Capítulo 12

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-Vamos, clávalo lenta y profundamente- dijo Jongin manteniendo la mirada en la ajena, ignorando la información que Kyungsoo sabía sobre el líder, fuego.

Éste estaba muy tenso y Jongin lo sabía, por lo que llevó ambas manos hacia el trasero del chico y lo apretó con fuerza, provocando así que soltara el objeto al instante. Jongin aprovechó y sujetó sus manos con poderío hacia atrás.

-Kyungsoo, sé tu único punto débil, así que déjalo estar- vaciló. -Soy el único gilipollas que no quiere hacerte daño, si hubieras estado allí durante más tiempo... -

Jongin había cambiado su expresión, se veía más sereno que en otras ocasiones. Aún estaba sujetando a Kyungsoo, y sobre todo, aguantando sus intentos de liberarse. Pero cuando mencionó lo último, éste mismo se detuvo poco a poco, mirándole y respetando el silencio durante unos segundos.

-Entonces, ¿para qué coño me quieres? - preguntó Kyungsoo, confuso y echando humos.

-Eres inteligente y hábil con tus conocimientos, ¿qué más se puede pedir? - respondió rápidamente. -Necesito tus recursos para proseguir con mi plan, ¿acaso crees que me importa fuego? - le dedicó una media sonrisa.

Kyungsoo seguía mirándole sereno. -Sigo sin entenderlo- inició. -¿Para qué vas a traicionarlo?-

Jongin mantuvo la leve sonrisa mientras dejaba en libertad a Kyungsoo y se relajó en el asiento, dejando caer su espalda sobre este para así mirarlo de una mejor forma.

-El problema es que si te lo digo ahora, no vas a creerme- dijo Jongin con firmeza. -¿Mis piernas son cómodas?- cambió su entonación a propósito viendo cómo el contrario se apartó rápidamente de él, sentándose a su lado y de brazos cruzados. -Tengo dos residencias, una de ellas es absolutamente desconocida, así que te quedarás allí y no saldrás. No tardarán demasiado en darse cuenta de que no estás, así que me ocuparé de eso fácilmente- hizo una breve pausa. -En el caso que desobedezcas y te escapes, quiero advertirte de que si te encuentra alguien que no sea yo, probablemente morirás..., así que dime, ¿aceptas? -

Jongin giró su cabeza y le miró, esperando la participación del chico, quien le miraba con asco y repugnancia, pero en el fondo, con una pizca de curiosidad y astucia.

-Aceptaré porque aún quiero presenciar tu muerte.

¦

-Ah..., lo-lo siento.

(__) se disculpó intentando girar su cuerpo hacia él, cosa que le fue imposible ya que Chanyeol volvió a situar el libro en su lugar, y por consiguiente apoyó las manos en la pared, dejándola así atrapada entre sus brazos. Sentía la respiración del alto tras ella y un poco de tensión en el ambiente al haber intentado espiar con fracaso.

-¿Has leído algo? - preguntó el alto con la voz firme y grave.

-No..., tan sólo me llamó la atención- respondió un poco cabizbaja. Ni siquiera quería darse la vuelta y verle, incluso su voz transmitía la molestia causada.

-Ese libro era de mi padre- confesó. -Estoy completando sus últimos deseos- añadió mientras apartaba el cabello ajeno hacia un lado. Tenía un cuello espectacular.

Chanyeol se inclinó un poco hacia ella para poder besar el cuello femenino. Le rodeó el abdomen con uno de sus brazos mientras que el restante se ocupó de sujetar con suavidad el rostro de la chica. Tan húmedo, lento y excitante que por un momento ambos olvidaron absolutamente todo.

-Chanyeol- pronunció ella en voz baja como un mínimo intento para hacer reaccionar al mayor.

Éste, aún habiéndola escuchado, desplazó la mano que sujetaba su rostro hacia su boca, para así evitar seguir escuchando su voz. Acto seguido, la acorraló un poco más, quedando sumida entre la pared y el cuerpo ajeno. Él, pese seguir besando su cuello, acercaba aún más su cintura hacia su cuerpo. Provocando de esta manera que (__) sintiera una rápido escalofrío placentero ante la agitada sensación que percibía en la entrepierna del mayor contra su trasero.

Ambos se dejaron llevar demasiado rápido. Chanyeol giró su cuerpo e inició un profundo y anheloso beso a medida que caminaban hacia la cama; se deshicieron de la ropa hasta quedar absolutamente desnudos. Chanyeol dejó caer el cuerpo ajeno sobre la cama, y éste se posicionó sobre ella sin dejarle ningún peso.

La miró, recorrió su sexo con la mano, y estuvo observándola unos segundos mientras se relamía los labios. Por consiguiente, acercó la cara tormentosamente despacio hacia su intimidad hasta que situó su boca sobre la zona, sacó la lengua y lamió de abajo arriba, haciéndo que se estremeciera y clavase los dedos en aquella sedosa sábana.

Ella situó su mano en la cabeza del mayor y reposó la suya hacía atrás mientras lo disfrutaba. Se mordió el labio, ahogando unos gemidos que amenazaban con salir de la boca, además de sujetar su cabello con algo de intensidad. Sentía el placer inundarla, cómo le subía el ardor desde las piernas hasta su boca, intentando salir con quejidos de satisfacción. Sin embargo, era inevitable, (__) entre abrió lps labios y comenzó a gemir dulcemente, perdiéndose por completo en el placer; su lengua, que entraba y salía de ella dejando un leve paso a los dedos ajenos para follarla con ellos mientras le lamía provocando temblores en su cuerpo.

Chanyeol se detuvo antes de hacer que llegara al climax, y tras un breve suspiro se situó correctamente. Tanteó su húmeda entrada con los dedos y llevó el inicio de su miembro hasta ella. Lentamente, iba metiéndose en su interior, apoyando ambas manos en el cabecero de la cama para tener un mayor impulso. Empezó con tan delicado movimiento, entrando y saliendo con lentitud y profundidad, que consiguió que (__) cerrase los ojos.

-Mírame..., mírame mientras follamos- ordenó Chanyeol.

Sus palabras, su grave voz, la excitación, los leves gruñidos que soltaba mientras la embestía hasta el fondo, y el aumento del ritmo, era lo único que se respiraba en el ambiente. Poco a poco sus respiraciones se aceleraban, se mezclaban, se elevaban luchando por ver cuál de las dos llegaba antes, perdiéndose en el placer del frote de los cuerpos.

Ella presenciaba el gustoso rostro del alto desde abajo, sus músculos se contraían con cada ágil movimiento, y además, la tenue luz de las farolas de la calle que entraba por la ventana, dejaban un contraste en su cuerpo sumamente espectacular, más aún al estar bañado en una fina capa de sudor. Ambos se miraban, se deseaban..., y entre jadeos y gemidos constantes, el momento final se acercaba. Chanyeol, quién empujaba su pelvis con fuerza, se acercó a ella y buscó sus labios casi al borde de la desesperación. (__) había rodeado la cintura contraria con sus piernas para tener un mejor acceso, además, facilitó la llegada del tan esperado orgasmo.

-Chanyeol..., ¡hm!- gimió su nombre sobre sus labios. -¡Dios mío!-

-Estoy a punto, nena- respondió él de la misma manera, sintiendo cómo las venas de sus brazos eran aún más gruesas. -Sí, soy tu Dios- sonrío mordiendo su labio inferior antes de soltar un seco y grave gemido.

El semen se liberó brutalmente en el interior de la chica, quién acabó llegando al orgasmo casi al mismo tras haber escuchado aquel gemido tan cerca de su oído a propósito.

La noche acabó, y el sol apuntaba directamente el rostro de (__). No se pensó dos veces en dormir allí, con él, pues realmente quedó agotada tras el acto sexual. Por alguna razón sonrió con levedad al ver que Chanyeol estaba dormido a su lado, y además, estaba casi abrazándola. Ella se acomodó y contempló su aparente angelical rostro. Le pareció tan tentador que no pudo evitar tocarlo con cuidado.

Aproximó su mano hacia una de las mejillas masculinas y la acarició lentamente. Todo ocurrió realmente rápido, aquella sensación le resultaba tan familiar que incluso comenzaba a inquietarse. Cosa que aumentó mucho más al haber desviado la mirada hacia su cuello y vio aquella marca.

Su corazón se paralizó, y sintió un pánico horrible, ¿cómo podría tener una marca justo en la misma zona que le hizo a Loey? Su respiración comenzó a ser bastante pesada, pero todo se esfumó al instante de ver que Chanyeol había despertado y que además estaba mirándola.

RUN  | Chanyeol y tu | 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora