Epílogo

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Seis años después

Esa mañana, cuando abrí los ojos note que había algo distinto. Tal vez porque el sol no me daba en la cara como cada mañana o quizás era porque el ambiente estaba embriagado de un olor maravilloso a café, o muy posiblemente fue no sentir el característico calor que emanaba el cuerpo de mi esposo.

Me senté en la cama con el ceño fruncido, mi humor no estaba siendo el mejor y eso no era muy común en los últimos seis años.
Tome la tasa de café caliente que había en la mesita de noche y le di un sorbo. Estaba demasiado fuerte, no parecía hecho para mi.

Él punto,  es que a las seis y media de la mañana estaba vestida y arreglada, lista para irme a trabajar y aún no había visto ni a mi esposo, ni a mis hijas. No estaban en la casa y eso era demasiado raro.

-Buen día.

Pronunció Rob en cuanto me mente en el auto.

-¿Tienes idea de donde esta Erlin?

Rob bajo las gafas de sol oscuras y me miró por el espejo retrovisor.

-Repito...Buenos días.

-Buenos días Rob.

-No...no tengo ni idea.

Tome mi celular e intente llamarlo pero me dio apagado.

-¿Y las niñas?

-Tampoco se de ellas. ¿A donde te llevó?

-A la empresa.

Rob emprendió el camino y yo fui todo el recorrido pensando en lo extraña que estaba siendo esa mañana.

Llegamos a la puerta de la empresa y una nueva rareza entorpeció lo reluciente del sol.

Mi nueva asistente, no estaba en su puesto.

-¡Maldita sea! ¿Donde demonios esta Soraya?

Le pregunte a la recepcionista del edificio antes de entrar en el ascensor.

-No lo se señora.

-¿Coralain ya llego?

Ella busco la información en su computadora y asintió.

-Hace media hora, pero esta en una junta con el departamento de ventas.

-¿Antonella?

Ella repitio la acción para poder responderme.

-Apenas llego tuvo que atender una videoconferencia y no estoy segura de si ya estará disponible.

-¡¡Joder!!...- exclamé pegándole a la mesa-... ¿y desde cuando la recepcionista sabe tanto?

Le reclamé a la chica que después de todo solo estaba haciendo su trabajo.

-Perdón señora yo...

-No te disculpes. Mejor dime si Nora ya llegó y espero que esta vez no me digas algo que me decepcione.

Ella estaba asustada, pero siguió haciendo su trabajo.

-La señorita Nora llegó, pero...

-Sin peros niña, ¿donde esta Nora?

-Tuvo que salir.

-¿Como que tuvo que salir? ¡¡Son las ocho en punto de la mañana!! ¿Acaso cambiaron las horas y yo no me entere?

-Lo siento señora.

-¡¡Esto es absurdo!!

Di la media vuelta y regrese al auto.

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