Capítulo 10~

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Hasta que nuestros labios quedaron a tan sólo centímetros...

Entonces el mundo se detuvo. Lo único que podía ver eran los ojos de Jesús, mirando fijamente a los míos. Finalmente, nuestros labios se juntaron. Fue un beso corto, pero se nos hizo eterno. Al separarnos, los dos soltamos una risita, con los ojos aún cerrados.

-¿Tú me quieres? -Preguntó Jesús-

-¿Tú que crees?

-¿Que qué creo? Que eres la persona más preciosa de este mundo.

Reí.

[Jesús y Alicia terminaron el trabajo, entre risas y algún que otro beso. Pasó el día, y ya era viernes por la tarde, vacaciones de Navidad. Daniel, Jesús, Miguel, Jorge, Javi, Lucía, Alba, Clara, María y Alicia quedaron para ir a un parque cercano]

El parque era precioso. Le llamábamos el parque de los cerezos porque, a parte de tener muchos cerezos, casi siempre estaban en flor. Un pequeño río artificial atravesaba el parque. Además había muchos bancos, donde los chicos siempre se sentaban.

Mientras que caminábamos, María me interrogaba, sin que los demás la oyesen.

-¿Pero qué hicisteis ayer?

-Puf... Muchas cosas.

-'Jode', pues dímelas...

-Mira, buscamos la información del libro y del ordenador, y lo escribimos todo en...

-Eso no -Me interrumpió María- Me refiero...

-Que no hicimos nada.

-Cuando te pones así, estás mintiendo. Dímelo jo, no se lo voy a decir a nadie...

-María, sólo fue un beso.

Entonces chilló tan fuerte, que todos los demás nos miraron. Le dí un golpe en el hombro.

-¿Enserio? -Susurró- Qué fuertee...

-Calla, anda.

Cuando llegamos, nos sentamos en unos bancos, debajo de un cerezo.

Empezamos a hablar de casas, sí, de casas. De dónde vivíamos cada uno. Algunos vivían cerca de los gemelos, otros cerca mía y otros vivían a tomar por saco de todos. Jorge en cambio, vivía en una comunidad, con piscina y todo. Nos prometió a todos que nos iba a llevar allí a pasar unos días.

Mientras que seguían hablando, me empecé a sentir mal. Mi cabeza estaba que iba a explotar. En mi opinión, uno de los peores dolores de cuerpo es cuando te empieza a doler fuerte la cabeza. Me levanté.

-Chicos... Voy a dar una vuelta, ahora vengo.

María me miró preocupada, yo le sonreí, forzosamente. Me retiré un poco. Serían las séis de la tarde, y estábamos a finales de diciembre, asi que era de noche.

Llevaba las manos metidas en la chaqueta, y de repente, alguien me sacó suavemente una de ellas del bolsillo. Como no, era Jesusín.

-¿Qué hacés aquí?

-No quiero que estés sola -dijo poniéndose frente a mí y dándome sus dos manos- ¿Qué te pasa?

-Me duele la cabeza... Creo que me voy a ir a mi casa...

-Mejor será, princesa. Si quieres te acompaño -Dijo sonriendo-

Entonces le abracé.

*Narra Jesús*

Ella me abrazó. Pude oler su pelo. Olía a fresas, me encantaba. Estaba loco por ella, y creo que ya se lo había dicho, pero no la quería presionar.

-Gracias... -Me dijo ella-

-¿Por qué?

-Por preocuparte por mí... ¿Pero por qué? Quiero decir... ¿Por qué haces esto por mí?

-Porque Alicia, yo en ti veo cosas. Cosas que en otras chicas no veo. Y mira que no soy de enamorarme, pero tú... Tú eres perfecta...

♥Dos Para Una♥ {GEMELIERS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora