Las mañanas en un despacho de abogados podían ser de mil maneras diferentes, pero en el bufete Smith, todo era un caos.
Principalmente para el dueño.
Por eso, desde las siete estaba yo sentado en una silla comodisima de cuero negro con la camisa rematada hasta los puños y con un millón de papeles regados por doquier.
-¡¡Guliaa!!
Grite exasperado por todo el desorden que esa chica había provocado.
-Sí, digame señor.
-¿Por qué demonios te pusiste a hacer cosas que nadie te pidio?
Ella se puso colorada y abrio grandes los ojos al ver el desorden de papeles sobre mi escritorio.
Llevaba toda la mañana buscando un documento que debía presentar en el jusgado. Pero este, simplemente había desaparecido porque a mi preciosa secretaria se le había ocurrido organizar el día anterior.
-Perdóneme señor. Dígame que busca, yo...prometo que lo encontrare.
-¡Eres una inútil!, ¿hay algo que sepas hacer bien? Solo tenias que responder llamadas y organizar mis citas. Nada más, ¿qué es lo complejo?
Ella bajo la cabeza avergonzada.
-Solo quería ayudar.
Su voz sonó llorosa y de inmediato me sentí mal.
Gulia tenía veinte años, era una chica morena, delgada y sin estudios que fue a parar en mi oficina porque es sobrina de Rita, la nana de mis niñas.
La muchacha necesitaba el empleo, acababa de llegar a la ciudad después de vivir toda su vida en un pequeño pueblo de Mexico, donde lo único que aprendió fue a cocinar.
-Gulia, solo debes prestar atención a lo que te digo. Mientras no toques nada de lo que no entiendas no habrá problema.
-Si señor Smith.
-Lamemto haberte gritado -ella rio y sus mejillas se sonrojaron-Puedes retirarte.
-¿No quiere que lo ayude a encontrar el documento?
Su rostro estaba enrojecido y se notaban las marcas de las suaves lágrimas que había liberado minutos antes. Ya me sentía un imbecil por haberla tratado tan mal. Así que decidí darle la oportunidad de sentirse mejor.
-Te lo agradeceria.
Le sonreí intentando calmarla un poco.
La verdad yo no necesitaba una asistente, pero por Rita lo que fuera.
Finalmente encontramos el documento y dedique el resto de mi ya pérdida mañana a ordenar y revisar todos esos documentos.
Cerca de las diez de la mañana apareció ella cargando entre sus brazos una preciosa cesta de cristal repleta con flores violetas.
-Le trajeron esto señor.
Gulia sonreía emocionada por las flores. Su exquisita fragancia estaba impregnando todo el ambiente y de repente me pareció familiar el olor.
¡¿Lavanda!?
No lo podía creer.
Me levante de la silla como un resorte y recibi las flores de manos de mi secretaria, que aún no dejaba de sonreir.
Las puse sobre mi escritorio y tome el pequeño sobre dorado en el que estaba contenida la targeta.
La abri, pero antes de leer me percaté de que Gulia seguía de pie en la puerta sonriendo como colegiala.
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Una Nueva Oportunidad
De TodoAranza Gilerr sufrió una enorme pérdida para la que ninguna mujer está preparada. Eso la convirtió en una mujer fria, su sonrisa se borro de su rostro y la amargura lleno todos los rincones de su corazón. Aun así tiene mucho éxito profesionalmente...