♥Dos Para Una♥ {GEMELIERS}

Capítulo 16~

*Narra Alicia*

Ya hacía un rato que los gemelos y su madre se habían ido. Jesús, se tenía que ir. Sin tocarle, ni abrazarle, ni siquiera poder hablarle...

Mis padres ya habían venido, pero tampoco les dejaban pasar. Eso más que un hospital, parecía una cárcel. No sé por qué estaban así los médicos. Estaba tumbada en la cama. Me habían confiscado mi móvil, y tenía necesidad de hablar con Jesús. De pronto la médica vino con una mascarilla.

-Toma -Dijo dándome una cucharada de un jarabe verde-

-¿Por qué no puedo salir de mi habitación ni ver a mis padres?

-Me temo que eso no lo puedo hablar con tigo, jovencita.

-Sólo es un puto tobillo torcido, necesito saber qué cojones pasa -Exclamé cabreada-

La médica sólo se fue. Lo bueno era que cuando ya se iba, se le calló mi móvil. Llamé a mi madre enseguida.

-... ¿Mamá?

-¿Alicia?

-¿¡Por qué mierdas me tienen aquí encerrada!? ¡Me estoy empezando a agobiar!

-Hija, cálmate...

-¿Me puedes decir qué está pasando?

-Hija, los médicos creen que estás empezando a tener un virus muy grave...

-¿Cómo? Pero... No estoy mala, estoy bien...

-Ellos CREEN que lo tienes, no que lo tengas. Te están haciendo pruebas, y han dicho que cuando te hagan esta, te darán el alta... Si estás bien, claro.

-Mamá, no quiero estar sola. Ven.

-No me dejan hija, tu padre está super enfadado, yo también.

De pronto escuché a la médica.

-Te quiero mamá.

Colgué y tiré el móvil.

-Tenemos que hacerte una prueba. Vamos.

Me levanté, cojeando, y seguí a la médica. Me puso una máscara y me llevó a una habitación. Me tumbé en una mesa de acero y una gran máquina pasó por encima mía. Fue muy rápido, apenas lo vi. Pero me quedé ciega, eso sí.

-Bájate -Dijo la médica sacándo unos papeles de una impresora, inspeccionándolos así-

-¿Qué? ¿Tengo el virus?

-Me miró rara y yo me mordí la lengua- De momento puedes irte a tu casa... Tus padres están de camino.

Salí corriendo (todo lo corriendo que podía correr una persona con la pierna escayolada) hacia mi habitación. Me puse mi ropa, agarré mi móvil y de repente apareció mi padre. Corrí a abrazarle, entre lágrimas.

-¡Hija! -Chilló con una sonrisa mi padre-

-Estoy bien, papá -Le devolví la sonrisa-

Luego vino mi madre con mi hermana en brazos e hice lo mismo que con mi padre. Quería irme ya, a ver a los chicos. Sobre todo a Jesús, porque sé que se sentiría culpable.

[...]

Llegué a mi casa. En la puerta, estaban Dani, Jesús y María esperado. Al verme, vinieron a mí.

*Narra Jesús*

Estábamos esperando a que Alicia viniese. Sus padres nos habían contado todo lo que había pasado. Que tenía una lesión en el tobillo, que lo mismo tenía un virus...

De pronto apareció. Tan preciosa, tan inocente. Sus padres se metieron en su casa. Corrimos hacia ella. Primero le abrazó María, muy feliz de verla otra vez. Después Daniel, muy fuerte, con una sonrisa de oreja a oreja. Yo, directamente le planté un beso.

-Alaa -Exclamó María-

-Ai Jesús, aquí no -Continuó Dani- Que hay niños mirando.

-Tonto -Respondió Jesús girándole la cara a Dani, bromeando-

-¿Cómo llevas esa pierna? -Preguntó María-

-Pues... Me duele.

-Lo siento, Alicia... -Dijo Jesús, preocupado-

-Jesusín, no ha sido tu culpa, ¿vale?

-Bueno, pues os dejamos sólos...

María y Daniel estaban apunto de irse, cuando Jesús les reclamó.

-'Esperarsu'-Dijo Jesús-

-¿Qué? -Preguntaron los dos-

-¿Vosotros... Tenéis algo?

Los dos se quedaron mirando.

-El otro día, cuando nos quedamos a dormir en la casa de Alba, os vimos juntos en el jardín por la noche.

-Pero... Hablábamos -Respondieron-

-No, tonteábais -Saltó Alicia- Dani, María, si tenéis algo que decirnos...

-Me gusta María -Afirmó Dani-

-Me gusta Dani -Terminó María-

Entonces se dieron un pico y se fueron corriendo. Jesús se quedó con la boca abierta, se la cerré.

-Que te embobas.

-Alicia, ¿te duele mucho?

-Sssssi... Más o menos.

-Ai lo siento joder, es que no tenía que haberte retado. No confíes más...

-Ella me calló con un beso- Jesús, yo te obligué a ir a ese lago. No te sientas culpablejo jolín.

-No puedo evitarlo...

-Inténtalo.

Me besó y le acompañé a su casa, ya que tampoco podía andar mucho.