Parte 5 (+18)

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Ichinose Honami

Ayanokouji Kiyotaka era la única persona que cuya presencia me hacía sentir cosas que nunca antes había sentido con otras personas. Sentía en él a una persona excepcional encerrada dentro de esa personalidad misteriosa.

No estaba muy segura de mi suposición. Me gustaba tratar de la misma manera a los demás, nunca había tratado a alguien de diferente manera, siempre había tratado de llevarme bien con todos, formando relaciones de amistad con la mayoría de las personas que se cruzaran por mi camino.

El mero hecho de pensar en Ayanokouji me generaba dudas sobre mis ideales que parecían firmes hace tan poco. Mis pensamientos me hacían pensar en la supuesta superioridad que tenía ante mí, y, aunque me pese admitirlo, su mera presencia me ponía nerviosa.

¿Miedo? No, no era miedo, estoy muy segura de que su misterio no me generaba temor.

No sabía lo que sentía por él, pero de alguna forma trataría de confirmar lo que mi corazón guardaba por él.

Sabía que era la forma incorrecta de hacerlo. Pero gracias a unas amigas muy cercanas, pude hacerme con unas cuantas pastillas para dormir. Al hacerles unas pequeñas "modificaciones", las convertí en una especie de "inhibidor", lo cual me serviría para tener quieto a Ayanokouji por un tiempo relativamente largo.

Lo único que quería era observar la reacción que tendría al ver a un Ayanokouji indefenso y accesible. Ya que el solo pensar en esa fantasía, me hacía sonrojar y suspirar. Tal vez empezaba a perder la cabeza, pero no había marcha atrás. Ya me encontraba de camino a su habitación, mientras pensaba en muchas cosas, en lo que podía pasar en esta noche.

Y lo decisivo que iba a ser para mis sentimientos.



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Me encontraba frente a la puerta de su habitación. Me quedé parada ahí, repasando las líneas que había pensado decir. En unos minutos mi plan empezaría, y estaba realmente nerviosa por los resultados de mi pequeña investigación.

Respiré hondo buscando obtener algo de valor, para luego golpear la puerta con algo de seguridad.

O al menos quisiera decir eso...

Mi falta de valor había producido que en vez de un golpe, rozara suavemente su puerta, haciendo un ruido inaudible. Al notar mi falta de valor, decidí llamarlo. Realmente me sentía como una joven indefensa e insegura, pero esa era la única manera que se me ocurría.

Al abrirme la puerta, pese a las horas, me saludó amablemente y me invitó a pasar. Supongo que no quería discutir conmigo sobre mi repentina aparición en su habitación, pero, con la misma habilidad con la cual siempre me trataba, me había dejado pasar.

Hablamos sobre un "asunto" que teníamos pendiente, para luego darle la "bebida" que lo dejaría indefenso ante mí.

No podía soportarlo mucho más, la intriga me estaba matando. Simplemente se lo di. Pude ver como lo miraba de forma curiosa, como si sospechara de lo que le estuviese dando. Lo tomó en sus manos, caminó hacia lo que parecía ser la cocina a preparar algo de té, y se quedó ahí unos minutos.

Su forma de ser, ya sea amabilidad o no, me hacía sentir una especie de calidez en mi pecho, una comodidad que pocas veces podía llegar a sentir con alguien. Mientras le veía de vez en cuando, no pude evitar sonreír. Me sentía mal al hacerle este tipo de cosas... pero ya no tenía caso...

Ayanokouji Kiyotaka X Harem | Classroom of the EliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora