Capítulo 28~

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Al fin llegamos. Esas horas de coche se me hicieron eternas. Rubén había llegado con su familia hace un rato y estaban viendo su nueva casa. Él llevaba a Princesa y a su caballo, así que ya los habría metido en el club hípico.

Mientras que mis padres metían las maletas en la casa, yo corrí hacia la casa de los gemelos.

[...]

Me quedaba muy poco para llegar, cuando me encontré con María, pero no estaba sola. Estaba con Dani, liándose. Andé sigilosa tras ellos y les asusté. Ellos se sobresaltaron y me miraron. Abrieron los ojos como platos y corrieron a abrazarme.

-Ai dios. Tres meses, has crecido. Has cambiado. Tres meses Alicia, tres meses -María estaba eufórica-

-¿Me hechabas de menos? -Sonreí-

-No sabía que venías hoy, te lo juro. Joder, tengo tantas, pero tantas cosas que contarte.

-Alicia, tenemos miles de fans en las redes sociales -Saltó Dani- Miles y miles de fans. La gente es súper cariñosa.

-Son muchas cosas -Respondí- Yo también os tengo que contar algunas... Pero primero tengo que ir a ver a Jesús.

Dani se puso nervioso.

-Alicia... Jesús está en mi casa, pero... Si ves algo raro, no pienses mal.

-¿A qué te refieres? -Pregunté extrañada-

-Eh... Jesús está con una amiga... Pero es su mejor amiga, no pienses mal eeh.

-¡Yo también me he traído un amigo!

De pronto apareció Rubén. Él y Dani pusieron cara de asombro y se abrazaron muy fuerte. No lo entendía.

-¡Cuanto tiempo tío! -Chilló Dani-

-Pff... Has cambiado mucho -Respondió él-

-Mira, esta es mi princesita -Dijo Dani señalando a María. Rubén la saludó y le dio dos besos-

-¿Es tu novia? -Pregunté- ¿Y de qué os conocéis Rubén y tu? Oye yo me he perdido muchas cosas...

-Mira Alicia, tú ve a ver a Jesús, que nosotros le presentamos a los demás al perro de Rubén.

Asentí con la cabeza y seguí caminando hacia la casa de Jesús.

[...]

Al llegar toqué al timbre. Estaba muy ilusionada. Y me abrió él. Jesús. Iba sin camiseta, y al verme, no se lo creía. Se acercó mucho a mí y con un dedo me tocó la mejilla.

-¿Qué haces tonto?

Me abrazó. Muy muy fuerte. Yo puse una mueca de dolor, pero sonriente a vez.

-Hola, princesa.

-Hola...

Evidentemente la situación no era muy cómoda. Jesús y yo cortamos antes de que me mudase y apenas habíamos hablado.

-¿Por qué no me has hablado? -Pregunté al fin-

-Se me rompió el móvil. Tengo muchas cosas que contarte. Muchas.

-¿A qué esperas?

♥Dos Para Una♥ {GEMELIERS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora