Los días con Erlin cada vez eran más gratos y amenos. Me costaba creer que ya habían pasado dos meses desde aquel día en el ascensor.
Ese dia, amaneció soleado y mi humor estaba siendo considerablemente bueno.
Me encerré en mi baño para deleitarme con mis sales aromática, cuando de repente una llamada interrumpió mi rutina mañanera diaria.
-Diga.
Respondí el teléfono sin siquiera mirar el nombre de quien llamaba y grata fue mi sorpresa al escuchar dos voces idénticas y a la vez diferentes.
-¡¡¡Holaaa!!!
-Hola.
Las salude y ellas comenzaron a reir.
-Estamos listas.
Afirmaron las pequeñas granujas felices.
-A mi aún me falta un poquito pero en un ratio estaré lista y saldré para halla.
-Te esperamos.
-De acuerdo bellezas.
Ese dia, llevaría a las gemelas a un salón de belleza para que les hicieran un corte. Las niñas eran pequeñas pero eso no impedía que se vieran esplendidas y ellas estaban emocionadas por la nueva experiencia que estaban por vivir.
Terminé de bañarme y después de ponerme una blusa, una falda, mis zapatillas favoritas y mi bolso, salí de casa lista para el día de chicas.
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-Es tonto que aún no conozcas a nuestro padre.
-Quizás pronto.
-Yo creo que mi papá tiene una novia.
Dijo Leticia unos minutos despues.
-¿Por qué lo piensas?
-No lo se. Él dice que es solo una amiga pero....yo no le creo mucho.
-Vaya...¿eso es bueno no?
Las dos niñas me fulminaron con la mirada, al punto de que me sentí pequeña ante ellas.
-¡¡No!!
Exclamaron al unísono y yo sonrei.
-¿Por qué no?
-Quizás sea una bruja malvada.
-O quizas sea una chica buena que las quiere conocer.
Alicia se cruzó de brazos con el ceño frunzido, pero Leticia pareció pensárselo y luego se relajo. A mi me arreglaban las uñas mientras ellas ya estában haciéndose un pequeño corte.
Después de pasar el día entero en el salón de belleza, justo a las cinco de la tarde, recordé que Erlin trabajaba incluso los sabados. Mi corazón latía veloz de solo pensar en que la posibilidad de verlo era alta y en ese instante no supe ver que los latidos de mi corazón eran demasiado acelerados.
❤-Ve a verlo, no pierdes nada con quedarte con la imagen de su rostro.
Así que siguiendo esa tonta voz me encamine a su oficina para darle una sorpresa.
Al entrar al edificio no fue difícil encontrar el ascensor. La gran mayoría de los empleados estaban ahi. Algo bastante raro un sabado.
-Buen dia.
Salude a una chica delgada y morena que estaba sentada afuera de la oficina de Erlin.
-Buen dia.¿ Tiene una cita?
-No. Pero si le dices a tu jefe que aquí estoy, me recibirá.
-No lo creo. El señor ahora tiene mucho trabajo.
La observe bien. La chica era bonita, llevaba un vestido muy provocativo y estaba maquillada como si se fuese de fiesta.
De repente todas mis alarmas se activaron. Por primera vez en mi vida sentí esa sensación de molestia y de pertenencia que muchos llaman celos.
-De acuerdo. Me retiraré.
Le dedique una sonrisa y me voltee para alejarme por el pasillo. Solo que no me fui me quede detrás de la pared esperando cualquier movimiento de la chica. Como era de esperar se levantó de su puesto unos minutos después y entró a la oficina de su jefe.
Yo aproveche para acercarme y por el filo de la puerta entreabierta pude ver y escuchar lo que pasa.
-Señor...vino una señorita a buscarlo.
-¿Donde esta?
Mis ojos se quedaron prendados en él, se veía tan hermoso ahí sentado en su escritorio, rodeado de documentos y tan serio. Sentí ganas de entrar y arrancarle la ropa. Pero la voz de la resbalosa me trajo de vuelta a la realidad.
-Le pedí que volviera en otro momento.
Él levantó la vita y ahí pude observar como sus ojos recorrían el cuerpo de la joven, que sin ningún disimulo sonrío coqueta.
-La próxima vez, avísame antes de hacer eso. Quizás era alguien importante.
-No tenía cita.
Expresó ella con voz melosa, yo sentí náuseas y vergüenza de nuestro género por su desfachatez.
-Es una suerte que no me haya ido.
Desidi al fin interrumpir la conversacion entrando de lleno a la oficina, que de hecho me agrado mucho. Las paredes estaban pintadas de azul, el lugar era grande, con muebles y adornos muy acogedores. Sin lugar a dudas era un lugar hecho para Erlin. Sin contar el exquisito aroma a lavanda que había en el ambiente.
Erlin se quedo sorprendido al verme, la chica me miró molesta y con el rostro desencajado.
-¿¡Aranza!?
-¡Sorpresa!
Exclamé con mi mejor sonrisa de victoria y camine hasta él, que ya me miraba con ese brillo que tanto me encantaba.
Yo me sente sobre sus piernas y deposite un beso en sus labios, el me agarro por la cintura, a pesar de estar sorprendido no dudo en responder mi beso de la forma correcta.
-Yo...me retiro.
La chica estaba enrojecida y parecia que comenzaría a llorar en cualquier momento.
-Espera Gulia...-Erlin la detuvo y sonrio mientras me daba otro pequeño beso-....ella es Aranza y siempre que me llame o venga a verme la recibes sin rechistar.
La chica asintio y abando la oficina como si de repente el lugar estuviera envuelto en llamas.
Una vez solos ne levante de su regaso y le lance una mirada llena de rabia.
-¿Esa es tu secretaria?
-Si.
-¡No me gusta!
Exclamé molesta. Erlin me miraba confundido por el repentino cambio.
-¿Por qué no?
-Porque intenta seducirte. ¿No lo vez?
Él comenzó a reir, pero al ver mi seriedad se detuvo, ¿¡porque los hombres nunca notaban algo tan obvio!?
-¿Lo dices en serio?
-Sí.
Respondí escueta, a mi no me hacía ninguna gracia.
-Oh, vamos peliroja. No puedes tener celos de mi secretaria.
-¡Ah no! Observame.
Salí de aquella oficina como un rayo y en minutos ya estaba montada en mi auto, de camino a mi casa.
Mi celular no tardó en vibrar.
-¿Estas enojada? Diablos Aranza, esa chica es casi una niña.
-A mi no me lo parecio.
-Aranza...
-Presta más atecion y luego dime si tengo o no razón.
Le colgué la llamada aún muy molesta. ¿De donde había salido esa flacucha y porque me molestaba tanto?
Esas dos preguntas rondaron en mi cabeza toda la noche sin dejarme dormir, eso y claro las insistentes llamadas de Erlin.
Ese día la sorprendida fui yo, me lleva la mayor sorpresa de mi vida al descubrir cuanto me afectaba ese príncipito.
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Una Nueva Oportunidad
AléatoireAranza Gilerr sufrió una enorme pérdida para la que ninguna mujer está preparada. Eso la convirtió en una mujer fria, su sonrisa se borro de su rostro y la amargura lleno todos los rincones de su corazón. Aun así tiene mucho éxito profesionalmente...