Nuevamente un amanecer. Me levante de la cama estirando mis músculos, el sol me daba en la cara y el aire de la ventana me batía el pelo.
No había algo mejor en el mundo que despertar así.
Me encerré en el baño y me arregle para el nuevo día que iniciaba. Cuando estuve lista me fui a desayunar. Mi estado de ánimo había mejorado considerablemente después de esa reflexión tan profunda a la que me había inducido Antonella.
-Te ves preciosa hoy mi niña.
Carmen puso el plato de comida frente a mi y sonrio. Ella toda mi vida había sido más madre que mi propia madre.
-Gracias nana.
-Rob dijo que en unos días te marcharas de viaje.
-Asi es.
-Aprovecharé para ir a Escocia, tu madre me llamo algo preocupada.
-Mi madre no puede vivir sin ti.
Ella bajo la cabeza sonrojada.
-¿No te molesta verdad?
-Sabes que si me molesta. Quisiera que dejaras de ir y venir. Pero también sabes que entiendo tu posicion, ve tranquila, pero no tardes en volver.
-De acuerdo.
Reanude mi desayuno tranquila cuando el sonido de mi celular me desconcentro.
Mire el nombre en la pantalla y negue molesta.
-Habla rápido.
-Es absurdo que sigas enojada por esa tonteria.
-Esa zorra no es para mi una tontería. Pero tienes razón, lo mejor es dejar las cosas asi, después de todo no somos nada.
Solo de recordar a esa chica toda ilusionada insinuandosele me molestaba de nuevo.
-Veamonos para almorzar.
Me propuso él, aunque la propuesta que yo esperaba era otra. Al verme tan celosa de esa chica termine de entender que las cosas no eran tan simples como yo pretendia.
-No se si tendré tiempo hoy.
Le dije altanera y él comenzó a reir.
-Vamos Aranza, deja de actuar como una niña.
-De acuerdo, ven a mi oficina a la hora de almorzar. Te recibiré.
-¿Lo prometes?
-Si.
-De acuerdo peliroja. Nos veremos.
Después de la platica con Antonella me comencé a plantear muchas cosas. Quizás eso que hacía latir mi corazón tan rápido era ese sentimiento que yo solo había sentido por mis hija.
-Ese muchacho esta enamorado de ti.
Me dijo Camen entrando a la cocina nuevamente.
-No digas tonterias. Es un hombre práctico y sabe como nadie que esta ''relacion'' es solo sexual.
Mis palabras eran frías y ermeticas pero en realidad, que esa posibilidad existiera me llenaba de felicidad.
-¿Lo sabrá también su corazón? ¿Y el tuyo? ¿Lo sabe?
-No comiences Carmen. Sabes que después de lo que paso con mi papá....
-Sabes que es tonto que pienses así. Ese chico te envía flores, te lleva al cine y al teatro, te regala joyas, te envía mensajes cursis e incluso te ragala cartas. ¿Valdrá la pena perder eso por lo que hizo tu padre?
-En realidad no lo se, ¿¡por qué sigues insistiendo si sabes que yo...no puedo!?, no quiero que todo esto sea una ilusión y Erlin termine lastimado.
-Piensa bien lo que estás haciendo. No quiero que la que salga lastimada seas tú.
La hora del almuerzo no tardó en llegar y Erlin se presentó en mi oficina perfectamente arreglado como siempre. Su cabello rubio brillaba como nunca y sus ojos me miraban con diversión.
-¿Sabes lo absurdo que es todo esto?
- A mi no me lo parece.
-¿Te das cuenta de que estas completamente celosa?
-¿Y eso te pone feliz?
Levante la mirada para dar un brinco asustada. Erlin estaba casi sobre la mesa, muy cerca de mi rostro, tanto que podía oler su perfume con mucha facilidad. Me levante de mi silla y camine por el lugar, el permaneció en su sitio mirándome.
-Me encanta que estés celosa.
-A mi no me encanta.
-¿Sabes lo que eso significa?
-Sí. Significa que soy una egoista y que no me gusta compartirte.
Él nego con la cabeza, yo sabía lo que diría pero aún no lograba admitirlo.
-Nop. Significa que esto que tenemos esta dejando de ser solo sexo.
-No te emociones tanto principito.
-Aranza ¿por qué no podemos tener algo serio, algo real?
-Yo siempre he sido clara contigo, no estoy lista. Yo...no me conoces de nada.
Dije resignada sentandome en el sofa. Él me imito.
-Si te conozco. Eres mi peliroja escocesa.
Elevó sus comisuras, me miró con a los ojos intentando convencerme y casi lo logra, pero el fantasma Gilerr me atacó. Yo....tenía miedo de lo que mi corazón estaba sintiendo, mis latidos desbocados y mi pulso acelerado, esos efectos tan únicos que Erlin provocaba en mi me asustaban mucho. Me asustaba decirle la verdad y que saliera corriendo.
-No...no me conoces de nada. No sabes nada sobre mi en relidad y es mejor que nunca sepas nada.
Me dolio decirlo, pero quizás seria lo mejor.
-Aranza estas...-Su voz se apago y lo pensó unos minutos- No puedo creer lo que estás diciéndome.
-No puedo involucrarme en tú vida y tú no puedes hacerlo en la mia. Esos son mis terminos, lo sabes y aún así intentas romperlos siempre que puedes.
-Deja de ser tan terca. Aranza déjame entrar a tu corazón. No me apartes de tu vida.
Lo mire a los ojos intentando contener las ganas de llorar. Quizás él era eso que yo tanto había buscado.
-No me hagas esto principito.
Susurre intentando sonar lo menos frágil posible.
-¡Bien!...-Exclamó sonriendo-...Es un avance que me llames principito.
Los dos estuvimos callados los siguientes minutos. Él mirándome directamente a los ojos y yo intentando calmar los latidos de mi corazón.
-¡Te odio!
Exclamé antes de entregarme a lo que mi corazón me gritaba y besarlo. Fue un besito corto, un simple contacto entre nuestros labios pero para mi fue suficiente.
-Yo te amo.
Dijo él de pronto dejándome estática y fría en mi posicion. Mi cara blanca como un papel y él aún sonriendo a pesar de lo que había dicho.
-No vuelvas a repetir eso.
-De todas formas me escuchaste.
Yo aún lo miraba totalmente desencajada. Mi corazón estaba detenido y creo que mi pulso se volvió loco en cuanto volví a respirar. Era algo que no me esperaba escuchar, no estaba lista para escuchar esa confesión.
-¿Por qué?
Le pregunte sin dejar de mirarlo.
-No hay un motivo. Simplemente me enamore de ti.
Ya todos me lo habían dicho, pero enfrentarse a esas palabras era algo muy difícil.
-Me estas diciendo que estas enamorado...¿En qué momento? ¿Cómo paso algo asi?
-Quizás desde la primera vez que te vi.
-No puede ser.
Fue lo único que pude decir. ¡El me amaba! Yo no podía hacerle daño.
-¿No sientes lo mismo?...-Tomo mis manos con cariño y las beso-...sino sientes lo mismo que yo dímelo y dejare de insistir.
Sus ojos azules me miraban con tanto de ese sentimiento del que me hablaba. Como le decía que no lo queria, como podía decirle que no si me estaba muriendo por decirle que si, que lo amaba hasta la médula. Aunque estúpidamente insistiera en negarmelo, ya no habia forma de escapar, estaba enamorada de ese principito encantador y eso era por mucho el peor descubrimiento.
-No puedo...
Repetí en un susurro bajando la cabeza. Como podía decirle que lo amaba, como podía corresponderle si yo no era una mujer completa.
-No lo entiendo, sí sientes algo por mi, lo veo en tus ojos, lo siento cada vez que te beso. ¿Por qué no puedes aceptarlo?
-Lo lamento....
- ¿Por qué?
Quiso saber poniéndose serio. Estaba decidido a saberlo y yo no me creí capaz de decirselo.
-No te puedo decir.
-Dime ¿por qué? Si no me lo dices me iré de aquí.
-No puedo Erlin es muy difícil.
-No lo entiendo. ¡Te amo! ¿Sabes lo que eso significa? Me enamore de ti como un idiota.
-Erlin yo...
-Dime porque o te juro que nunca más me volverás a ver.
-Erlin...
-¡¡Deja de decir mi nombre y dime porque!!
Esta enfadado, nunca antes lo había escuchado gritarme o ponerse tan rojo. Estaba muy molesto.
-No puedo....
-No puedo, no puedo...deja de decir eso ¿No puedes o no quieres? Es tu última oportunidad, dime ¿por qué no quieres estar conmigo?
La voz no salia. Las palabras estaban ahí, agolpadas en mi garganta pero no querían salir.
¡¡Dicelo Aranza!!
Pero no lo hice, baje la cabeza asustada y sentí como el caminaba derrotado a la puerta. Se iba a ir y no lo volvería a ver. Que más daba, si se va que sea sabiendo la verdad. Casi como un milagro, levante la cabeza justo cuando el abrió la puerta.
-No puedo quedar embarazada.
Por primera vez desde que aquella conversación comenzó escapó de mis ojos la primera lágrima.
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Una Nueva Oportunidad
RandomAranza Gilerr sufrió una enorme pérdida para la que ninguna mujer está preparada. Eso la convirtió en una mujer fria, su sonrisa se borro de su rostro y la amargura lleno todos los rincones de su corazón. Aun así tiene mucho éxito profesionalmente...