Juntos en Sherwood - Terminada

Capítulo 25: Palomas mensajeras

Escenas anteriores a este capítulo:

Robin debe hacer lo imposible para encontrar a una paloma mensajera que en una de sus patas lleva la prueba de que Marian es una hechicera.

En la actualidad:

Marian: No entiendo qué salió mal - se quejó mientras volvía a repasar el hechizo.

Robin: No te preocupes, lo harás mejor la próxima.

Marian: Eso espero - Robin le sonrió.

Les interrumpió el sonido de tres golpes suaves en la puerta.

Sheriff: ¿Marian? Me preguntaba si podría intentar convencer al príncipe de retomar la idea de Blas - la paloma aleteaba frenéticamente como desde el principio.

Robin: Va a entrar - advirtió - Será mejor que yo no esté aquí cuando lo haga - iba a escabullirse para salir pero Marian lo detuvo tomándolo por el hombro.

Marian: Será mejor que yo tampoco - Robin le volvió a sonreír.

Salieron por el balcón.

Robin: Debemos atar esto por aquí para poder bajar - Marian obedeció y enlazó la cuerda que Robin tenía en su bolso al muro para poder bajar.

Sheriff: ¿Estás ahí? - insistió impaciente.

Marian: Rápido, no debe tardar en entrar - advirtió alternando miradas nerviosas entre Robin y la puerta de su cuarto.

Robin: Está listo - terminó de comprobar el nudo de la soga - Vámonos - se colgó de la cuerda y descendió lentamente.

Marian: De acuerdo - repitió las acciones de su compañero - Lo siento Sheriff, no puedo ayudarlo - dijo antes de que su cabeza dejara de ser visible desde el otro lado.

El Sheriff abrió la puerta de la habitación bruscamente.

Sheriff: ¿Se encuentra bien? - preguntó preocupado mientras la buscaba por los rincones. Ambos chicos se asustaron cuando el Sheriff se asomó al balcón - ¿A dónde habrá ido? - ninguno de los dos había llegado a la mitad del camino, pero el hombre no miró hacia abajo. Se limitó a observar el bosque de Sherwood, tan calmado como siempre.

Ni Robin ni Marian se atrevieron a respirar un poco más fuerte o a abrir la boca para decir algo, un solo paso en falso y estaban acabados.

Sin embargo el Sheriff regresó por donde vino y ambos llegaron al suelo sin contratiempos mayores.

Marian: ¿Crees que el Sheriff husmee entre mis cosas? - le preguntó mientras limpiaba un poco su vestido. Se había caído al último momento y estaba llena de césped.

Robin: No lo creo - le extendió la mano para ayudarla a levantarse - Y si así fuera no creo que encuentre nada incriminatorio.

Marian: Salvo los libros de magia - tomó la mano y él la atrajo con fuerza. Ella se quedó abrazada a Robin, fue correspondida de inmediato. - ¿Puedo preguntarte algo? - el joven aclaró la garganta afirmativamente - ¿Por qué siempre te disfrazas de bufón? - se separaron.

Robin: Pues... - pensó bien la respuesta mientras caminaban en dirección al bosque - Mi padre siempre decía que "el bufón puede tomarse libertades que el caballero no se toma" - explicó.

Marian: ¿A qué te refieres? - le miró atentamente mientras esperaba la respuesta.

Robin: Supongo que Enigmus si puede decirle la verdad al príncipe y burlarse de él sin represalias.

Marian: Entonces, ¿lo haces para que se dé cuenta de ciertas cosas? Como lo de Harry.

Robin: Así es. Por otra parte, me gusta estar en el castillo sin la necesidad de huir.

Marian: Como la vez que el Principe recaudó impuestos en medio de la noche y los devolvimos antes de que salieran de la aldea.

Robin: Si - corroboró y empezó a repasar lo que había pasado durante esas noches - Hablamos mucho en aquellas ocasiones.

Marian: Y fuimos muy sensatos - continuó la oración - Hasta qué un día solo dejaste de ir.

Ya había pasado casi una semana, pero no se atrevía a quedarse por más tiempo del que fuera necesario.

Marian: Por eso me decidí a venir - añadió.

Ninguno dijo nada más, Tuck y el Pequeño Juan venían caminando y hablando, justo como ellos. Marian si les habló, preguntándoles de dónde venían y ese tipo de cosas, pero Robin seguía en silencio.

Tuck: Vayamos a la aldea, necesito algunas cosas.

Todos accedieron a acompañarlo.

668 palabras 💚💙