Capítulo 24~

320 16 0
                                    

Esos dos días ya habían pasado. Me dolía que Jesús y yo ya sólo fuésemos amigos. Él me quería, yo le quería, pero también pensaba que separados en distancia estaríamos mejor por el momento.

Duele querer a alguien y que esté lejos de ti. Con la de gente maravillosa que hay por el mundo, y sólo te puedas comunicar con ella entre pantallas.

Total, que no tenía ganas de nada. Tenía que levantarme, pues me mudaba en cuestión de minutos.

-¡Vamos ya, Alicia! ¡Te estamos esperando! -Chilló mi madre-

-Voooy -Contesté forzosamente-

Me levanté, muy despeinada y con mi pijama de rayas. Me peiné y me vestí en cinco minutos. Bajé corriendo y miré a mis padres. Estaban con Sara y con las maletas en la puerta.

-Coge al gato -Me suplicó mi padre-

Se metieron en el coche. Mis padres también se habían encargado de meter a la yegua en el porte. Estaban todos allí, en mi jardín. Esperando para despedirse de mí.

-Alicia... Te voy a hechar muchísimo de menos -Exclamó María, entre lágrimas. Yo la abracé-

-Aunque te conozcamos desde hace unos meses, has pasado a ser parte de nosotras, Alicia. Te queremos mucho, estos tres meses van a ser muy difíciles sin ti y sin tu alegría. Adiós, guapetona -Dijo Lucía, hablando también por Clara y María-

-Alicia, que sepas que eres la mejor cuñada de el mundo. Mi hermano y yo te vamos a deber tu regalo -Siguió Dani, sonriendo. Al segundo, no pudo más y se le escaparon unas lágrimas- Gracias por esos consejos, 'cuñi', los voy a intentar.

-Nosotros también te vamos a hechar mucho de menos, no te pienses. Que a nosotros también nos alegras los días. Estos meses se nos van a hacer eternos, hasta entonces -Terminó Javi, hablando también por Miguel y Jorge-

Esas palabras me emocionaron. Tenía mucha suerte de tener a esa gente. Jesús estaba llorando, ya no tenía palabras. Lo entendía, asi que ya me iba a ir cuando él me detuvo.

-Espera... -Me dijo, haciendo que le diese la espalda-

Me puso un collar. Un collar de oro con un corazón y una cifra grabada en él. Después me abrazó y me fui al coche.

[...]

Tras unas cuantas horas de coche, estábamos llegando. Almería era preciosa. Llegamos a la capital, a la nueva casa. Era un dúplex normal y corriente, pero sin piscina. Había una municipal a una manzana de allí. También había un club hípico en la dirección contraria donde meteríamos a Princesa.

-Voy a llevar a Princesa a su sitio -Le dije a mi madre-

-¿No quieres ver la casa? -Respondió bajando las maletas junto a mi padre-

-Claro, y se queda la yegua ahí metida.

-Bueno, pues llevate a Sara.

La cogí y la monté en Princesa. Yo me subí detrás y empecé a trotar hacia el nuevo club hípico por el asfalto. Almería, me gustaba Almería. Mientras, contemplaba el paisaje y las agrupaciones de casas modernas.

[...]

Al llegar, había mucha gente montando en pistas. El lugar era muy grande. Yo, sin bajarme de Princesa y con la niña delante, guié a la yegua hasta su cuadra. De pronto, un chico montado en un caballo andaluz se puso en mi camino, tampando así mi paso.

-Bonita yegua -Exclamó aquel extraño-

-Gracias...

Sara me miró. Le esquivé y seguí hacia la cuadra.

Aquel chico era rubio, tenía los ojos marrones verdosos. Noté que al irme, me había seguido con la mirada.

Metí a Princesa en su sitio, le di la mano a Sara y volvimos a casa. Aquel chico había desaparecido.

♥Dos Para Una♥ {GEMELIERS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora