Cuando volvimos a casa, Sana volvió a tocarme pero esta vez la pierna y estaba junto a Mina. Saque su mano y lleve a Mina en la cocina. No iba a decir lo que estaba haciendo Sana conmigo, solo quería estar con ella unos minutos.
—¿Qué sucede? —tome a Mina de la cintura y le di un beso en los labios, uno pequeño —Nayeon. —cerré mis ojos y negué con mi cabeza —¿Qué están haciendo contigo? —acaricio mi mejilla y solté un suspiro, no quería decirle, pero lo hice. Le dije todo y Mina me dijo que no le diría nada a Sana, solo me cuidaría de ella. También me dijo que este tranquila, que no busca nada, solo molestarme y cuidarla de cierta manera —¿Caíste en su juego? —negué con mi cabeza, aún con los ojos cerrados —¿Te gusto que te besará? —abrí mis ojos y fruncí mis cejas.
—No me gusto, para nada. —con mi agarre en su cintura la acerqué más a mí —Los besos que quiero son los tuyos y me encantan. —volvimos a juntar nuestros labios, pero esta vez el beso era más apasionado y con roces en nuestro cuerpo.
—Oh... —ambas nos separamos, la voz que escuche era diferente a las voces de las amigas de Mina —Lo siento. —gire a ver de quien se trataba y era una chica de cabello corto y rostro de bebé con un lunar debajo de su labio. La recordaba de alguna parte.
—Chaeyoung. —Mina se alejo de mí y fue abrazar a la chica, se parecía mucho con la chica que estaba anteriormente Mina —¿Ya llegaron todas? —asintió y llevo a Mina a la sala, olvidándose completamente de mí.
Solté un suspiro y tome mi celular. Mire si tenía algún mensaje, y si lo tenía. Era de Eunbi y Irene. Al entrar al chat privado de ambas, leí los mensajes.
~Nayeon, tu mamá esta en el hospital, sufrió un accidente y solo tienes minutos de vida y quiere verte, ven por favor. ~
~Nayeon ¿Qué estás haciendo? ¿Es más importante que tu mamá? Se esta muriendo y lo único que quiere es verte, maldita sea ven ya mismo. ~
Fueron los mensajes de Eunbi, en último mensaje que lo envió hace dos minutos, me dijo la dirección del hospital. Para no tener que explicar o interrumpir a las amigas de Mina, decidí salir por la puerta de atrás y escribirle un mensaje a Mina que me iba y la razón por la que lo hacia. Sabía que no debía irme, pero tengo que ir con mi madre. Vuelvo a fallar a Mina y en dos días me voy...
...
Llegué al hospital y Eunbi estaba en la puerta. Cuando me vio corrió hacia mis brazos y empezó a llorar.
—¿Ya se fue? —negó aferrándose a mi blusa —Vamos con ella, Eunbi. —la aparté tomándola de la cintura —Eunbi todo va a estar bien, sé que hiciste cosas que no me gustaron, pero eres como una hermana para mí y te quiero mucho, no vuelvas a cometer esos actos y estaremos bien. —asintió y me volvió a abrazar —Vamos con mi madre. —ambas entramos al hospital y Eunbi tomo mi mano.
—Yo tuve la culpa. —me detuve en medio del pasillo, no hablé y solo la mire en silencio —Le dije que te fuiste con una chica y que podría ser tu novia... —lo último lo dijo con un poco de tristeza en su voz.
—Eunbi, recuerda nuestra promesa. —aunque ya lo rompí.
—Rompí la promesa. —subió su voz y me dio la espalda —Estaba saliendo con mi enfermera cuando hice la promesa. —por lo menos no debo sentirme tan culpable ahora.
—Yo también lo hice. —la vi sonreír.
—Lo sé, esa tal Mina es tu novia. —
—¿Cómo se llama esa enfermera? —me había olvidado completamente de mi madre, pero debía saber eso.