Parte 7

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Ayanokouji Kiyotaka:

Me había despertado mucho más tarde de lo normal. Por alguna razón, que obviamente conocía, no tenía ganas de salir fuera de mi habitación. Solo quería descansar y evitar pensar en las cosas que habían ocurrido en estos días. Aunque tarde o temprano tendría que pensar en ello y tomar decisiones, aunque creo que ya he tomado una decisión, tal vez un poco apresurada, pero soy un humano después de todo. Tenía el derecho a equivocarme de vez en cuando, aunque esto fuese intencional o no.

No creo equivocarme en las decisiones que se relacionen con mi vida. Ya que yo decidía si estar era buena o mala y nadie más.



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Aproximadamente a las nueve de la mañana, me levanté sin ningún rastro de fatiga o cansancio. Mis condiciones especiales y mi "entrenamiento" previo en la sala blanca me habían ayudado a recuperarme rápidamente. O simplemente puede que haya descansado lo suficiente.

No tenía problemas en el ámbito mental y mucho menos en el ámbito físico. En pocas palabras necesitaba descansar poco para poder recuperarme totalmente. Y todo esto gracias a mi gran rendimiento físico.

Con cierta pereza me encaminé a la cocina para poder comer algo que sustituyese mi desayuno tardío. Algo improvisado, rápido y fácil de hacer. Un desayuno común en la mayoría de países de todo el mundo. Huevos revueltos con tostadas y té para beber.

Terminando de desayunar, olvidé que no me había vuelto a asear desde que había despertado. Era muy raro estar despistado, pero sin darle más vueltas me lavé el rostro y los dientes con mucha más pereza.

En el espejo pude ver mi rostro, el cual seguía con los mismos gestos de siempre. Una mirada neutral y la comisura de mi boca plana. Era lo que muchos llamaban "póker face".

Luego de vestirme con algo más decente a lo que tenía puesto para dormir, iba a volver a mi cama para pasar el rato haciendo una que otra cosa en mi celular, pero el solo ver mi cama me producía recuerdos muy comprometedores de una noche muy extraña, y yo, por ahora, prefería no pensar tanto en esos recuerdos tan recientes. Ya tendría tiempo el día de hoy para pensar, especialmente el día de mañana, ya que les vería el rostro a las cuatro.

Sí o sí las confrontaría.

Por la incomodidad que me producía aquella cama, salí de mi habitación con el mismo pesar con el que había dormido la noche anterior. Necesitaba distraerme.

Caminé sin rumbo por un tiempo, hasta llegar a un parque donde no se podían ver personas presentes. Una zona libre de ruidos y molestias externas.

Me senté en uno de los tantos bancos que la escuela había proporcionado con el fin de simular una falsa libertad a los estudiantes. Observé a los pájaros pararse sobre los árboles que acompañaban al solitario parque. La paz que sentía seguiría presente hasta que a alguna persona se le ocurriese fastidiarme.

Como si hubiese sido una clase de deseo erróneo. La silueta de alguien a lo lejos se hacía presente. Poco a poco, según se acercaba pude reconocer el rostro de aquella molesta persona. Todas las personas que llevaban ese apellido conseguían fastidiarme mis días.

Horikita Manabu o Horikita mayor como me refería a él en mis pensamientos, se acercaba lentamente a mí.

Y eso no podía traer nada bueno.

Ayanokouji, que sorpresa encontrarte por aquí. —dijo mientras se acomodaba los lentes en el arco de la nariz.

¿Ha sucedido algo? —pregunté para reducir la conversación.

Ayanokouji Kiyotaka X Harem | Classroom of the EliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora