Capítulo 11

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Jongin sonrió de medio lado mientras descendía una de sus manos hacia el reclinador del vehículo. A su vez, consiguió distraer a Kyungsoo por unos segundos al haberle acariciado la mano. Acto seguido, Jongin desplazó el asiento hacia atrás, consiguiendo sorprender a Kyungsoo, quién recibió un duro golpe en el rostro contra el asiento. Jongin aprovechó la oportunidad y apartó bruscamente las manos del ajeno para así poder escapar.

Su intención era clara, en un ágil movimiento se trasladó hacia la parte trasera, donde se encontraba Kyungsoo, aturdido por el inesperado golpe. Aunque antes de ir hacia la parte trasera, se aseguró de bloquear las puertas para evitar un grave error.

Una vez cara a cara con él, Kyungsoo casi entró en sí al ver que estaba cerca suya. Acercó las manos a su pecho y extendió las piernas hacia Jongin para alejarlo de él. El alto recibió el golpe en el abdomen, pero resistió con una nueva sonrisa.

— ¿De verdad quieres pelear en mi coche? — cuestionó Jongin apartando las piernas de Kyungsoo al lado más espacioso. — No vas a conseguir nada en tu estado, además, no es mi intención, así que relájate — añadió.

— Quítame las esposas y repítelo, cabrón— respondió con ira.

Jongin soltó una suave carcajada mientras le miraba y lo retó. — Acércate y lo haré—

Kyungsoo frunció aún más el ceño y tensó la mandíbula. Confiaba en su entrenamiento cuerpo a cuerpo desde los diez años, así que no tenía nada que temer. Se posicionó de una mejor manera y extendió los brazos a Jongin. Éste sacó una pequeña llave del bolsillo del chaleco y la introdució lentamente mientras le miraba fijamente.

— Si confías en mi, todo saldrá bien —dijo Jongin antes de girar la llave y dejarle con libertad.

El silencio se hizo más presente que nunca, ambos se miraban y la tensión aumentaba. Kyungsoo dejó caer las esposas al suelo del vehículo sin apartar la mirada, pero de repente, le arrebató la pequeña llave, se posicionó sobre las piernas ajenas y le sujetó la cabeza por detrás, jalándole el cabello hacia atrás. Y por último, le apuntó amenazantemente el cuello con la llave sin llegar a clavársela con demasiada fuerza. Sin embargo, Jongin volvió a sonreír incluso mostrándole su blanquecina dentadura.

— ¿Por qué coño te ríes a cada momento? ¿Crees que esto es gracioso? Incluso el más pequeño objeto puede hacerte daño — dijo Kyungsoo. — Sé quién cojones es fuego —

La manera en la que Jongin le miraba, sonreía e incluso mordía su propio labio inferior mientras hablaba le calentaba las venas. Una mirada lujuriosa, una pícara sonrisa y un momento crucial eran los únicos elementos que Jongin necesitaba para sentir adrenalina en su cuerpo.

¦

El día transcurrió para (__) más rápido de lo que pensaba y ahora se encontraba de camino para la nueva visita con Loey. Mientras iba hacia allí, su cabeza no paraba de pensar en lo ocurrido la noche anterior, además, esta vez tendría que verse con Chanyeol más tarde. Por un momento pensó para sí misma:

“¿Dónde está la (__) luchadora? ¿Tan bajo he caído para hacer esto? Luchar tanto por el negocio familiar para acabar así..., es vergonzoso (__).”

Esta vez quería acabar rápido. En cuanto se adentró en la sala, calentó el ambiente con sus palabras mientras se desnudaba aún sin mirar al ajeno.

— Ayer me llevé una gran decepción, Loey, fuiste un enorme fracaso.

Chanyeol hizo oídos sordos y apresuró el paso quitándole bruscamente la ropa. Él lo hizo antes que ella. La sujetó con fuerza de la cintura y tomó asiento en el sillón tantra, acto seguido la empujó hacia abajo, quedando de rodillas ante él. Así pues, (__) lo acarició lentamente con los dedos recorriendo toda la extensión y el grosor de su pene.  Percibió el roce cada vez más intenso hasta que la cerró la mano, envolviendo su miembro, ya completamente erecto. Los movimientos se hicieron cada vez más intensos y enérgicos por lo que su glande se humedecía y, al ser rozado, provocaba que toda esa humedad se extiende se sobre la tiesa y venosa polla, empapándola, ensuciándola y pringándola de su propio flujo.

Sintió, de repente, un roce diferente en su miembro: son los carnosos labios carmín de la chica quienes están aprisionando y mojándolo de saliva. Los dientes, la lengua, los labios..., todo roza su miembro, cuya piel parece a punto de reventar por la hinchazón y tirantez extrema. Ella aceleró con vehemencia y succionaba continuamente el enrojecido glande. Chanyeol, ciertamente sorprendido, cerró los ojos de puro placer. Realmente no era así como debió ser; su abdomen se contraría, advirtiendo de que se acercaba el momento. El sudor le recorría por la frente, bañándolo por completo de placer, y fue entonces cuando se produció lo inevitable: su glande se abrió definitivamente y descargó la espesa leche blanca dentro de la boca de la joven.

Cuando se quedó vacío, sin una sola gota de semen, (__) liberó el pene de su cavidad bucal y se puso en pie. Sin embargo, se subió encima suya y recostó su cuerpo desnudo sobre el ajeno. Acto seguido recorrió con la lengua desde su pecho hasta la oreja.

— Tu semen sabe a hipocresía — susurró con delicadeza, viendo como aún permanecía en éxtasis.

La chica se desplazó hacia su cuello y comenzó a besarlo intensamente, pero de repente lo mordió con fuerza para hacerle una marca, cosa que provocó que Chanyeol reaccionara rápidamente: la cogió del pelo y alejó el rostro de su cuello.

— Lárgate.

(__) sonrió en su interior, se vistió rápidamente y se marchó de allí. Mientras se dirigía al hogar de Chanyeol, gozaba de un aire victorioso pues había conseguido dominar a su enemigo con unas buenas tácticas. Además, por si fuera poco, le había hecho una marca, así que podría reconocerlo con más facilidad.

Finalmente llegó al hogar ajeno y esperó a poder entrar, cosa que hizo en cuestión de segundos. Ambos se saludaron.

— (__), ¿te importaría si te invito aquí mismo? — preguntó Chanyeol.

—En absoluto, de hecho, te lo agradecería. Estoy muy cansada, ¿sabes? — comentó tomando asiento.

—Oh, ¿estás trabajando? — dijo curioso aún sabiéndolo absolutamente todo mientras le servía un vino de alto precio.

— Sí..., verás, cuando mi madre falleció me dejó un cargo muy grande— por un momento, (__) se mordió la lengua. No quería decir nada personal.

Chanyeol asintió y se sentó a su lado. —Ya veo..., lo lamento por ella. Estoy seguro de que fue tan hermosa como su hija— dijo antes de beber un poco.

(__) le dedicó una pequeña y desganada sonrisa y luego bebió..., quizás más de la cuenta. Chanyeol también sabía lo que hacía, le servía continuamente mientras conversaban de temas mínimos. Había pasado casi una hora y a pesar de que (__) estaba dispuesta a marcharse, Chanyeol aún tenía un as bajo la manga.

—¿Recuerdas cómo nos conocimos? En aquel callejón— dijo Chanyeol.

—Te golpeé tan fuerte... — sonrió ampliamente recordando la escena con simpatía. —Podrías haberlo hecho de otra forma, tú mismo te lo buscaste— se encogió de hombros restándole importancia.

Chanyeol rió con levedad y se levantó. —Voy a ir un momento al servicio, enseguida vuelvo—

Ella asintió y aguardó a su llegada. Pero por simple instinto no pudo hacerlo. Se levantó y comenzó a mirar los alrededores hasta que se detuvo frente la puerta del dormitorio. Posó la mano en el pomo y se adentró con sigilo después de haber comprobado que Chanyeol seguía en el servicio. Tragó saliva en seco y observó con determinación. No parecía haber nada fuera de lo común, aunque le llamó la atención una pequeña colección de libros de la que sacó uno: “Burn it, fire".

—Quémalo, fuego..., ¿fuego? — murmuró casi para sí misma mientras lo abría.

Apenas le dio tiempo a observar cuando sintió la presencia del alto detrás suya; la respiración de Chanyeol chocaba contra la cabeza de (__). Un escalofrío recorrió absolutamente todo su cuerpo, y aún más cuando sintió que éste tomaba sus manos y cerraba el libro con fuerza.

RUN  | Chanyeol y tu | 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora