Escenas anteriores a este capítulo:
Un oportunista suplanta a Robin para robar a la gente del pueblo.
En la actualidad:
Los guardias arrestaron a Táramis, uno por uno los aldeanos se fueron retirando, con el ladrón atado de manos se esperaba que ya no hiciera tanto daño. Nuestros héroes consideraron seguirlos para evitar desastres, los gemelos, quieres llevaban al prisionero, podían causar contratiempos, pero se decidieron a no intervenir, el día fue agotador y al siguiente podían encargarse del asunto si algo malo sucedía.
Marian los miró una última vez antes de seguir por su camino en compañía de los guardias. Nadie sabía que hacía en ese lugar pero tampoco les interesaba. Si no era una ficha importante del ajedrez del príncipe, en dónde por cierto él es el rey, para nadie era importante. Precisamente por eso los escoltas no tardaron en alejarse de ella para hablar y reír entre ellos. Marian no hizo ni dijo nada. Los gemelos se adelantaron un poco, Táramis estaba atado, las cuerdas se tensaban al rededor de su torso, podía escapar de los guardias cuando quisiera, sin embargo nunca lo intentó.
Todos caminaban hablando entre ellos, el príncipe estaba contento por haber atrapado al ladrón, por lo que no prestaba mucha atención a lo que pasaba tras de él. Pronto prisionero y princesa comenzaron una charla.
Táramis: Muy buena tu actuación de hoy princesa. Te aplaudiría si tuviera las manos libres, pero las circunstancias no son las mejores.
Marian: No sé a qué te refieres - se adelantó un poco - No sé cuáles son tus intenciones.
Táramis: Mis intenciones son las mejores - aceleró el paso hasta quedar a su lado de nuevo - Pero supongo que no quieres que las diga en voz alta - le miró con superioridad mientras ella trataba de sobreponerse al terror que le causaba el solo pensar en lo que el podía hacer.
Marian: Cómo es que sabes lo de...
Táramis: Oh vamos Marian - la interrumpió - No eres la primera persona que se ha enamorado. Yo comprendo que tu querido primo solo ama su oro y que el resto no sean muy listos. Tu pequeño secreto está a salvo conmigo, pero tengo una idea brillante.
Marian: ¿Y cuál es? - no le interesaban los planes de un criminal como él, pero lo menos que podría hacer era escucharlos por si alguno era peligroso.
Táramis: Escapemos juntos - sonrió ampliamente.
Marian: Tengo una pequeña duda. Cómo así que escapar y cómo así que juntos.
Táramis: No me malinterpretes. Solo creo que tú podrías ayudarme como le ayudas a tu novio. Tú me ayudas a escapar y cuando nos vayamos tú te quedas con tus amigos y yo me voy lejos de aquí.
Nadie dijo nada hasta llegar al castillo, el camino fue lento y silencioso.
Marian estuvo presente cuando lo arrojaron a una celda. Esperó con paciencia a que el Sheriff y el príncipe se fueran y entró. Solo había un guardia.
Marian: Necesito hablar con el prisionero a solas, es una orden del príncipe - el guardia no cuestionó nada y salió para dejar a los jóvenes completamente a solas.
Táramis: ¿Pensaste en mi propuesta? Sabía que no podrías resistirte a estar con Robin. De seguro la distancia siempre te deja con las ganas y no quieres separarte de él un solo segundo - le guiñó un ojo y ella se sorprendió mucho.
Marian: Cuando dijiste que no era la única persona que se había enamorado pensé que me comprendías.
Táramis: El amor del que estás prendada no se cura con razonamientos ni vanas promesas - no encontraba tentativa alguna para reanimarla, pero no dejaría perder la oportunidad de escapar, y luego, si la seguía quizá, conocería la guarida de aquel enemigo suyo - Conozco el estado de tu corazón y voy a obrar de acuerdo contigo: te casarás con Robin Hood, te poseerá y serás feliz.
Marian: En verdad que solo el amor de Robin podría labrar mi dicha, ¿qué duda cabe? Ninguna. Pero cuando me dices "Te casarás con Robin Hood, te poseerá y serás feliz" veo que no comprendes mi pasión, que me confundes con el vulgo(*) de los amantes, que haces descender mi pensamiento del pedestal en dónde se encontraba al fango de la materia - hizo una pausa, Táramis estaba asombrado, no estaba muy acostumbrado a escuchar palabras tan sensatas y procedentes de un corazón puro como esas - No. Yo no amo a Robin para arrastrarlo a las conscupiscencia(**) ni por beber en sus labios las últimas gotas de un deleite precursor de la desazón y el tedio, por reducir en sus brazos las más queridas ilusiones del alma. No Táramis, no amo por nada de eso a Robin. Lo amo y no puedo explicarlo. Tienes razón de no comprender a qué género de la pasión pertenece este sentimiento misterioso que me domina, esta llama que devora todo mi ser, ni el dolor que me consume sin remedio cuando está lejos, ¿qué es Robin para mí? ¿Qué es su sangre para mí sangre? ¿Qué es su alma para mi alma, su vida para mí vida? No sé que fuerza irresistible me impele a él; no sé que voz secreta me habla siempre de él, no sé que sentimiento extraño, pero vivo y dominante, me hace comprender que todo es común entre nosotros dos y que debemos estar eternamente juntos, que debemos propender a fuerza de amarnos en mutua felicidad, la misma que tú quieres arrebatarnos, al igual que todos ellos.
El monólogo terminó. Táramis se quedó pasmado ante esas palabras. Marian salió enojada y él no hizo nada para detenerla.
Marian: Primo - abrió la puerta del salón del trono donde se encontraba el príncipe - El prisionero... Creo que lo más racional sería enviarlo a una prisión lejana, así no podrá volver a intentar robarte - el chico lo pensó un poco y sonrió.
Principe Juan: Creo que tienes razón querida prima ¡¡Sheriff!! - Marian se retiró muy sonriente a su alcoba.
Durmió tranquila. Descansó después de decir todo lo que sentía y enviar a Táramis lejos.
A la mañana siguiente salió al bosque, el clima era bastante perfecto para pasear. Fue directamente a la guarida, los chicos estaban afuera.
Marian: Hola chicos - saludó y se acercó - Qué están haciendo.
Pequeño Juan: Hola Marian, tratamos de animar a Robin, parece que le afectó un poco la idea de que los aldeanos lo cambiaran por ese ladrón.
Tuck: Pero no sabemos que hacer, ¿Tienes alguna idea?
Marian: Practiquemos arquería, eso siempre anima a todos - inspeccionó su rostro, lo notaba decaído - Traigan las cosas necesarias chicos - ambos obedecieron - Hey, ¿estás bien? - preguntó inmediatamente estuvieron solos.
Robin: Solo me preocupé un poco, es todo.
Marian: Y, ¿por qué te preocupaste?
Robin: Te diré la verdad, pero escucha atentamente porque no pienso repetirlo - miró a todos lados para asegurarse de que nadie los veía o escuchaba - Me asustó pensar que tú pudieras cambiarme por él - bajó la mirada.
Marian: No importa cuántos chicos lleguen, ninguno podrá reemplazarte y mucho menos superarte, no olvides eso nunca.
Robin: ¿Prometido?
Marian: ¡Prometido!
1167 palabras 💚💙
(*)Vulgo: Parte más numerosa de la ciudadanía, que no destaca sobre los demás por ningún rasgo positivo ni negativo.(**)Concupiscencia: Deseo de bienes materiales o terrenos, en especial deseo sexual exacerbado o desordenado.
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Juntos en Sherwood - Terminada
RomanceEstaban enamorados... Se notaba por la forma que se miraban entre si... Como si tuvieran el secreto más maravilloso entre ellos.