Ya era día jueves y habíamos pasado toda la tarde con Cris, realmente era súper agradable y divertido que debo admitir que inmediatamente me confié también. Nos dió unas indicaciones ya que siempre aprendíamos cosas nuevas de la ciudad y la gente.
—Vengo el sábado por ustedes entonces, como a las 10, ¿bien? —con Dani asentimos.— nos vemos.
—Es un 10 de 10, amiga —le dije a Dani luego de que Cris se haya ido.
—Lo sé, tengo buen ojo —me guiñó— ves que tienes que confiar en mi —insistió y sólo rodeé mis ojos para luego ignorarla.
(...)
Ya era Sábado, habíamos desayunado con Dani pero me la tuve que bancar prácticamente dos horas enteras quejándose por no saber cómo ir, o más bien tratando de verse bien en ropa deportiva.
—Cris ya llegó por nosotras, está abajo —habló Dani mirando su celular así que tomé inmediatamente mi banano dispuesta a salir.— ¿cómo me veo?— preguntó nuevamente mientras arreglaba su pelo.
—Por milésima vez, hermosa —dije divertida pero a la vez fastidiada.
Bajamos y saludamos a Cris para luego subir a su auto. A pesar de que él y Dani iban muy emocionados hablando entre ellos no me sentí incómoda, en momentos me unía a la conversación o revisaba mi celular.
Llegamos al barrio de Cris que era súper humilde, lo que agradecí de inmediato porque automáticamente me sentí súper cómoda. Nos presentó a un grupo de chicos que de inmediato nos incluyeron, todo demasiado perfecto.
—Bueno, pues vamos a lo que nos convoca chavalas —habló emocionada Carla mientras chocó sus manos para dar un aplauso y llamar la atención de todos. Era una chica alta y pelirroja que formaba parte del grupo.—a ver qué tal Chile con el básquet.
—Que nuestra estatura no te engañe eh —bromeé. No es que fuésemos diminutas pero los chicos ahí si solían tener una altura considerable, incluyendo Carla y Sara, otra chica que nos recibió súper bien.
Inmediatamente comenzamos a jugar, nos acomodamos con cuatro personas por equipo ya que aún no llegaba el resto según Cris. En verdad fue todo muy relajado, sin tiempo ni nada y estuvo lleno de risas ya que Dani se apasionó un poco y gritaba exageradamente o hacía bailes raros cuando nuestro equipo anotaba.
—Menos mal que no querías quedar en vergüenza —me reí burlona cuando llegue a su lado y ella rió también, se notaba muy contenta que me contagiaba esa felicidad también.
—Ha estado de la hostia el partido, cuando quieran chavalas —habló Lucas ofreciéndome agua que de inmediato acepté.
—¡Han empezado sin nosotros, colegas! —gritó un chico que se acercaba a la cancha.
Al verlos, automáticamente me giré observando a mi amiga y dándole la espalda a los chicos que acababan de llegar.
—¿me estai webeando? —dije en susurros para mí misma, pero Dani lo captó inmediatamente.
—¿por qué? —me preguntó confundida.
—¿Liz? —me habló.
—¿Bnet? —dije al voltearme haciéndome la desentendida cuando ya lo había visto venir hacia acá. La cara de Dani que hace unos minutos era de confundida esta vez estaba sonriente y eso que no la había mirado directamente, pero podía asegurarlo.
—Oh, tú eres Bnet —habló Dani ganándose la mirada de ambos, aunque la mía fue casi de infarto seguro.— digo, te ubico por las batallas —trató de explicar.