Capítulo 12. Estamos hechos de detalles y esperanzas.

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Día: Jueves.

Hora: 9:19 a.m.

Lugar: Alfheim.

Nombre: Loki Odinson.

Querido muro de mis lamentos, te había dejado abandonado por casi un año, pero tengo buenos motivos para explicar mi ausencia, he estado muy ocupado los últimos meses y aún que no es pretexto, simplemente no quiero plasmar en tus paginas las formas en que Thor me eleva y me hace sentir en el Valhalla, no solo durante nuestros apasionantes encuentros de cama, hablo de su voz, sus suaves caricias, sus delicados besos en mi frente, como explicarlo, no lo sé, lo único que entiendo es que estoy perdidamente enamorado de él y eso no es bueno justo ahora que estoy obligado a estar tan lejos del sol de mi vida, estas tres semanas han sido una tortura, he estado estudiando con prodigiosos magos y hechiceros élficos, su magia es realmente impresionante pero eso no quita el dolor que llevo clavado en el pecho, le extraño tanto... me desespera sentir llegar el nuevo día y no escuchar su voz suave en mi oído dándome los buenos días, y es que él se ha vuelto la parte más importante de mi vida, pero todo este dolor es parte de un sacrificio que los dos estamos haciendo, con tal de volvernos más fuertes y poder en un futuro lograr protegernos el uno al otro, aunque no sentir el calor de sus brazos es realmente frustrante, trato de concentrarme en mis clases y no pensar mucho en su ausencia, pero en las mañanas siempre me descubro llorando con los ojos hinchados y un terrible dolor de cabeza, no he dormido nada en los últimos días, su ausencia me mata... Literalmente, sé que debo ser fuerte... Pero no puedo, me cala hondo... En verdad lo necesito, lo único que por ahora me mantiene de pie es saber que al finalizar esta semana podré volver a Asgard y estar con él...Aunque solo sea por un par de días, pensando en ello, me di un paseo por el inmenso mercado que hay aquí, encontré unas muñequeras hermosas para Thor, espero sean de su agrado... bueno, volveré mañana, si es que mi depresión no me lo impide...

Loki Odinson.

Pues sí, los días para el príncipe menor de Asgard no eran nada sencillos, entre los arduos estudios y entrenamientos apenas si le quedaba tiempo para dormir, pero ese tiempo lo usaba para aferrarse al pañuelo rojo que Thor le dio con su aroma la última noche que compartieron, los recuerdos lo inundaban y así se dejaba caer en un llanto largo, que le dificultaba el respirar, por las mañanas, sus ojos hinchados y enrojecidos por el llanto eran lo que lo delataban de haber pasado una terrible noche, pasó cada prueba que los elfos le impusieron para probar sus nuevas habilidades y aun así seguía sintiéndose infeliz y miserable, nada lo reconfortaba hasta que llegó el momento de volver a Asgard, como un cachorro feliz que menea su cola con emoción así se veía Loki mientras viajaban por el Bifrost, Thor no estaba diferente, cuando la luz arcoíris se hizo presente y dejo ver a las dos personas recién llegadas, Thor instintivamente corrió hasta Loki y el hasta Thor y se fundieron en un abrazo que nadie se atrevió a romper, llorando el uno sobre el otro, como si hubiesen estado separados por siglos, sus miradas enmarcadas por el llanto se encontraron y poco les importó que Odín les estuviera viendo, unieron sus labios en un beso ansiado, lento y profundo, en medio de risillas y sonrisas, sentían las lágrimas saladas del otro en sus labios, se separaron en busca del oxígeno necesario, sintiendo sus rostros arder en un tono rojizo imposible de esconder, suspiraron y mientras se perdían en las lagunas del contrario una voz femenina carraspeando la garganta los distrajo.

-Madre, que gusto que hayas vuelto a casa con bien- la abrazo y beso su frente, Frigga correspondió el gesto.

-Gracias querido, me alegra ver que tú también estás bien.

-Bueno, estoy mejor ahora que estas de vuelta madre- se giró hacía Loki y lo tomo por la cintura -Y ahora que la parte más importante de mi vida también está aquí- vio directamente a los ojos de Loki y tras un corto y casto beso, se giraron ambos y notaron que la comitiva ya iba de camino al castillo, ellos decidieron recorrer el tramo a pie, caminando lento, abrazados, entre risas y besos, disfrutando el recorrido y de su compañía.

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