10.- Mi pequeña bebé

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POV LISA:

Aún cuando en un principio había planeado que nuestro reencuentro sería en el día 30, lo adelante dos días, saliéndome del plan, y resultando totalmente mal.
Así que solo deje pasar el tiempo, ya iba por el día 42 y aún no me había presentado ante ella, la verdad es que después del primer encuentro me había desanimado bastante, me puse a pensar que esto no iba a funcionar.

Mayormente pase estos días dormida en mi cama, sin ganas de salir, si acaso me levantaba a asegurarme que la rosa fuera entregada, ya lo estaba haciendo más que nada por qué me mataba mirar cómo sonreía cuando se la hacía llegar.

Supongo que ya le estaba empezando a gustar este juego, pues los primeros días si la vi como desconcertada y después un tanto inquieta, supongo que le pareció extraño que siempre encontrara una forma y el lugar para dársela, no importando ni el lugar, ni la hora, nada en absoluto.

Pero últimamente la notaba contenta y hasta sonriente cuando le hacía llegar la rosa, incluso pude percatarme de que varias veces fue motivo de su alegría por el resto de su día.

A ella la veía bien, quizás cada vez mejor, esto tal vez se debía a que yo ya no estaba en su vida y cada día que pasaba se olvidaba un poco más de mi.

Tener estos pensamientos me hacía sentirme todavía más deprimida y desganada.

En este punto ya no sabía si lo que estaba haciendo realmente valía la pena. Quizá ella podía ser más feliz sin mi, y sin mi presencia que claramente la alteraba demasiado.

No se que más voy a hacer a partir de hoy.

Lo que si es seguro es que si mis rosas son motivo de su sonrisa se las mandaría de por vida de ser necesario.

Lo que si es seguro es que si mis rosas son motivo de su sonrisa se las mandaría de por vida de ser necesario

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POV JENNIE:

Estos últimos días no se por qué motivo, razón o circunstancia, estaba más feliz de lo normal.

Me sentía como más llena de vida y sonreía, sonreía mucho, en especial cuando a mis manos llegaba la habitual rosa misteriosa.

Pensando en él por qué de mi aparente subida de ánimo, me encontré con que los posibles motivos eran primero, esas rosas que dejaron de resultarme un tanto amenazantes para sentir ahora cada vez que las recibía mucho amor, por alguna extraña razón así lo sentía últimamente, como si la persona que me las mandaba, las enviara con lo más bello de sus sentimientos y el más profundo afecto, no sé si esto es real pero me gusta sentirme así.

Segunda, increíblemente por haber visto de nuevo a Lisa, que claro me hacía sentir tonta y culpable, pero no lo podía evitar y mucho menos negar.

Aún que sintiera que la odiaba tanto como un día la amé, el verla hizo que recordara los buenos momentos, esos que creí ya había enterrado en lo más profundo de mis pensamientos.

Llegada la noche, me acosté en mi cama y me puse a recordar esos buenos momentos. Entre ellos estaba unos días antes de que todo empezara a ir mal.

Recuerdo que estábamos recostadas temprano en la mañana, yo aún me mantenía con los ojos cerrados. Lisa tenía su cabeza sobre mi pecho y yo la acariciaba y le daba pequeños besitos, mientras ella me hizo abrazar con mi mano libre su pecho.

Lisa suspiro y me dijo: — ¿Sabes?, así me gustaría estar siempre, sentirme como ahora. Segura en nuestra cama, con el calor de tus brazos rodeándome y tus besos dándome paz. Así sin nadie que pueda lastimarnos o meterse en nuestra relación. — Yo solo le di mas besitos en la coronilla sin dejar de acariciar su cabello.

Acto seguido le dije: — Mientras tú y yo estemos seguras de este amor, va a ser así, siempre voy a cuidarte, mimarte, y no voy a dejar que nadie nos separe ni nos haga daño, así sea tu familia o la mía que no aceptan que nos amamos. Lisa yo te juro, que mientras las dos nos amemos voy a estar para ti, voy a respetarte y darte lo mejor de mi.—

Puse mi mano en su mejilla y sentí la humedad de sus lágrimas. Me levante en automático y la volteé hacia mi, tomando sus mejillas.

Ella estaba con su carita de puchero y llorando, la jale hacía mi y la llene de besos, y le dije: — Eres la bebé más hermosa del universo cariño, ¡te amo tanto mi princesa! —

Ella siguió llorando y se lanzo a abrazarme de una manera, en que sentí que literal no quería soltarme jamas.

Se acurruco contra mi pecho y sollozaba cual niña pequeña.

Era tan tierna y sensible, que me derretía el corazón, jamas pensé que alguien con sus características y con todo lo buena que había sido conmigo, un día se convirtiera casi en un demonio, y menos que me lastimara como lo hizo, dejándome herida de por vida.

Mire al techo y musité: —¿Por que Lisa si yo te amaba tanto? —Una lagrima callo por mi mejilla.

Mire al techo y musité: —¿Por que Lisa si yo te amaba tanto? —Una lagrima callo por mi mejilla

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365 ROSAS (JENLISA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora