La casa era alta, y estaba rodeada por unos muros. Jesús sacó unas llaves y abrió las puertas. Entramos a la casa y era muy bonita.
-¡Daniiieeeel! ¡Tenemos visitaaaaa! -Gritó Jesús-
Se escucharon unas toses. Jesús se dirigió al salón, y María y yo fuimos detrás. En el salón estaba Dani, tapado con séis mantas, pálido.
*Narra Daniel*
Mi hermano llegó chillando. Estaba de cara a la pared, metido entre muchas mantas.
-¿Quién ha venido? -Pregunté casi sin fuerzas-
-Alicia y una amiga suya.
Me sobresalté del sofá y me levanté con todas las mantas al rededor. Las dos chicas se me quedaron mirando, y Jesús les ofreció asiento. Yo me puse colorado, no quería que me viesen así. Me senté y Alicia se sentó a mi lado.
-¿Cómo estás? -Me preguntó Alicia-
-Bien... Bueno, no.
-¿Estás muy mal?
-Sí, más o menos.
-¿Pero muy muy muy mal? ¿Mucho mucho?
No pude evitar una sonrisa. Alicia podía ser muy tímida, pero cuando la conocías era un amor de persona.
-Supongo que no tardaré mucho en curarme... -Añadí-
Estuvimos un rato hablando los cuatro. Mi hermano y yo las conocimos mejor. Estaban en nuestro instituto desde hace un tiempo, pero no habíamos hablado con ellas apenas. Serían ya las siete y media de la tarde o algo así, y las dos chicas se tenían que ir.
*Narra Alicia*
Los dos hermanos eran muy majos. No sabía que hora era, pero tarde seguro. Entonces María y yo nos levantamos, dispuestas a irnos. Le dí dos besos a cada uno y salimos por la puerta.
-Son guapísimos. -Dijo de pronto María-
-María...
-¿Qué? Bueno, me voy que luego me regañan. ¿A ti no?
-Mis padres no estaban en casa, y llegan tarde.
-Bueno, adiós guapa.
María se fue corriendo. Debido a que era invierno, ya era de noche. Empecé a caminar, mirando las estrellas. Unas brillaban más, y otras menos. Algunas estaban solas, separadas del resto. Otras estaban agrupadas. Alguien me interrumpió. Era Jesús, de nuevo.
-Jesús... ¿Qué hacés aquí?
-Anda, me has diferenciado.
-Es verdad...
-Salgo por las noches, a contemplar el ambiente. Por lo que he visto, tú también.
-Sí... ¿Llevas mucho tiempo mirándome?
-¿Qué? Eh... No, no. -Se puso colorado-
Empecé a reírme. Jesús también sonrió.
-¿Quieres que te acompañe a dar una vuelta ? -Preguntó Jesús, mirando al suelo-
-¡Claro!
Se acercó un poco más a mí y comenzamos una ruta hacia ninguna parte. Hablábamos de todo. De Daniel, de María, del instituto, del verano... Que por cierto, estábamos a mediados de enero.
Cada vez hacía más y más frío, y estaba empezando a temblar. Jesús lo notó.
-¿Qué te pasa?
-Nada... Sólo, hace un poco de frío.
Jesús enseguida se puso las manos en la cintura dispuesto a quitarse su sudadera. Le agarré de una mano, deteniéndolo así.
-No, enserio, no hace falta.
-No puedo arriesgarme a que una princesita pase frío.
-No te preocupes.
-Entonces...
Jesús se acercó aún más a mí, y pasó su mano por detrás de mí cuello. Eso me hacía tener menos frío. Le miré a los ojos y sonreí, él hizo lo mismo.
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♥Dos Para Una♥ {GEMELIERS}
Teen FictionAlicia, una chica simpática que vive en Mairena, Sevilla. Debido a su timidez no conocía a mucha gente, hasta que un día, dos chicos le cambiaron la vida por completo... ♥DOS PARA UNA♥