Con el pasar de las semanas, la marea pareció calmarse de a poco. Las miradas, siempre al pendiente de aquel supuesto triángulo, no dejaban de entretejer, entre un rumor y otro, posibilidades antes no pensadas.
Muchos se preguntaban, todavía, respecto al silencioso rompimiento entre Camille y Caleb, la desaparición de la misma y, sobre todo, las razones ocultas detrás de aquel rompimiento.
"¿El príncipe estaba involucrado?"
Esa era la pregunta más cruda. La que detonaba como dinamita bajo tierra y hacía temblar los cimientos de cuanto pensamiento se cruzaba entre esa posibilidad y todas las que, después de la explosión, surgían tras ella.
Y Caleb escuchó muchos rumores, y le preguntaron sobre otros tantos más. Incluso, la pregunta le llegó de sopetón, sin anestesia, nacida tras una vocecita disminuida, como regañada.
"¿Qué has sabido de Camille?" le preguntarían luego y él no habría respondido nada, porque nada era lo que había vuelto a saber de aquella niña de dientes de lata.
La culpa lo invadió de nuevo tras recordar lo que había olvidado, o lo que creyó haber olvidado: porque se distrajo demasiado con asuntos principescos y su mente se atiborró de Jeremys, de Gabrieles, de Nathanieles.
Se atiborró de rumores y más rumores, de verdades disfrazadas y mentiras falsamente ocultas a simple vista, de sus descuidos por celos y de sus celos por descuido y toda una galería sin fin de cosas que iban y venían de un tema a otro, de un nombre a otro, todo por la misma razón, una única razón: un príncipe, todavía, ajeno a su corazón.
–¿El príncipe estaba involucrado? –le preguntaría, una vez más, aquella disminuida voz.
–¿Qué cosa? –pregunta Caleb de vuelta despertando de su letargo, volviendo su atención hacia la chiquilla que le dirige la palabra.
–Tu rompimiento con Camille –dice ella con cierto miedo, con cierta vergüenza; –¿El príncipe tuvo algo que ver?
–No, claro que no –responde Caleb son una sonrisa en el rostro a sabiendas que miente, pero no del todo.
Se le queda mirando por un momento y ella se sonroja más todavía. Un par de ojitos claros, grandes, y una hermosamente rizada cabellera color chocolate yacen ante sus ojos.
Él se pregunta cómo era posible que aquella muchacha, que aquella hermosa niña de rizos achocolatados, no le causase ya nada, no le encendiese ninguna sensación, a sabiendas que le encantan las melenas rizadas.
¿Será, quizá, por cosas más importantes?
¿Será por cosas principescas que su corazón no tiene tiempo de volcar atención alguna a nada ni a nadie que no lleve por nombre Jeremy?
¿Será por cosas sin sentido que su corazón, exquisito como es, no reconoce a nadie que no lleve consigo un peinado extraño, una sonrisa maravillosamente encantadora y un par de ojitos que lo miren como, siente él, que lo miran los de Jeremy?
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Sensible e insensato -Privilegio- ©
Teen FictionProyecto-Sunflower (2019) -LIBRO III- Las vacaciones han terminado y un nuevo año escolar los ha llevado de vuelta al lugar del primer encuentro. Después del primer beso, Caleb se armará de un valor muy torpe para enfrentarse a Diana e ir en busca d...