Parte 7 - Una misión

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¿Es mi amor demasiado?
¿Es justo lo suficiente para ti?
Porque se hace tarde, ¿Te gustaría quedarte?
Porque soy malo entendiendo señales...

Era de mañana, la suave respiración de un Taehyung que había dormido plácidamente era acompañada por la música de su vecino, la melodía le atraía de vuelta a la realidad, estaba arropado, levantó con pereza la sábana, lo suficiente para verse, seguía desnudo.
Hizo un puchero, Jungkook debió al menos vestirlo, escuchó pasos en el corredor que se acercaban a la habitación, era él, que entraba con el único menú que podía hacer, tostadas y té.
Taehyung se removió entre las cobijas y cubrió su sonrisa, el chico se limitó a dejar la comida en la mesita de noche y salió nuevamente.

Tae se quedó entre riendo, tratando de recordar qué día era y adivinando qué hora podría ser, ¿Eso era un desayuno? Siguió sonriendo mientras veía la mermelada sobre el pan, Jungkook era perfecto en muchas cosas, cómo era posible que lo que tenía de genial lo tuviera de torpe ante esa actividad.

El menor volvió, esta vez con una bandeja que cargaba un desayuno de verdad, sus cejas se alzaron y miró con orgullo a Taehyung.

-Eso... ¿Lo hiciste tú?- Dijo Taehyung con incredulidad.

El mayor ya se sentía un poco más lúcido, se levantó un poco, apoyándose en los brazos y notó las bolsas bajo esa mirada triunfante de Jungkook.

-¡Wah! ¿Es de verdad?- Sonrió ampliamente, ¿Jungkook había cocinado... Para él?

El azabache no había dormido casi nada, al finalizar la "sesión" de la tarde anterior cargó a Taehyung, lo cubrió, se arregló un poco y con cuidado de no hacer ruido salió directo a la farmacia, sabía que se había pasado, era apenas su segundo encuentro con el chico y no se había contenido con él. Tenía que actuar rápido, antes que despertara.

Volvió al departamento con una bolsa llena de medicamentos, y una botellita de lubricante escondida entre ellos. La chica de la farmacia no podía creer lo desvergonzado que ese cliente era, aún con toda esa mercancía no tenía ni pizca de rubor (Envidió en sus adentros al dueño de ese corazón).

Tomó de una pomada y masajeó con suavidad la espalda baja de Tae, tenía listos analgésicos, anti inflamatorios, y ciertamente había llevado calmantes.

El mayor, profundamente perdido en sus sueños no se enteraría de cómo Jungkook había pasado en vela, dándole caricias y endulzado su oído, honestamente temeroso de haberlo lastimado.

Ya entrada la noche Taehyung aún no había despertado.

-¿Pretendes quedarte así? ... ¿Taehyung no tienes hambre?

Le preguntaba porque él sí la tenía, se había cambiado a la ropa de dormir que sabía mantener en casa de Tae, aunque no se sentía particularmente cansado, no tenía ganas de cambiarse otra vez para salir.

Una vez Taehyung le había dicho que era un inútil por no saber cocinar, lo había soltado entre risas, pero el chico pensaba en eso de vez en cuando, sentía que hacía bien cada parte del proceso y aún así su comida era un desastre.
Pidió a domicilio, comió su hamburguesa en la sala, miraba de reojo hacia el cuarto donde aún dormía Taehyung, lo imaginaba asomarse y sonreír, también había pedido una para él, al chico le haría gracia ver las bolsas de comida rápida.

-Ah, pero eso en caso de que pueda caminar.
Jungkook tragó con dificultad al visualizar a su Tae alterado gritando que lo había jodido, y que esta vez sí no lo volverían a hacer.

Habiendo terminado, levantó las bolsas y guardó la parte de Tae en el refrigerador, se acercó a la entrada a recoger la ropa que le había quitado al castaño, sonrió al hacerlo, tener intimidad de esa manera con él era como un sueño feliz.
Dobló la ropa y la dejó en un cesto, entró con paso lento al dormitorio, su chico aún viajaba a otros universos.

Cherry «KookTae»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora