CAPITULO 8 •Auden•

803 29 0
                                    

Me pasé el resto de días antes de empezar las clases en la habitación sin salir, aunque tampoco fueron muchos, dos, porque sinceramente no quería encontrarme con Erick y su mirada penetrante que me hacía sentir incomodo. Pero como el karma nunca está de mi parte me hallo sentado en frente suya en la cafetería de la universidad porque se me ocurrió preguntar a mi queridísima hermana que donde estaba.

—Osea que tu eres Auden Scott...—La chica del pelo negro, Sam, me estaba mirando cuidadosamente.—No esperábamos menos de ti.

—¿Que?—Pregunto con el ceño fruncido.

Ella me sonríe y me guiña un ojo, pero tampoco lo tengo en cuenta.

—No pensaba que tuviésemos al mismísimo mister Scott junior en chico en esta universidad.—Habla con voz ronca un chico que esta sentado al lado de la peliverde, su novio.

—¿Que coño os pasa a todos con nuestros padre?—Primero Erick, ahora ellos, el próximo que hable de ellos se va a llevar un bueno tatuaje de mis nudillos en la cara.

—Déjalo Auden.—Me pide Emery.

—Crees que conseguirás pasarte la universidad sin conseguir no pegar a alguien o seguirás el curso de tu padre.—Sonríe otra vez el novio de la peliverde, ¿Vanessa me dijo Emery que se llamaba?

—Pues mira tu por donde que justamente se están sorteando puñetazos y tienes todas las papeletas...—Iba a decir su nombre pero me doy cuenta de que no me lo se.

—Jaden.—Murmura él.

—No le hagas caso.—Susurra mi hermana.

Al girar la cara para mirar en otra dirección me topo con los ojos de Erick mirandome, me da una sonrisa de medio lado y yo aparto los ojos, joder que pesado es, no me puedo creer que la primera persona que se haya fijado en mi aquí sea un tío.

—Me voy, tengo cosas que hacer antes de mi próxima hora.—Me levanto del la mesa y cojo mi mochila.—Avisa cuando vayas a venir a la habitación luego Justin, nos vemos.

Mi amigo asiente con la cabeza y me despide.

Salgo rápido de allí al ver la cara que había puesto mi hermana, la estaba dejando sola otra vez.

—¡Eh Auden! ¿no te ibas a apuntar al equipo de futbol?—Grita Erick hasta que llega a mi lado y hace que me pare.

¿Se puede decir ya que esto es acoso?

—De momento estoy bien así gracias.—Le miro y después continuo con mi camino pero el vuelve a ponerse en medio.

—¿Te pasa algo conmigo? Estas raro.—Me pregunta mientras se cruza de brazos.

—No, estoy bien, porqué iba a estar mal.

—Actúas raro y en cuento me ves te vas.—Se encoge de hombros.

—No me conoces como para saber si actúo raro o no Erick.—Cojo aire y me pongo recto.

—Pues...Yo siento como...Si te conociese de hace mucho.—Me mira serio.

Pero que coño me está contando.

—Pues debes ser el único, ahora deja de seguirme porque me haces sentir incomodo y no me apetece hablar con nadie.—Le reprocho y paso chocando mi hombro con el suyo. Y por suerte no me sigue.

Después de dos largos minutos caminando llego a mi habitación, paso de ir a clase hoy, me meto en la cama y cierro los ojos hasta quedarme dormido.

A las dos horas me quedo en la cama pensativo mirando a el techo, no entiendo porque cojones los amigos de Justin tienes que hablar sobre lo que hacen mis padres o lo que dejan de hacer. Me revienta que hablen de cosas que no saben y juzgue sin conocer. Aunque todo esto me lleva a la pelea que tuvieron mamá y papá cuando les dijimos que nos habían aceptado en la WCU, al principio se vieron ilusionados pero esa misma noche Emery y yo les escuchamos discutir en su habitación, mi padre parecía totalmente cabreado. Pero ¿para que nos iban a ocultar cosas? No tiene sentido, no creo que pueda haber pasado nada raro ni catastrófico como para estar así.

Llaman a la puerta sacándome de mi reflexión.

Al abrirla me esperaba a cualquiera menos a la persona que está en frente mío, Vanessa.

—Hey Auden, ¿puedo pasar?—Me sonríe mientras se coloca el pelo verde detrás de la oreja.

—Si no hay mas remedio...—Me hago a un lado y la dejo pasar.

AFTER "After"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora