Parte 97 - Desde hace mil años

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Namki corrigió su postura y respiró profundo, no podía decir que el aire de Seúl estuviera menos contaminado que el de New York, pero admitía que de vuelta en la oficina trabajaba mejor que cuando debía hacerlo a distancia, incluso responder correos electrónicos era más sencillo con las carpetas impresas de sus clientes al alcance, no solía admitirlo ante otros pero en definitiva despreciaba la tecnología, aunque irónicamente era un pionero. Tal vez ese era el motivo de su desdén, ser el primero equivalía a estar en un constante estado de extravío.

La bandeja de entrada se actualizó y alzó las cejas ante la cantidad de correos que no eran de clientes, si no de su amigo Michael. Se quejó por lo bajo y decidió solventar el asunto antes que el profesor volviera a llamar, tomó el teléfono y presionó un botón.

-Kwon, envíame a mi menor de oro.

De vuelta en el departamento de Taehyung, él y Jimin intentaban convencerse mutuamente de descansar un poco. El castaño ofreció el sofá al rubio, pero pasada una hora el mayor seguía sin poder relajarse. Hoseok, estable pero debilitado, dormía en la habitación. Gyu daba indicaciones al equipo de seguridad en la entrada.

-¿Crees que se acabó, Tae?

El castaño suspiró y deslizó una mano desde el cabello hasta el hombro de Jimin, los guardaespaldas lo seguirían por un tiempo indeterminado y el automóvil color caqui también estaba afuera del edificio.

-Hiro no va a lastimarnos más... 

Las imágenes de sus compañeros del canal llegaron a su cabeza, Eun tenía una lesión en su mejilla, Jihu tan pálido que el doctor creyó que era él a quien iban a ingresar, Haeun comunicándose para preguntar por ellos y por el "chico del parqueo", Jin y Sik intentaban recuperar archivos de una de sus computadoras y el pequeño Kang Taehyun estaba oculto por el club de fans, todas las personas cercanas a él de alguna forma se habían visto involucradas en las acciones de Hiro.

-Kim Namjoon logró que el congreso apruebe una normativa para regular las importaciones, si ese era el negocio de Nakamura, entonces está en problemas-Gyu intentó darles ánimo- Nosotros vamos a seguirlos a ustedes, Min Young y yo no los dejaremos sólos.

Jimin asintió, pero no se sentía reconfortado, sus ojos ardían, encontrar a su mejor amigo en la condición que Seung lo dejó, aunque fuera para salvarlo, no encontraba en su corazón una forma de perdonarlo. Debía redirigir su enojo a Hiro, pero imaginar a Hoseok, amarrado y asustado en un auto le provocaba emociones difíciles de controlar.

-Volveré con Hobi... Gracias.

El rubio pidió el resto de la semana en su academia para cuidar a Hoseok, el departamento de Taehyung era reducido, pero suficientemente amplio para ellos, con eso Gyu no debía preocuparse de hacer una fortaleza en más de un lugar.

Un lado de la cama estaba ocupado por otra de las personas que apenas obtuvo unas horas de sueño, ofreció su mano a Jimin y la presionó mientras el chico se acomodaba, cuidándose de no turbar el descanso de Hoseok.

-Me gustaría que despertara- Jimin susurró y apretó la cálida piel blanca que lo reconfortaba- Pero sería muy egoísta de mi parte ¿Verdad?

La respiración de Hoseok era estable, incluso se veía tranquilo. Jimin lo observó, rodeado de casi todas las almohadas que poseían Jungkook y Taehyung.

Yoongi devolvió la presión en la mano de Jimin y continuó en silencio.

Dentro de la agencia de publicidad, Minki era regañado por su supervisor, por haber intentado prender velas en su área de trabajo, Dongyul reía en voz alta y se apoyaba en Chunghee.

-¡Te dije que no se puede!

-¡Puedes dejar que me regañe quien se supone que me debe regañar!

-¿Minki? ¿Por qué pretendías incendiar este lugar?- Kwon interrumpió a los dos menores.

Cherry «KookTae»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora