♥Dos Para Una♥ {GEMELIERS}

Capítulo 25~

Al llegar a mi casa, le heché un ojo. Era un duplex normal, con tres habitaciones y dos baños. Mis padres estaban en el salón, cuando tocaron al timbre.

-¡Abre tú mamá! -Chillé mientras que subía a la planta de arriba-

Me frené en mitad de las escaleras para ver quién era. Una familia, un hombre y una mujer con un niño pequeño (de la edad de Sara más o menos) Mi madre les dejó pasar, sonriente, pero alguien más entró. Era aquel chico, aquel chico pasó. Aquel chico rubio.

La familia y mis padres se sentaron en el salón.

-Arriba está mi hija Rubén. Tiene más o menos tu edad, sube a verla si quieres.

Al escuchar esas palabras de mi madre, subí corriendo. Me metí en mi habitación y de los nervios, se me olvidó cerrar la puerta. Me tiré en mi cama y comencé a mirar el móvil. No me había dado cuenta de que tenía unos cuantos mensajes de Jesús.

"Hola princesa"

"Estás ahí?"

"Bueno, espero que estés bien. Sólo quería decirte que mis seguidores en redes sociales van subiendo cada día. La gente (sobre todo chicas) me felicita. A mí y a mi hermano claro"

"Bueno preciosa, cuando puedas me contestas. Espero que no te olvides de mí... Te quiero"

-¿Hola? -Dijo aquel tal Rubén, apareciendo por la puerta-

Yo sólo pegué un mini chillido y me levanté de un salto de la cama.

-Lo siento, me llamo Rubén... No quería asustarte.

-No pasa nada. Soy Alicia -Dije, sonriendo y acercándome a él dándole dos besos-

-Soy tu vecino... Y bueno, el que te ha impedido pasar en el club hípico.

-Solté una risisa- Bueno, me he mudado aquí unos meses aquí.

-¿Ah sí? Pues mis padres también quieren mudarse... A Sevilla.

Demasiadas casualidades.

-Siéntate -Le dije, dejándole un hueco en mi cama- ¿Te molestaría mudarte?

Ahí empezó una larga conversación. El principio de una nueva amistad...

Pasado un rato, ya nos habíamos conocido mejor. Se llamaba Rubén, tenía 16 años recién cumplidos. Le encantaba montar a caballo, y sus padres (mis vecinos) eran dueños de una yeguada muy famosa por allí. También iría al mismo instituto que yo.

De pronto, me miró el collar.

-Es muy bonito -Dijo señalándolo-

-Sí... Es de...

La madre de Rubén nos interrumpió. Le llamó, ya se iban.

-Bueno, pues hasta mañana, Alicia.

-Encantada de conocerte -Respondí-

-Igualmente -Dijo sonriendo-