La alarma informaba que era la hora de levantarme para ir al colegio. Anoche no pude dormir por todo lo que paso. En la cena no pude decir absolutamente nada, y como siempre, Draco la había preparado. Comimos en un silencio incomodo, o al menos eso fue para mí. Cada vez que nuestras miradas se cruzaban, rápidamente desviaba mi mirada con vergüenza al recordar su mano sobre mi cabello.
Yo nunca... pensé sentirme de esta manera.
Suspiré y me senté en mi cama. Con los ojos un poco adormecidos mire por la ventana. El día estaba soleado y entraban los rayos de luz por las cortinas de color celeste claro de mi habitación. Con un poco de sueño por no dormir casi nada anoche, me puse de pie y me dirigí hacia mi baño. Me tome una larga ducha y el agua término por despertarme cuando cayó por todo mi cuerpo.
Termine de ducharme y me envolví en una toalla. Seque mi cabello con otra y fui hacia mi habitación para buscar el uniforme de mi colegio. Luego de varios minutos tardando en cambiarme, arregle mi cabello y decidí dejarlo suelto. Me mire al espejo, acomode un poco mi falda, luego mi corbata de color negro, que aunque no quisiera llevarla, era parte del uniforme. Pero debo admitir... que el uniforme me queda bien. Me puse un poco de maquillaje y estuve lista.
Abrí la puerta de mi habitación, y camine hacia el pasillo para luego bajar por las escaleras. Me detuve en unas de las puertas de las habitaciones, la habitación de huéspedes. La puerta estaba un poco abierta, camine despacio hasta esta y mire hacia adentro. Mi corazón nuevamente comenzó a volverse loco al verlo a Draco. Él estaba frente a un espejo de cuerpo completo con la cabeza un poco hacia arriba arreglándose su corbata de color gris. Llevaba puesto unos pantalones de vestir color negro, una camisa muy bien arreglada de color blanco, y un chaleco de color negro que le quedaba perfectamente. Se acomodó un poco el cabello y desapareció hacia el otro lado de la habitación.
Por alguna razón no podía moverme, quería verlo nuevamente, quiero...
-¿Qué tanto miras Pequitas?- Murmuró.
Rápidamente me hice hacia atrás cuando vi a Draco por la pequeña abertura que provocaba la puerta medio abierta. Un enorme rubor se apodero de mi cara cuando lo vi sonreír de una forma burlona. Abrió la puerta por completo y se apoyó al marco de la puerta con sus brazos cruzados, mientras seguía sonriendo.
-¿Te gusta espiar a la gente?-Pregunto burlón.
Quería defenderme, pero las palabras no me salían, estaba demasiada avergonzada por lo que acababa de hacer. Di un paso hacia atrás y vi como él mostro una leve sonrisa.
-Ve a desayunar, ya está todo listo.- Respondió mientras lentamente apunto con su mirada hacia el pasillo.
Asentí. Y sin dudarlo me dirigí hacia el pasillo para bajar rápidamente por las escaleras.
Draco
Cuando estaba acomodándome mi corbata, pude ver por el reflejo del espejo que del otro lado de la puerta, estaba Hermione mirándome. Me sorprendí un poco, y por un momento mi corazón se aceleró de repente, tomándome por sorpresa. Por un momento me extrañe un poco, pero todo se aclaró cuando una idea llegó a mi mente. Hice como si no la hubiera visto, y me fui hacia el otro lado de la habitación. Cuando no estuve al alcance de su vista, muy despacio me acerque hacia la puerta. Una sonrisa apareció en mi rostro esperando para ver cuál será su reacción cuando vea que la descubrí.
Pero el que se sorprendió fui yo.
Pensaba que reaccionaria y trataría de negarlo, o simplemente se enojaría como siempre. Pero solo se ruborizo y se puso nerviosa. Se veía linda, y tierna. Un extraño sentimiento apareció e inmediatamente quería... ¿Abrazarla?
Rápidamente y aunque no quiera, alejé ese sentimiento.
No puedo... sentir esto.
-Ve a desayunar, ya todo está listo.- Dije mientras apuntaba hacia el pasillo.
Ella lentamente asintió y se dirigió hacia las escaleras. Aunque ya había desaparecido en las escaleras, mi mirada seguía en su dirección. Suspiré y me dirigí de nuevo hacia mi habitación, en busca de mis cosas.
Hermione
Bajé toda ruborizada hacia la cocina y me senté a desayunar en silencio. Draco aún no había bajado. Aunque se sentía un poco extraño desayunar sola, tuve que hacerlo. Cuando termine y fui a buscar mis cosas de la preparatoria que las había dejado en el living. Cuando estaba a punto de irme, sentí como Draco bajaba de las escaleras. Cuando me dirigí hacia la puerta, vi que él también venia... parecía un poco, triste.
-Ya... ¿Te vas?
-Eh...- Comencé a sentirme nerviosa-. S..Si, ya termine el desayuno y tengo que ir a recoger... a Astoria.
-Ya veo...- Guardó silencio-. Nos vemos dentro de un rato.- Sonrió-. Ten cuidado en el camino, no quiero que te lastimes...
Me sorprendí. Él dio media vuelta y se dirigió hacia la cocina. Cuando desapareció de mi vista, sentí que casi me desmayo. La forma en como lo dijo, sonó muy... lindo.
Respiré profundo y me dirigí hacia el garaje y subí a mi auto. Cuando finalmente salí de casa, me dirigí en busca de Astoria.
Seguí el mismo recorrido de siempre, pero cuando llego la parte de doblar hacia una esquina, un auto color gris opaco apareció de repente e impacto al mío.
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viviendo bajo el mismo techo
RomanceMi nombre es Hermione Granger, tengo 17 años y soy hija única. Este año, será mi último en la preparatoria, extrañaré a mis amigas y por supuesto a mis queridos ''amigos'', ya sabrán a lo que me refiero. Todavía no logro olvidar a ese chico, con el...