y eran tantas mis preguntas sin responder, pero ya no había vuelta atrás. Lo que si podíamos hacer era actuar con madurez y hablar las cosas porque la comunicación es la clave para todo. No dejaría que mis pensamientos arruinaran eso que estaba sintiendo. Sabía que Harriet me estaba ocultado algo, decidí dejarlo de lado y que ella lo hablara conmigo cuando se sintiera cómoda, ese día seguía sin llegar, pero, no pensaba presionarla. Harriet y yo teníamos un pasado complicado, pero nuestro futuro no tenía porqué ser complicado, sí, a Harriet ya la contemplaba formando parte de mi futuro, y no necesariamente como "mi novia" solo sé que ella sería parte de mi futuro porque Harriet no era cualquier persona y no llegó a mi vida para ser una persona más en mi vida. Lo gracioso es que lo supe desde el primer día que la vi correr, y fue más gracioso el día que la ví en la biblioteca. No era creyente de las casualidades ni del del destino, pero eso que estaba pasando entre nosotras me hacía dudar de todos y cada uno de mis pensamientos.

Sophia decidió llevar a Elizabeth a un lugar donde se podían romper platos, y ambas lo habían disfrutado tanto. Se pusieron un traje de seguridad para evitar lastimarse, cada plato por romper costaba un dólar, y fue tanta su adicción que habían gastado más de 200 dólares entre las 2. Con la música a todo volumen, los colores del lugar y con más de 200 platos a su disposición pasaron uno de los mejores momentos juntas. Ah, que bien se sentía poder sacar toda esa ira que tenían dentro de ellas. Con una sonrisas despreocupada salieron del establecimiento a las 11:30 p.m.

-Necesitamos volver.-Habló la más grande mientras se subían al auto. Un Mercedes-Benz GLE Coupé color negro esperaba por ellas y está vez ella estaría en el asiento del copiloto, pues Sophia cuidaba tanto de su auto.

Your last love (SIN CORREGIR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora