Parte 6 - Pequeña distracción

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Taehyung le daba vueltas a la libreta de apuntes que descansaba en una mesa del pequeño restaurante frente a su edificio, el lugar estaba bastante vacío, aunque en esos días solía permanecer así, había hablado con Jimin al respecto, no sabían cómo aún existía ese lugar, si sus ventas solo aumentaban los fines de semana, pero estaban felices de que así fuera, la comida tenía un precio que incluso estudiantes endeudados podían costear y el sabor de los postres era bastante aceptable.

Hizo una mueca de molestia al recordar a su ya no tan eterno compañero de salidas, Jimin.

Seguro no se tragó la mentira, pero tampoco era para desaparecer por días, no recordaba haber pasado tanto tiempo sin hablar desde...

Unos mechones rubios que se escapaban de una boina al otro lado del ventanal que daba a la calle llamaron inevitablemente su atención. El marrón se levantó de un salto, dejando abandonada su libreta con apenas algunas ideas plasmadas y salió al encuentro de esa figura.

-¿Park Jimin? ¿Qué demonios pasó contigo esta semana?

El chico se giró a Taehyung, su expresión denotaba seriedad.

-Mmm.

-¿Mmm? ¿Eso qué se supone que significa? ¡Te llamé unas cien veces! ¡No puedes solo hacerme esto! ¿Cómo quieres que haga mi vida sin mi mejor amigo en ella? ¿Sabes cuántos pasteles no me he comido porque no has estado ahí para acompañarme? ¿Me estás escuchando?

-Taehyung- Dijo en tono quedo- ¿Ya te has recuperado? ¿No has vuelto a tener fiebre?

-¿Qué? ¡No! Lo que sea que me pasó ya está bien, mira- Dijo extendiendo los brazos, como si eso fuese prueba de algo- ¡Estoy bien!

A Taehyung ya no le pesaba mentir descaradamente, antes su cinismo le habría aterrado, pero el Tae que estaba frente a Jimin no sentía remordimientos.

-Mmm. Entiendo. Eso es bueno... Sí.

El rubio tenía la mirada perdida, parecía desconectado de la realidad. Extrañaba al castaño, había pasado varias veladas llorando desconsoladamente, le parecía que al inicio había tenido alguna razón para hacerlo, pero en las ultimas noches la había olvidado, sus lágrimas se escapaban por su cuenta como si dentro no hubiese más que una tubería rota. Ya no sentía tristeza, no sentía nada.

Taehyung aún olía a otoño, podía verle como a la pintura que siempre fue, pero la brisa fresca y el maldito olor a sandía no se habían ido.

Respiró profundamente y le preguntó a Taehyung -¿Qué hacías aquí?-

-Ah... Tengo tareas.

-¿Por qué no las haces en casa?

-Bueno... No me puedo concentrar (porque recuerdo lo que hice con Jungkook allí)

-¿Falta de inspiración?

-(Falta de sexo) Eh... No lo sé, un bloqueo.

Taehyung no podía estar diez minutos concentrado en una cosa, porque el deseo de tener las caricias del de cabellos oscuros le nublaba los sentidos, las palabras que le había dicho "Siempre que lo volvamos a hacer" le resonaban y le hacían perderse en ideas. Si lo pensaba realmente no sabía si eso era sano o normal, nunca antes había sentido mariposas en el estómago, o al menos no como las que sentía ahora cada vez que Jungkook le sonreía.

Aunque el menor hizo la insinuación esa vez, después había parecido el mismo de siempre, no lo había tocado nuevamente más que para darle algunos golpes en el hombro o saludos como los que le daba a los demás. Era eso lo que le hacía cohibirse, ¿Cómo podía decirle? ¿Cómo se le dice a un amigo que si te puede follar otra vez?

Cherry «KookTae»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora