Ayanokouji Kiyotaka X Harem | Classroom of the Elite

Parte 8

Kuruizawa Kei

Hay pocas veces donde creía firmemente en la existencia del destino. Y una de esas pocas veces... había sido el día de hoy...

Quise tomar un poco de aire luego de haberme quedado durante mucho tiempo en mi habitación. Hace tan solo un día había observado como el chico que me gustaba era besado por na compañera de nuestra misma clase. Para mí, esa excusa era suficiente para no querer salir fuera.

Quise ir a separarlos de una forma no tan amable... pero su mirada me alertó de inmediato. Él no me quiso en ese lugar. Su fría mirada podía expresar miles de cosas y a la vez ninguna. Pero igualmente pude entender lo que decía.

"Sal de aquí"

Solo con una mirada suya pude entender esas tres palabras. Y luego de mirarme con esa fiereza tan inquietante, ella sostuvo afectuosamente su rostro profundizando el beso que se estaban dando. Salí de ahí lo más rápido que pude. Caminé con una mezcla muy particular de emociones. Enojo y tristeza.

Sabía que no tenía el derecho de sentirme así, pero para mí mala suerte... lo hice.

Para ocupar mi mente con algo que no sea la imagen de Kiyotaka besando a otra chica, salí con unas amigas a conversar. Pude actuar normalmente con ellas, riendo mientras charlábamos sobre las hazañas que habían tenido con sus respectivas parejas o intereses románticos. Al llegar mi turno de contar lo que le ocurría a mi corazón, solo atiné a decir algo ambiguo como: "Estoy confundida en estos momentos". Pero eso era una mentira. No me cabía duda, yo estaba enamorada de Ayanokouji Kiyotaka.

Pero el idiota que me gusta estaba ocupado con otra chica.

Traté de ocultar o apaciguar el "dolor" que sentía en mi corazón, pero como si fuese una cruel broma del destino, no me podía sacar la imagen tan deprimente que protagonizaba Kiyotaka. Una escena típica en cualquier manga juvenil. Pero lo personajes principales eran el chico que me gustaba y otra chica, la cual obviamente no era yo.

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Cuando decidí salir sola de mi habitación... terminé caminando nuevamente detrás de él. No pude evitar sentirme apenada por el pequeño golpe que había recibido del destino al hacer que nos encontremos de esa forma tan repentina. Pero, debido a lo repentino de nuestro encuentro, no tuve oportunidad para fingir estar cómoda o bien con él... estaba muy confusa en esos momentos...

El destino solía burlarse de las personas de forma cruel. Y ahora se burlaba de mí. De por sí ya era vergonzoso encontrarme con él cara a cara, pero teníamos que chocar de una manera vergonzosa para que al final me tendiera la mano... algo inesperado para mí... me había dejado totalmente indefensa.

Estos sentimientos son peligrosos... y se salían de control cada vez más.

Cuando el paso de Kiyotaka empezaba a hacerse cada vez más lento, intuí que habíamos llegado al lugar donde conversaríamos. Un lugar algo alejado de los dormitorios, y, como una especie de protección extra, supuse que él sabía que los domingos había poca gente que se le ocurriese salir de su habitación. Especialmente si el día anterior habían gozado con todas las ganas su fin de semana. Gracias a ello, no había nadie que pudiese interrumpirnos o espiarnos.

El lugar estaba vacío. Y al observarlo tan vacío recordé las palabras de una de mis tantas amigas.

"Si te declaras en el gran árbol del parque detrás de los dormitorios, ¡Tienes el cien por ciento de probabilidades que te correspondan!"