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La mañana había sido tan extraña y las miradas no dejaban de seguirlos, a uno y otro, en sus respectivos salones, sobre todo después de la pregunta que obligó al príncipe a huir de la escena

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La mañana había sido tan extraña y las miradas no dejaban de seguirlos, a uno y otro, en sus respectivos salones, sobre todo después de la pregunta que obligó al príncipe a huir de la escena.

Aquello encendió una mecha que no se apagaría nunca, una mecha que estaba próxima a reventar el delicado equilibrio que mantenía, todavía, distanciados a Caleb de Jeremy, de Diana y del recién llegado Gabriel.

Las voces no dejaban de ir y venir, entre cuchicheos malintencionados y preguntas certeras, porque las teorías eran muchas, demasiadas, y las respuestas eran, en comparación, inexistentes. Solo se sabía una cosa: Gabriel estaba detrás de Jeremy.

–Okey, okey, te comprendo –musita; –Pero ¿estás segura?

–¿Segura de lo que se dice segura? No. Pero yo los escuché hablar y, más que una charla, parecía un rodeo.

–Entonces es muy probable que de verdad haya un asunto de triángulo amoroso.

–¡No seas ilusa! ¿Caleb detrás de un chico? Llámame provinciano, pero, el Caleb que todos conocemos no se parece en nada a lo que, al parecer, le ha trastocado la azotea a todo el mundo.

–Cierto, cierto. Me parece algo ilógico y demasiado fantasioso.

–¿Entonces cómo explicas el extraño cambio desde que él llegó? ¿Cómo explicas la repentina cercanía y luego una distancia que nadie comprende? ¡Por Dios, todos vimos eso!

–Todos vimos muchas cosas, no seas histérica. Además, estas olvidando una cosa: Jeremy tiene novia...

–¡Sí, no olvides a Diana! ¡Que belleza! Envidio a ese sujeto.

–Guárdate la envidia y presta atención a lo importante...

–Lo importante acá es que ustedes, niñas, dejen sus fantasías gays de lado, que maduren y entiendan que los chicos no estamos para que nos idealicen con sus extrañas ideas de emparejarnos entre nosotros.

–¡Cállate! ¡No lo entenderías!

–¡Nadie lo entiende! ¡Ustedes y su absurdo fanservice!

–Volviendo al tema... ¿Qué saben de Gabriel? ¿Todavía nada?

–No, nada. Habla poco muy de sí mismo. ¡Y me parece tan lindo!

–¡Qué raro tú, enamorándote de chicos gays otra vez!

–¡Es que es injusto!

–Injusto nada. Solo deja de soñar en cosas que no son. Y sácate de la cabeza esa idea loca de que Caleb y Jeremy tienen algo a escondidas. ¿Quieres deleitarte con algo? Ahí tienes a Gabriel echándole miraditas a Jeremy, como todos los días. ¡Pobre tipo!

Eefectivamente, mientras la clase transcurre, mientras nadie presta atención y discuten sobre otros temas, sobre sus teorías de conspiración y romances a escondidas, Gabriel mantiene sobre Jeremy, fija, firme y constante, su mirada de gato enamorado.

Sensible e insensato -Privilegio- ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora