Capítulo 32: El molino del príncipe

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Escenas anteriores a este capítulo:

Cuando una tormenta destruye el molino, descubren que un caballo lo hace funcionar. El principe Juan quiere requisar, así Robin debe ocultar a todos los caballos del pueblo.

En la actualidad:

Todo marchaba bien con respecto al molino, todos cumplían su trabajo y todos recibían su parte.

Marian descubrió a Scarlett mirando al Pequeño Juan un par de veces con disimulo. Scarlett notó que la había visto pero no se inmutó aunque sabía que su amiga se moría de curiosidad por saber lo que pasaba. Trató de sobrellevar todo con naturalidad aún cuando quería contarle todo lo que sucedía.

Tuck: Hey Marian - susurró al volumen justo para que ella lo escuchara - Hey - la chica volvió el rostro hacia ellos - Ven aquí - le hizo señas con las manos mientras ella extrañada se les acercaba.

Marian: Qué pasa - Robin la tomó por la muñeca apartándola de toda la gente que hablaba y se entretenían entre ellos. Tuck les siguió - Ya en serio que les pasa - trató de acomodarse el cabello despeinado aunque la mano de Robin pegada aún a su muñeca no ayudaba.

Tuck: Queremos saber qué pasa entre Scarlett y el Pequeño Juan - sonrió con picardía.

Marian: ¿Te importa? - se quejó a Robin quien la soltó al instante - Ya somos dos - se giró para ver a su amiga quien reía con el chico mientras se bajaba del caballo.

Tuck: Pero tú puedes saberlo. Ve, pregúntale que tienen y luego puedes decirnoslo.

Marian: Se supone que confía en mí, no puedo hacer eso.

Tuck: No debes contarnos todo lo que hablen, solo si le gusta el Pequeño Juan, nosotros haremos el resto.

Robin: Solo es un sí o un no - Marian deliberó largos segundos para finalmente soltar un pesado suspiro y aceptar.

Se encaminó con decisión pero con la respiración agitada a causa de sus nervios. Ya estaba mal romper el corazón de alguien que no lo merece, estaba mal y lo sabía. Era peor engañar a su amiga para obtener información personal y luego divulgarla. Pero ahí estaba, haciéndolo de todos modos.

Marian: Scarlett... - dijo suavemente, ella respondió girandose y sonriéndole. Por un momento si quizo retirarse pero algo se lo impidió, como si estuviera pegada a la tierra no pudo moverse y sin más remedio tuvo que aclararse la garganta para continuar - ¿Podemos...? ¿Podemos hablar?

Scarlett: Claro - se giró hacía el chico que sostenía las riendas del animal - Supongo que hablaremos más tarde - Pequeño Juan asintió feliz - Vayamos a caminar un poco - le sugirió a su amiga.

Marian: Vayamos - aceptó y juntas a pasos lentos fueron desapareciendo de la vista de los tres chicos entre los árboles.

Scarlett: Sobre qué querías hablarme.

Marian: Acerca del Pequeño Juan y tú - mantuvo la vista fija a los lados evitando a su amiga.

Scarlett: Exactamente qué - aunque no podía verla sabía que se había sonrojado.

Marian: Pues... Ya sabes... ¿Te gusta?

Scarlett: Si.

Marian: No esperaba que fueras tan directa.

Scarlett: Aquí quienes no aceptan sus sentimientos son mi primo y tú.

Marian: No creo que haya nada de lo que dices entre nosotros dos.

Scarlett: De verdad no entiendo cómo pueden negar tanto algo tan obvio.

Marian: ¿Me creerías si te digo que no se lo que pasa?

Scarlett: Si, por supuesto - Marian dió media vuelta.

Marian: Regresemos. Tengo que hablar con los chicos - sin esperar una respuesta afirmativa empezó a caminar de regreso con la cabeza gacha.

Scarlett, aunque extrañada por el comportamiento de su amiga, decidió no preguntar para no entrometerse.

Continuaron en un sepulcral silencio hasta que estuvieron de vuelta.

Marian les hizo una señal a los dos chicos y se acercaron.

Marian: Si. Le gusta - ambos se miraron con satisfacción.

Robin: Luces cansada - observó pero no recibió respuesta - ¿Quieres que te acompañe al castillo para que puedas descansar?

Marian: No - se apresuró a decir - Creo que ahora que no está el príncipe voy a poder descansar mejor, pero no es necesario que me acompañes. Quédate aquí y diviértete.

No dijo más y se apresuró a irse. Trataría de sentirse mejor con un buen descanso, además, estaba segura de que nadie la extrañaría. No había por qué quedarse, ¿no es verdad?

693 palabras 💚💙

Juntos en Sherwood - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora