Parte 19

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Ayanokouji Kiyotaka

Un nuevo día empezó frente a mis ojos. Me levanté sin problemas. Sin ninguna clase de complicación psicológica u onírica, simplemente, sin problemas. Ninguna llamada, ningún mensaje de alerta o advertencia. Todo parecía ir bien en este examen especial, y por bien me refería a que tal vez Horikita lograra obtener un número mínimo de expulsados.

Al notar que el tiempo seguía corriendo a pesar de estar perdido en mis pensamientos, decidí dejarlo por el momento. Tenía que alistarme para ir a la escuela, pensar en comer algo, y demás cosas...

Tal vez me pueda permitir un pequeño capricho de desayuno, gastar unos cuantos puntos en un buen desayuno no estaría demás. Después de todo me enfrentaría el día de hoy con uno de los mejores alumnos. No solo me refería a Horikita mayor, sino también incluía a Nagumo.

Lamentablemente había elegido enfrentarme en artes marciales a alguien que es prácticamente maestro en Karate y Aikido. Dos artes marciales muy complicadas de aprender y ejecutar.

Nagumo tampoco era alguien para subestimar. Ambos se habían ganado su puesto en el consejo estudiantil por sus propios méritos. Es verdad que no estaba tan de acuerdo con dejar de lado a alguien como Nagumo, pero si Horikita mayor ya lo había pensado, no tenía caso enfocarme en ello.

La hermana de Horikita mayor, Horikita Suzune, me había casi obligado a cooperar con su hermano. Por eso no me importaba.

Pude haberme negado y haber buscado opciones para contrarrestar las peticiones que me hicieran ambos Horikita's pensando un plan con antelación. Pero trabajar en exceso me generaba una molestia. Las ataduras de esa familia seguían presentes.

Estaba dispuesto a hacerlo. Quería vivir de forma ordinaria.

Pero tampoco quería vivir toda mi vida en las sombras, definitivamente no quería eso.



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Al terminar mi pequeño monologo, inconscientemente solté un largo suspiro.

La rutina diaria que seguía se vería gravemente afectada por los acontecimientos que se darían dentro de poco.

Cerré la puerta de mi habitación para evitar que entrasen personas no deseadas, bajé las escaleras con algo de lentitud, y fui en camino hacia las aulas.

Mi plan era casi el mismo que ayer. Quería perder un poco de tiempo con la excusa de que esta vez sí lo necesitaba.

Se dice que los grandes deportistas suelen tener sesiones muy largas de meditación antes de participar en competencias muy importantes para sus carreras.

En este caso, yo no era un deportista, y tampoco iba a meditar, pero, el tiempo que pasaba mientras no hacía nada, era mi especie de purificación.

Cuando pensé en las propiedades de la meditación... sentí como alguien me jalaba de mi brazo con cierta delicadeza.

Buscando mi completa atención, la líder de la clase B, Ichinose Honami, me miraba haciendo un pequeño puchero. Supongo que el no haberle esperado la había molestado.

—Oye, Kiyotaka... oye, oye, oye... —repitió como si se tratase de una niña.

A pesar de que ya me había percatado de su presencia. Quise observarla por un poco más de tiempo. No todos los días tenías ese tipo de servicio.

Ayanokouji Kiyotaka X Harem | Classroom of the EliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora