365 ROSAS (JENLISA)

31.- Llegó la luna (la versión de Lisa)

POV LISA

Después de poco más de media hora llegamos a mi casa, estaba por así decirlo bastante alejada del centro de la ciudad, pero eso me gustaba, me encantaba que tenía una vista hermosa de la ciudad y la tranquilidad reinaba en esa área.

Y en ese momento de mi vida era lo que más necesitaba, paz y tranquilidad.

Al llegar Jennie mencionó lo bonita que le parecía mi casa, y yo solo le respondí con una sonrisa y un gracias.

Cuando íbamos a entrar a la casa se volvió a abrir el portón y entró el coche de mis guardaespaldas, Jennie se quedó mirando con un claro gesto de confusión y desconfianza, así que le dije, — Son Shawn y Chen, mis guardaespaldas, tranquila. — Ella me volteo a mirar y con un gesto que no logre descifrar me dijo, — Pero, ¿desde cuando te siguen?.— le contesté con una sonrisa, — Desde siempre.— A lo que ella dijo, — Pero, y entonces, ¿por que jamás los había visto?, ¿por que no te ayudaron la vez que Kai te golpeó fuera de mi departamento?, o no se, es que me sorprende como si te siguen a todos lados nunca los vi.— Le conteste, — Es que ellos tienen prohibido intervenir a menos que vean que corre peligro mi vida o yo sé los pida.— Jennie solo acertó a decir, — Vaya, supongo que cada día descubro algo nuevo de ti. — Y sin cuestionar más, entró a la casa.

La conduje a un cuarto de huéspedes, le di una de mis pijamas, y después de ponérsela, le lleve agua para que tomara sus medicamentos, y finalmente la arropé.

Salí del cuarto prometiendo que regresaría al medio día, cuando ella hubiera descansado y yo hubiera hecho varias llamadas y cosas pendientes que tenía por terminar.

POV JENNIE

Hice lo que Lisa me dijo y después de que me arropara y saliera intenté descansar, no lográndolo del todo, pues claramente ya sabía la que se venía después de esto, sabía que lo más seguro es que volvería a abrir viejas heridas, sería volver a llorar y sentirme miserable por sabrá Dios cuánto tiempo.

Pero también entendía dentro de mi, que lo tenía que hacer, sabía que había llegado el tiempo de que Lisa hablara, de que Lisa se explicara, de que Lisa por fin pudiera decirme todo lo que yo no dejé que me dijera, tal vez por orgullo, tal vez por miedo de volver a caer en su encanto.

La verdad es que después de un momento caí dormida, pero al poco rato desperté pensando si ya casi sería hora de que Lisa fuera a hablar conmigo, eran poco más de las doce del medio día, así que respiré profundo y me dediqué a pensar las posibles preguntas que le haría.

Así pasó casi hora y media más, mientras la escuchaba a lo lejos hablar por teléfono diciendo cosas que realmente no lograba entender, y dando órdenes que tampoco sabía a qué se referían, y la verdad es qué realmente entendía una de cada 10 palabras pues estaba bastante lejos de donde yo me encontraba.

En fin, ya estaba empezando a desesperarme.

Pasó un rato más, y ya estaba medio adormilada después de estar viendo un programa en la televisión que realmente solo puse para que me hiciera ruido de fondo, cuando Lisa tocó la puerta y preguntó si podía pasar, a lo que yo conteste afirmativamente.

Ella asomó su cabeza por la puerta y sonrió ampliamente, para preguntar, — ¿Estas presentable?.— A lo que yo conteste riendo, —Claro que si, tonta.— Entró al cuarto sentándose en la orilla de la cama, yo me levanté un poco para quedar sentada también, aún estando debajo de las mantas y sábanas.

La sonrisa de Lisa se apagó, al pronunciar la siguiente frase, — Mhmm bueno, creo que llegó la hora de hablar... Por donde empezar...—

A lo que yo le dije, — Pues por el inicio, dime, ¿que te llevó a cambiar tan radicalmente la forma en que me tratabas?, ¿Por qué me tratabas mal? ¿Por que me engañaste?, ¿Por que me restregaste en la cara que lo habías hecho?, ¿Por que intentaste tener intimidad conmigo aún después de eso, casi forzándome?, ¿Por que hiciste todo eso conmigo?, ¿O siempre fuiste así y fingías quererme?. En un inicio, ¿que fue tan grave para que me hicieras todo eso?...—