39.- Las cosas cambian de un segundo a otro

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POV LISA

Hemos tenido días realmente buenos, Jennie por fin vive oficialmente conmigo.

Cada mañana cuando la veo a mi lado al despertar todavía no me la puedo creer.

Hasta hoy todo a sido maravilloso, nos complementamos bastante bien, y gracias a toda la terapia que tomamos nos ayudo a llevarnos aún mejor, y aún cuando podamos tener desacuerdos, los intentamos arreglar comunicándonos correctamente.

Ya hasta formamos una dinámica bastante eficiente, yo solo atiendo asuntos de trabajo mientras que Jennie va a ensayar, comemos juntas cuando llega y después intentamos ocuparnos en algo que nos guste a las dos o en descubrir nuevas actividades interesantes.

Pero hoy Jennie me a dicho que tendrá que volver al estudio de su compañía de baile, ya que tendrán ensayos extras por una presentación muy importante que se viene a fin de año.

Yo había planeado ir a jugar gotcha o simplemente mirar películas mientras nos abrazamos, pero no se va a poder.

POV JENNIE

Estoy aquí en la puerta de la casa intentando que Lisa pare de darme besos de despedida, vamos como en el veinteavo y nada más no creo que tenga intenciones de dejarme ir, estoy empezando a sospechar que intenta seducirme, su mano en mi trasero me lo dice.

La alejo un poco de mi y le digo suavemente, — Lisa, mi amor, me tengo que ir ya o llegaré tarde a mi práctica.— Ella me miró con un puchero muy tierno, sin decir nada, así que volvía a hablar, — Lisa, se lo que estás haciendo, por favor suéltame, por que aún que quisiera no puedo quedarme más.— Lisa se separó un poco de mí y dijo, — Esta bien, pero si te dejo ir, ¿cuando llegues me recompensarás?.— Esto último lo dijo intentando sonar seductora.

Yo le respondí, — Muy bien mi amor, regreso a más tardar a las ocho, para cenar, así que prepárate, tendrás doble postre.— Y le guiñe el ojo. Ella sonrió feliz, me dio un pequeño beso más y me dijo, — Ok, vete ya, que entre más rápido te vayas, más rápido vas a volver.— No pude evitar reír ante sus ocurrencias, di un paso lejos de ella y esta vez a mí fue a quien le costó soltar su mano para marcharme, pero al final lo hice.

Esta mujer está loquita, y lo peor es que me tiene igual.

Uno de los guardaespaldas de Lisa me llevaría al lugar, así que subí al auto y nos pusimos en marcha.

Todo parecía como cualquier otro día hasta que Mark, según lo que me dijo, notó que alguien nos estaba siguiendo desde hacía un tiempo ya. Habló y solo me pidió que me asegurara de tener el cinturón de seguridad bien puesto, y que me agarrara al asiento, por que aceleraría para perderlos.

También me indicó que le mandara mi ubicación a Lisa y le dijera lo que estaba pasando, aún que igual el intentaría regresar a la casa para ponernos a salvo.

Yo hice todo lo que me dijo con la adrenalina recorriendo mi cuerpo y un gran temor haciendo que mi corazón se acelerara, y me hiciera querer haberle seguido el juego a Lisa y estar segura, con ella, en casa, entre sus brazos.

Hice lo que Mark me dijo, primero mande la ubicación a Lisa y después le marqué por teléfono para decirle lo que estaba pasando, sonó el teléfono dos veces y contestó, — Hola mi amor, ¿tan pronto me extrañaste?.— A lo  que respondí, — Lisa, mi amor, por favor escuchame con calma, y quédate tranquila,— Tome aire y continué.— Alguien esta siguiéndonos, te mande la ubicación, pero igual Mark esta intentando regresar a la casa lo más rápido posible.— Casi no había acabado de hablar cuando Lisa exclamó, — ¡¿Que?!, !Pero como es posible!, ahora mismo salimos a encontrarlos para traerlos de regreso a casa, dile a Mark que se salga de la avenida e intenté perderlos por las calles.— A lo que contesté, — Eso está intentando hacer, ahora mismo estamos saliendo por la acotación.— Lisa me dijo, — Ahora mismo voy de salida con los chicos, por favor, tenme al tanto de donde están, no me cuelgues y dime por qué calle exactamente vienen.— Yo le dije que estaba bien, y escuché como Lisa les daba instrucciones a él otro par de guardaespaldas y a su chofer, mientras Mark aceleraba por las calles de el area residencial.

Ya habíamos avanzado varías calles y Lisa seguía conmigo al teléfono, mientras yo le informaba que estaba pasando.

Por un momento pensé que ya los habíamos perdido y me sentí un tanto aliviada, le dije a Lisa, — Lisa creo que ya los hemos perdido, estamos cerca de la casa, en la calle Bartel.— Lisa me dijo, — Muy bien cariño, estamos cerca, como a una 5 calles, en un momento los encontramos.— Lisa siguió hablando pero no le puse atención debido a que no podía creer lo que estaba viendo, el auto que antes estaba detrás ahora estaba al frente cerrándonos el paso en la esquina, se lo dije a Lisa entre gritos y llanto, y ella solo repetía, — Amor, amor, no te preocupes voy por ti, amor, amor, tranquila, no llores, no voy a dejar que te pase nada.— Yo solo le pude decir, — Lisa, tengo miedo.—  mientras vi como tres hombres con armas se bajaban del auto y nos apuntaban, intentando hacer que Mark se intimidara, el me dijo, — No puedo dar marcha atrás al auto, por que nos dispararían al instante.— Yo no dije nada, estaba muerta de miedo, paralizada.

Estaban a unos cuantos pasos del auto apuntando sus armas hacia nosotros, sinceramente estaba pensando que hasta ese momento había llegado mi existencia.

Creo que Lisa tenía ya rato llamando mi nombre al teléfono, y cuando reaccione, solo le dije, — Lisa, nos cerraron el paso en una esquina, nos están apuntando y no podemos hacer ningún movimiento.— Ella solo hizo un sonido se frustración, y después dijo, — ya vamos a llegar, no te preocupes.—

Yo solo pude decirle, — Lisa, te amo.— Ella casi gritando me contestó, — No hagas esto, no te despidas, voy por ti, ¿entendiste?, solo quédate conmigo.— Yo solo podía llorar para este punto.

Entonces los hombres empezaron a gritarnos que nos bajáramos con las manos en la cabeza, a lo que Mark me dijo, vamos a hacerlo, pero muy lento, vamos a darles tiempo a que lleguen.— Desabrochamos nuestros cinturones poco a poco, estábamos por bajar cuando escuché un rechinido de llantas detrás de nuestro auto, los tipos se pusieron más nerviosos y empezaron a gritar muchas cosas.

Entre ellas que bajaran las armas, pude entonces voltear un poco hacia atrás, para darme cuenta que era Lisa con el chofer y los dos guardaespaldas apuntándoles con armas tambien.

Mark tomó valor al darse cuenta que tenía apoyo y sacó su arma.

Los tipos que nos habían cerrado el paso empezaron a retroceder supongo que al darse cuenta que les superaban en número, poco a poco se acercaron a su auto sin dejar de apuntarnos, el primero en subir fue el chofer del auto y los otros dos los siguieron, arrancando el auto.

Lisa ordenó a Mark y a los otros dos guardaespaldas que los siguieran, mientras yo me bajaba del auto.

Corrí a abrazar a Lisa entre lágrimas y sollozos, ella me abrazó, fuerte, muy fuerte, yo hice lo mismo, necesitaba sentirla, fundirme en su cuerpo, así que como pude la rodeé con mis piernas por la cadera.

Por fin luego de esos minutos de extrema tensión me sentía a salvo.

Ella me sostenía entre sus brazos cuando escuché a Jin, el chofer decir, — Señorita Lisa, a lo mejor no es el momento, pero, se dio cuenta que era gente de los Minatozaki y los Myoui, la mafia japonesa que se quiere meter a nuestro territorio.— A lo que Lisa solo dijo, — Si, lo noté. No saben en la que se metieron. Pero ahora, vámonos de aquí Jin.—

Sin bajarme al piso me llevo a su camioneta, me subió en la parte de atrás y luego subió ella, volviéndome a abrazar.

Yo aún estaba temblando, no podía evitarlo, Lisa lo notó y me apretó más fuerte contra ella, y empezó a darme pequeños besos en la coronilla.

Nos fuimos a casa, y ya ahí, los chicos llamaron diciendo que habían perdido a los del auto que nos cerró el paso, pero que era evidente que querían secuestrarme.

Lisa hablo con ellos diciéndoles que ya hablarían de eso en otro momento y regreso conmigo, a mi lado, se quedó intentando hacer que me tranquilizara del todo.

Pero de cierta manera no podía, pues sabía que a partir de ese día mi vida iba a cambiar para siempre, lo que más me inquietaba es que los ojos expresivos y hermosos de Lisa me decían lo mismo.

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Este capítulo es en especial para una de las lectoras que más me animado a seguir con esta historia

Para agradecer todos su apoyo y sus palabras, JenLisa253

Muchas gracias a todos quienes leen y se emocionan con la historia.

Hasta la próxima.

365 ROSAS (JENLISA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora