Escenas anteriores a este capítulo:
Con mucha astucia, Robin logra detener el intento del príncipe Juan de encontrar su guarida y rescata el oro de los aldeanos robado injustamente.
En la actualidad:
Narradora
Pensamiento de Marian:
Las pequeñas mentiras llevan a mentiras más grandes, y las mentiras grandes son castigadas, pero por mantener este secreto... Yo recibiría cualquier castigo. Si el príncipe llegara a enterarse de seguro me regresaría con mi tía, es lindo pasar tiempo con ella, dónde no hay servidumbre, ni nobleza que te siga a todas partes. En casa de ella, puedo ser yo misma sin tantas reglas, cuando estoy allí disfruto del enorme jardín donde se reúnen aves de todos los colores, y cada mañana cantan para despertarme, aunque es hermoso, no podría soportar estar lejos de mis amigos, mucho menos lejos de Robin, simplemente no podría. En el tiempo que lo conozco he aprendido que personas como el no se conocen a diario, y por eso lo amo tanto, y por eso adoro pasar tiempo con el, los chicos y Scarlett, justo como ahora...
Fuera del pensamiento de Marian:
Narradora:
Después de recuperar el oro de las manos del príncipe Juan, el equipo decidió devolverlo a sus dueños legítimos cuanto antes. Los aldeanos agradecían siempre que Robin se hubiera cruzado en en el camino. Marian también agradecía haberse encontrado con el chico de ojos verdes y cabello naranja, al igual que Robin estaba honrado de haberse encontrado a la ojiazul que le robaba el sueño, le sacaba suspiros y lo hacía ser valiente hasta en las peores situaciones.
Tras haber recaudado el cariño y la admiración de la aldea, nuestro equipo se reunió nuevamente en la guarida secreta, el aburrimiento estaba haciendo de las suyas, cuando a Scarlett se le ocurrió una idea.
Scarlett: Oigan chicos, que les parece si jugamos a las escondidas para no aburrirnos, ¿qué opinan?.
Pequeño Juan: ¡Si! Me gusta esa idea.
Robin: No lo creo chicos, sigo un poco aturdido por el hechizo que Marian me lanzó anoche - todos se giraron hacia la princesa, mientras que ella solo se reía nerviosamente.
Tuck: Todos podemos divertirnos Robin, acepta por favor.
Marian: Yo si jugaré
Robin: De acuerdo yo también.
La primera en contar fue Scarlett, quién encontró a Robin casi de inmediato, al chico lo delató la parte superior de su arco, le siguió Tuck, que se había entretenido en tratar de entrar a la cocina para prepararse un sándwich, después encontraron a Marian, que había sido vista por Robin cuando trataba de subir las escaleras al piso superior en búsqueda de un escondite mejor, por último, los cabellos del Pequeño Juan sobresalieron por sobre la mesa que hacía de comedor.
Scarlett: Ya que encontré a todos, Robin, debes contar.
Robin: Pero, ¿yo por qué?.
Scarlett: Porque te encontré primero - dijo la chica riendo.
Robin: De acuerdo, ¿hasta qué número?
Tuck: Hasta el veinte, por supuesto.
Robin se giró hacia la puerta con los ojos cerrados y comenzó a contar.
Robin: Uno, dos, tres, cuatro, cinco - Tuck se metió bajo el comedor - Seis, siete, ocho, nueve, diez - Scarlett corrió a la cocina - Once, doce, trece, catorce, quince - Pequeño Juan se escondió junto a Tuck - Dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve - Marian llegó al segundo piso, donde dormían los chicos - Veinte, listos o no, allá voy.
El juego apenas empezaba y Tuck salió de abajo de la mesa gritando. Había visto una araña. Robin rió al tiempo que veía al Pequeño Juan junto al escondite de Tuck, buscó un poco más en los alrededores de la mesa, pero se desepcionó al no encontrar a ninguna de las chicas, en especial a su ojiazul favorita, se dirigió hacia un pequeño muro improvisado que hacía la división entre la sala y la cocina, aún era frágil, un movimiento en falso y...
Scarlett se había apoyado en el muro y como era reciente su instalación se había caído levantando una pequeña nube de polvo, lo que demostraba que había que hacer limpieza.
Scarlett: Ups... - se notaba el nerviosismo en su voz.
Robin: No te preocupes, solo es cuestión de ponerlo en su lugar - se giró hacia los chicos - Ayuden a Scarlett, yo seguiré buscando a Marian.
Robin: Marian, ¿estás ahí? - no hubo respuesta, solo un silencio prolongado - Los chicos están abajo - nuevamente el silencio - Sabes que no bromearía con eso.Marian: ¿Cómo sé que me estás diciendo la verdad?
Robin: ¿Qué necesitas para creerme? - dijo apareciendo detrás de la chica sobresaltándola.
Marian: Ustedes tienen un hábito horrible, ¿sabían?
Robin: ¿Ah si?.
Marian: Si.
Robin: ¿Y cuál es ese hábito horrible según tú? - dijo acercándose con una sonrisa en el rostro.
Marian: El mal hábito de acercarse sin avisar.
Robin: Sabes, hay algunas cosas que no necesitan de aviso.
Marian: ¿Cómo cuáles? - dijo la chica con una sonrisa y la ceja izquierda levantada -
Robin: Como éstas - acortó la distancia entre sus labios y los de la chica.
Narra Marian
Una chispa de emoción me recorre la espalda, y una astilla emocionante de lo prohibido me atraviesa completa y mis piernas flaquean, inconcientemente enredo mis brazos en su cuello, y siento sus manos en mi cadera, lento, realmente tomándose su dulce tiempo, pero aún así se las arregla para hacerme quererlo aún más, aunque estoy casi segura de que no se puede querer más a alguien. El rompe nuestro beso y pego mi frente a la suya.
Scarlett: Robin, terminamos ya, bajen, ¿ya la encontraste no?
Nuestras frentes se separan.
Robin: Si, emm... Ya bajamos.
Marian: ¿Seguro que hay que bajar? - pregunto en voz baja.
Robin: - él ríe - Vamos, no te pongas difícil.
El resto de la tarde transcurrió normal, nos la pasamos entre risas por las ocurrencias de Robin y el Pequeño Juan, y alguna tontería que hacía Tuck, estaba oscureciendo y era hora de volver.
Marian: Debo volver, adiós chicos - dije levantándome - Mañana tengo clase con Lady Rohesia temprano, y tengo que ir con ella al mercado.
Scarlett: Yo voy contigo - se levantó.
El camino a casa fue silencioso, al llegar al castillo me despedí de Scarlett, ella debía ir con su madre. Cené junto a mi soledad y mis pensamientos, deseando que Robin entrara por la ventana del comedor y cenara conmigo para hacerme compañía, pero no era así, él estaba con sus amigos, riendo y tal vez, pensando en otra chica que si pueda darle lo que yo no, una relación sin necesidad de que haya que esconderse de todos, hasta de sus propios amigos. El príncipe y Lady Rohesia habían cenado juntos. Me retiré a mi alcoba y me preparé para dormir, antes de poder conciliar el sueño, inconcientemente puse mis dedos sobre mis labios, recordando el beso... Recordando a Robin.
1144 palabras 💚💙
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Juntos en Sherwood - Terminada
RomanceEstaban enamorados... Se notaba por la forma que se miraban entre si... Como si tuvieran el secreto más maravilloso entre ellos.