Capitulo 16: La estatua del principe

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Escenas anteriores a este capítulo:

Robin le da una lección de humildad al príncipe Juan, quien tiene a un escultor condenado a ensalzar su supremacía sobre el joven forajido.

En la actualidad:

Las chicas se fueron, dirigiéndose hacia la aldea para devolver el dinero, mientras tanto, los chicos iban en dirección a la guarida, luego de un día de trabajo un largo descanso era todo lo que se podía pedir.

Robin se detuvo poco después de empezar la carrera. En su mente seguía, intacto, el recuerdo del día anterior.

El joven se esforzaba por dirigir a Marian palabras para consolarla y animarla, pero sentía como se agrupaban en su interior las nubes de una tormenta que no acertaba a adivinar. Misterios del pobre corazón humano: la anhelada presencia del joven le trajo el recargo de la oculta pena que le había atormentado todo el día.

Creía que estaba a su lado el frío cadáver de su dicha soñada. Quien a su lado estaba, sin embargo, era la única mujer que le había inspirado verdadero amor y quien trajo esa dicha que repentinamente ya imaginaba muerta.

Marian guardó silencio, mirando embelesada y con enorme ternura la faz de su amante, bañada por los rayos de la tarde, fuertes y calurosos.

Volvió a la realidad de golpe, encontrándose de repente rodeado de árboles y en una absoluta soledad.

Lo pensó. Caminó en círculos dándole vueltas al asunto. Se decidió.

Corrió lo más rápido que pudo, sabía que podía cambiar de opinión y no quería regresar después de haber estado tan decidido.

En la entrada de la aldea paró la carrera y caminó con cautela, cerciorándose de que no habían guaridas cerca. Estuvo seguro luego de unos vistazos.

Las chicas terminaron de devolver el dinero. Robin se les acercó.

Marian: No fue nada - despidió a un hombre, que se alejaba con una bolsa en las manos.

Robin: Hicieron un buen trabajo - fue el saludo.

Scarlett: Gracias. ¿Qué estás haciendo aquí?, pensé que querían descansar.

Robin: En realidad no me encuentro tan exahusto, por eso quise venir, quería saber cómo estuvo todo con respecto a la entrega del oro.

Scarlett: Ya conoces como son todos aquí. No hubo ningún inconveniente. No creo que debas preocuparte y venir - dijo un poco alterada.

Marian: Creo que solo quería ser amable y saber cómo estábamos. Ve a caminar un poco Scarlett, de seguro que con eso te relajas - su amiga le obedeció. A veces se agobiaba por las responsabilidades de su trabajo y las personales - Ahora si, cuál es la verdadera razón por la que viniste - preguntó cuando la otra chica se fue.

Robin: Quise saber cómo estuviste luego de la conversación que tuvimos ayer.

Marian: Creo que nosotros también debemos ir a caminar - sugirió y comenzó la marcha seguida por el chico - Me sentí muchísimo mejor después de decir todo eso en voz alta - le explicó luego de caminar un poco en silencio - Luego noté que nunca respondí nada a todo lo que me dijiste porque no tenía idea de qué decirte en ese momento. Lo cierto es que tampoco tengo idea ahora - suspiró resignada apartando la mirada - Yo no sé si algo cambió.

Robin: A qué te refieres con que algo cambió.

Marian: Me refiero a que todo se sentía natural al principio, como si nunca fuera a terminar. Ahora no estoy segura de querer pasar más tiempo ocultándome como si estuviera cometiendo algún delito.

Robin: Marian, no puedo prometerte que voy a cambiar todo en un día o dos, lo siento. Lo único que puedo pedirte es que tengas paciencia porque pienso resolverlo todo, solo dame un poco de tiempo.

Marian: No importa cuánto te tardes en resolverlo todo, estaré aquí.

Scarlett: Finalmente los encuentro chicos - se les acercó corriendo - No los encontré en dónde nos separamos y me preocupé al ver varias rondas de patrullaje.

Robin: Creo que esa es mi señal para retirarme. Adiós chicas, saluden al príncipe por mi - desapareció en un callejón riendo.

Scarlett: ¿Tuvieron una charla interesante?

Marian: Más o menos.

662 palabras 💚💙

Juntos en Sherwood - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora