Capítulo 10 . Romance Asgardiano.

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El tiempo seguía su cauce y con él la relación de los príncipes, claro está que en público debían limitarse a solo ser "hermanos" solo podrían tener un acercamiento más personal en las inmediaciones del palacio y si era posible solamente en el interior de sus respectivas habitaciones, esa fue la condición temporal del padre de todo...

Por su parte Thor se veía inmensamente feliz, Frigga lucía aún más feliz, Loki desde que inicio esa relación con Thor hace ya seis meses se mostraba mucho más dócil y solidario, incluso hasta positivo en muchos aspectos, nada parecía molestarle... excepto cuando Sif o cualquiera de las doncellas del reino le restregaba sus enormes pechos a su rubio, porque claro que era suyo, Odín no podía o no se atrevía a aceptar dicha relación, al venir de una época anterior donde algo así sería impensado, guiado por su un mucho machista educación, Odín mando llamar a su hijo Baldr, quien al haber nacido fuera de matrimonio no era reconocido como heredero legítimo, más sin embargo si el así lo quisiera podría retar al primogénito real a muerte y ganar el trono, lo cierto era que Baldr apreciaba tanto a su hermano Thor que difícilmente lo retaría, decir que era menor que Thor era solo un entredicho, pues ambos tenían la misma edad, solo que Baldr fue concebido mientras Frigga estaba en los primeros meses de su embarazo gestando a Thor... digamos pues que Odín no pudo resistir mucho tiempo sin actividad y busco un reemplazo para no lastimar a su progenie... ideas de viejos.

Pues bien... Baldr llegó del reino de Alfheim, donde vivía con su madre, al llegar fue bien recibido por Frigga quien lo abrazo apenas lo vio, Thor corrió a abrazar a su hermano casi gemelo, pues el parecido era realmente impactante, a excepción del cabello que era un poco más oscuro y las orejas un tanto puntiagudas de Baldr, Loki llego detrás de Thor y saludo muy amablemente a su hermano mayor, Baldr se sorprendió del cambio en el temperamento y el físico del menor, lo abrazó afectuosamente y noto su dulce aroma y no fue hasta que Thor carraspeo su garganta que Baldr soltó por fin a Loki que estaba mareado por el fuerte aroma a café del rubio tan diferente al relajante aroma a chocolate caliente de Thor.

–Hermanito bonito, pero mira como has crecido, cada día eres más atractivo que Thor, no me extraña que tengas una fila de asgardianos o asgardianas detrás de ti.

–Nadie es digno de intentar siquiera tocar el cabello de MI Loki.

Baldr no pudo evitar voltear a ver a Thor con la boca abierta y las cejas muy arqueada cuando escuchó el énfasis de Thor en sus palabras, al ver esa reacción Odín pensó que había tomado la decisión correcta.

–¿Tu Loki dices?... ¿Pues de que me perdí? – el rubio veía incrédulo a sus hermanos alternando la vista entre uno y otro.

–Baldr– el rubio menor fue interrumpido por Odín, este último hizo un movimiento con su mano indicándole que se acercara hasta él, se despidió de sus dos hermanos alborotando el cabello negro de Loki, se acercó hasta Odín y Thor y Loki salieron de la sala del trono como si nada pasara.

Ya en los pasillos del palacio se tomaban de las manos, al tener el beneplácito de los reyes para hacerlo fuera de la vista del rey, se vieron a los ojos y se sonrieron con dulzura, caminaron hasta los jardines y en el centro de estos se encontraba un inmenso árbol, les gustaba escabullirse hasta allí, pues solo Frigga tenía acceso, ella misma les otorgo el permiso de entrar a esas profundidades de su jardín.

Bajo la sombra de aquel árbol su amor crecía cada día más, cada planta, animalillo silvestre, el sol, el viento y por supuesto Heimdall eran testigos diarios del amor que se profesaban en ese lugar, los suaves y largos besos, las promesas de un amor verdadero como eterno que se volvería oficial cuando fuesen mayores, para eso debían esperar un par de años más.

–Amor... ¿Crees que realmente funcione? Digo... si Odín no te nombrara rey... o si lo hace solo con la cláusula de que te cases con una princesa ¿Qué va a ser de nosotros? – Loki lo veía suplicante, buscando en esos ojos azules la calma que se le escapaba cada día, tenía miedo, eso era evidente, Thor también temía, así que abrazó con todo su amor al azabache.

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