Capítulo 9

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—Despierta, joder— advirtió golpeando con suavidad el rostro ajeno.

Kyungsoo abrió los ojos perezosamente, y en cuanto entró en sí se alteró pero no lo demostró, sin embargo, rápidamente frunció el ceño y su mala expresión relució al instante. No sabía cuánto tiempo llevaba allí, en aquella habitación y atado..., pero cada vez veía su futuro mucho más oscuro. Ni siquiera recordaba cuándo se había quedado dormido, aunque estaba seguro que fue a causa de algún químico.

—¿Para qué me queréis? —preguntó aún un poco somnoliento.

La persona que estaba con él en aquella sala se encogió de hombros, además mostraba una actitud vaga. —Para nada— declaró cruzándose de brazos delante suya. —Podría divertirme contigo un rato, pero me gusta hacer las cosas poco a poco— añadió.

—Tengo hambre— interrumpió Kyungsoo restándole importancia al ajeno.

El alto sonrió con picardía y flexionó las piernas para estar más o menos a la altura contraria. —¿Qué quieres comer?—

Kyungsoo no era tonto, sabía sus intenciones, así que no dudó en aprovechar la cercanía y escupirle. —Tráeme algo de calidad, señor Jongin— respondió en un doble sentido.

Él, pese a todo, le pareció una actitud divertida, le gustaban los retos. Jongin salió de aquella sala con una sonrisa en su rostro, gesto que desapareció en cuanto vio a uno de sus compañeros, Sehun.

—¿Qué quieres? ¿Tengo monos en la cara? — comentó Jongin algo molesto al percatarse de la serenidad del otro.

—No juegues con él, Jongin. Chanyeol nos dijo que debíamos de tener el mínimo contacto con él— recordó.

—Joder, Sehun, está atado a una puta silla, manos y pies, ¿qué coño va a pasar? Está todo controlado.

—Sí, ese es el problema..., tú siempre lo tienes todo controlado.

Sehun se marchó echando humos de allí. Jongin, en cambio, giró y observó a Kyungsoo a través de un cristal del que sólo por el exterior se podía tener visión del interior. Él sabía que la relación que tenía con Sehun descendió empinado desde que ocurrió aquel imprevisto que ni siquiera quería recordar. Y por eso, en muchas ocasiones cometían errores, a causa de la ira reprimida y la evaluación de quién demostraba tener más poder de los dos. Es por eso que se saltaría las normas con el nuevo individuo, Kyungsoo.

¦

(__) se encontraba caminando hacia su "hogar" pero sin rumbo. Acababa de tener relaciones sexuales con alguien indeseado, hacía frío y la noche gobernaba; las calles solitarias y peligrosas eran un mero reflejo de su alma. Cuando llegó al destino, lo primero que hizo fue darse un buen baño e intentar olvidar lo ocurrido, y luego fue directamente a la cama.

Al amanecer, se puso manos a la obra y comenzó a hacer posibles planes para solucionar el problema. Tenía que encontrar el paradero de Kyungsoo y también tenía que averiguar quién era el cabrón que se ocultaba bajo la máscara. Por el momento, sabía que su supuesto nombre era Loey, y que su cuerpo estaba bien trabajado..., por desgracia no sabía cómo era su voz pues poseía un cambiador.

La noche volvió a caer y (__) acababa de salir de su casa para volver a aquel lugar, pero para su sorpresa se encontró con Chanyeol. Ambos se saludaron.

—Lo siento Chanyeol, tengo prisa ahora.

—Hey, espera— sostuvo su antebrazo antes de que pasara de largo. —La última vez me dejaste algo preocupado, ¿estás bien?—

—Sí, no te preocupes por eso..., es más, deberías de olvidarlo— desplazó la mirada hacia su brazo ya que el alto aún seguía sujetándola. —Tengo que irme— mencionó volviendo la mirada a él.

—¿Cuándo estarás libre? Me gustaría tomar algo contigo— dijo manteniendo una distancia considerable.

—Últimamente no tengo demasiado tiempo, así que lo veo poco probable.

—¿Qué tal mañana después de media noche?— sugirió. —Estarás desocupada entonces, ¿no?—

(__) frunció levemente el ceño al ver que insistía, así que sin pensarlo mucho lo aceptó dándole largas. Tan rápido como se despidió de él, fue hacia Whorehouse Hēi Méiguī donde debía de proseguir con el trato. Esta vez estaría más atenta a los alrededores. Por otra parte, Chanyeol la quería poner a prueba, sabía perfectamente que después de media noche ambos habían tenido el encuentro, así que simplemente quería divertirse aún más. Él estaba seguro de que ningún inconveniente sucedería.

Chanyeol llegó antes que ella puesto que se desplazó en vehículo, así que, cuando (__) llegó y se plasmó frente la puerta, esperó a ser atendida después de haber avisado de su llegada. (__) se fijó con disimulo en la gente, pero no sacaba absolutamente nada, parecía estar bloqueada. Después de unos segundos, la puerta abrirse la sacó de sus más profundos pensamientos y sin más preámbulos se adentró; en esta ocasión, lucía con una gabardina, unos pantalones cortos de licra, al igual que la parte superior, y botas altas que terminaban por encima de la rodilla. Todo en tonalidades oscuras.

Chanyeol, preparado para que no fuese reconocido, se situó detrás suya y le quitó la gabardina con cuidado, dejándola sobre un lugar adecuado.

—Mira, esta vez tendremos sexo ahí— Chanyeol señaló con la mirada un sillón tantra.

—Qué maravilloso— dijo con total ironía contemplando el dichoso sillón.

—Quítate la ropa, y que sea rápido— ordenó Chanyeol mientras se desvestía, aunque permaneció en ropa interior, al igual que (__). Chanyeol tomó asiento en el sillón tantra, dejándose caer rendido ante este, era tan cómodo que soltó un suspiro de satisfacción. —Vamos, siéntate sobre mis piernas— 


En cuanto ella se acercó, el mayor sujetó sus muslos con fuerza y terminó por acortar la distancia rápidamente aproximándola a él. Acto seguido se dedicó a dejar suaves y cálidos besos en el abdomen femenino; sus manos viajaron hacia su trasero y masajeó éste con anhelo. (__) tensó la mandíbula para olvidar que su cuerpo comenzaba a sentirse agitado ante las acciones ajenas, aunque poco a poco iba complicándose el asunto. En breve, Chanyeol volvió a su posición anterior y descansó la espalda sobre el sillón, pero esta vez obligó a la joven a situarse encima suya bruscamente, lo que provocó casi una caída sobre el cuerpo ajeno. Ella actuó con rapidez y apoyó las manos sobre los anchos y fuertes hombros masculinos. 

Ambos entraron en un contacto visual directo e inesperado, reinó el silencio y sus cuerpos se paralizaron por un segundo. Chanyeol, quién actuaba con total lujuria, codicia y desinterés, sintió un vinculo insólito con la mujer que tenía frente a él. Y ella, quién siempre dominaba una mirada fría, apática y distante, lo erradicó por error y se mostró dócil, humilde y cálida. 

RUN  | Chanyeol y tu | 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora