365 ROSAS (JENLISA)

12.- Tu perfume me persigue

POV JENNIE:

A veces me pasan tantas cosas raras, como que de repente por más que quiera olvidarme y odiar a Lisa aún siento su aroma entre mis sábanas.

Es tan extraño sentir hasta su calor y la humedad de sus besos sobre mi frente, incluso alguna vez los llegue a sentir en mis labios.

Siento tan fuerte su presencia, pero al despertar ella no está.

Esto jamás lo he hablado con nadie por temor a que me tachen de loca, pues cuando terminamos la relación quede visiblemente afectada, tanto que tuve que ir al psicólogo el cual me derivó para que un psiquiatra me medicara por la fuerte depresión en la que me encontraba sumergida.

Como es de esperar, mucha gente al estar mal informada considero que estaba "loca".

Así que decidí guardarme esos detalles para mi. Pensando que sería mi mente jugándome malas pasadas.

Además de que sin mentir, había días en que aquellos pequeños detalles me hacían sentir mejor.

Pues me centraba en lo bueno de Lisa, que realmente fue mucho más que lo malo o por lo menos conocí más y por más tiempo ese lado de ella, y con eso me quería quedar, cuando todo ese odio que sentía se fuera.

Quería quedarme con el recuerdo de esa niña traviesa y mimada que tanto me había enamorado, esa mujer tan fuerte que aún cuando todo estaba en nuestra contra me regalaba su mejor sonrisa, para subir mis ánimos, y hacerme saber que si estábamos juntas nada podía hacernos daño.

No se, a veces pienso que puede ser que mi familia tenía algo de razón cuando se negaban a que estuviera con ella, pero luego yo misma reflexionó que sin ella jamás habría entendido lo que es el amor de verdad, jamás abria experimentado lo que es sentirme amada y completamente feliz y realizada.

Amé tanto a esa mujer que todavía no puedo creer lo que sucedió aquel día en la cabaña. La quiero justificar pensando que seguramente estaba drogada, pero yo no merecía como me hizo sentir, no es justo que todo lo que construimos con tanto esfuerzo como pareja, ella lo tirara a la basura como si yo no valiera nada.

Nunca podré perdonarte Lisa, nunca podré entender cómo fuiste capas de hacerme aquello.

Te amé tanto como hoy te odió.

Sin embargo te doy las gracias por todo lo bueno que me diste, y si tengo que cargar con el recuerdo y la sensación del calor de tus manos sobre mi piel, lo haré con mucho gusto, en honor a todo lo bueno que un día vivimos, en honor a todo el amor que nos dimos.