25.- Mi refugio

993 101 3
                                    

POV JENNIE:

Cuando por fin entre a mi departamento cerrando la puerta con todos los seguros posibles, me puse de espaldas a la pared de un lado de la puerta, solo para percatarme de lo que había hecho el idiota aquel en la cara de Lisa.

Su labio sangraba abundantemente, así que dejé mi susto para preguntar: — Lisa, ¿te duele mucho?.— Ella asintió.

Yo me acerco a ella y me mira con cautela, le digo aún temblando por el susto y la adrenalina que aún corría por mis venas: — Ven, vamos a curarte. — La tomó de la mano y la llevó al baño para limpiarla.

Intento limpiarla con un algodón, pero mis manos aún están temblando. Ella me mira y esboza media sonrisa. Aún que enseguida hace una mueca de dolor.

Yo la tomo por las mejillas y le digo bajito: — ¿Estás bien?, ¿Te lastimaste?.— Ella me mira con sus ojos de cachorrito y asiente.

No se qué pasó en este momento pero termine por abrazarla. Podía notar como ambas aún temblábamos. Pero seguro ese abrazo apretado nos ayudaría a estar mejor.

Así pasó un tiempo, en lo que nos calmamos un poco.

Me separé y empecé a limpiar con cuidado, tratando de lastimarla lo menos posible.

Ella de vez en cuando soltaba un pequeño quejido.

Terminé de limpiarla y le puse un poco de antiséptico. Le dije: — Vamos a sentarte en la sala para poner un poco de hielo, no queremos que termine más hinchado. — Ella me siguió cuando la tomé por la mano.

La senté y fui por el hielo. Regresé con él en una bolsa, y se lo puse sin decir nada más.

No sé en qué momento pero nuestros ojos terminaron por encontrarse y mirarnos con fuerza, era como si fuera magnética. Me sentí atraída enseguida a mirar sus labios y otra vez sus ojos. Ella hacía exactamente lo mismo.

Nos fuimos acercando, estábamos a punto de darnos un beso, cuando Lisa reacciona y se para del sofá, diciendo: — Yo creo que es hora de que me vaya. Además tengo que asegurarme que el tipo se haya ido de por aquí. — Yo no dije nada y solo hice una mueca de resignación. Ella dio unos pasos quedando detrás de mi, cuando me giro sobre mi misma y la abrazo por la espalda diciendo: — No te vayas, tengo miedo... quédate conmigo esta noche. —

Ella no dijo nada pero es claro que perdió la respiración por un minuto, lo pude sentir, mientras la abrazaba.

La verdad es que no dijimos mucho mientras los minutos transcurrían, solo se que termine por llevarla a mi cuarto donde cerré la puerta, cosa que no suelo hacer ya que vivo sola, pero tenía tanto miedo que lo hice y también la aseguré.

No tenía cuartos de invitados ni nada por el estilo así que la lleve a dormir conmigo.

Ella se acostó del lado izquierdo, volteando hacia el techo y yo igual solo que del lado derecho.

Así pasaron tal vez diez minutos, hasta que me di media vuelta para mirarla.

Le pregunté: — ¿Aún te duele mucho?.— Ella contestó: — Ya me duele un poco menos.— Cosa que no le creí ya que la hinchazón estaba en aumento.

Bajé la mirada y le dije: — Lamento que te haya pasado esto por mi culpa — Ella también se puso sobre su costado mirándome y me dijo: — No, Jennie, tú no tienes por qué pedir disculpas, yo no podía permitir que te hiciera daño.—

Solo me le quedé mirando y continuó: — Ahmm... Se qué tal vez tú no consideras que soy la mejor persona para cuidar de ti, pero jure que voy a hacerlo mientras pueda. No se, tal vez tú no quieras... —

Entonces escuchamos un ruido y me asusté, saltando hasta estar más cerca de ella, empecé inconscientemente a temblar de miedo.

En un movimiento rápido se acercó y me abrazó.

Inconscientemente también me abracé a ella con todas mis fuerzas.

Dejamos que pasaran un par de segundos cuando ella me dijo en voz bajita: — Creo que solo fue el viento, no te preocupes.—

Bien pude haberla soltado, pero realmente no quería hacerlo, literalmente estaba aterrada y su cercanía me hacía bien, además de que como siempre su olor y su calor me causaban calma.

Pasaron varios minutos en los que simplemente permanecimos abrazándonos, cuando Lisa me pregunta: — ¿Quieres que te suelte e intentamos dormir un poco?.— A lo que yo respondí sin vacilar: — No, Lisa, por favor no me sueltes, muero de miedo.—

Acción que fue seguida por una Lisa que acariciaba mi espalda y hacía un pequeño sonido como de arrullo, con el que cuando éramos novias hacía que cayera dormida en un santiamén.

Sinceramente agradecí profundamente el que estuviera teniendo ese gesto conmigo, ya que de verdad necesitaba sentirme protegida esa noche.

Juro que por esas horas no recordé nada de lo malo que me había pasado en la vida.

Entre sus brazos caí rendida en un profundo sueño.

En lo único que me concentré fue en sentir sus caricias, su calor y el sonido de su corazón.

Era como si nada en el mundo pudiera hacerme daño.

Me sentía en mi propio refugio.

Ese refugio que solo eh conocido en los brazos de Lisa.

POV LISA:

Por Dios que también estaba muriendo de miedo, pero por ella fui todo lo valiente que podía.

Además no sé ni cuánto tiempo venía necesitando tenerla entre mis brazos.

No quería que esa noche terminara.

Me quede toda la noche viéndola dormir.

Quería ser su lugar seguro.

Por lo menos lo que restaba de horas hasta que el sol volviera a darnos su protección y calor.

Te extrañé tanto mi bebé Jennie.

365 ROSAS (JENLISA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora