CAPITULO 19 •Emery•

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El segundo mes de universidad pasa rápido. Noviembre llega cargado de frío y con aire aburrido, creo que no será un mes interesante. Lo único que he hecho estas últimas semanas ha sido ir a clase y quedar con mi hermano, aunque hay veces que me dejaba plantada por irse con Erick... Según lo que tengo entendido no están saliendo, simplemente están liados, se dan besitos, bastantes.

Por suerte he cogido confianza con Jaden y algunas tardes salimos juntos a tomarnos algo y a charlar, no es mala compañía después de todo... Aunque su novia me está cogiendo bastante asco.

—¿Y si vamos mañana a los bolos?—Suelta el peli negro de repente.

—¿A los bolos?—Pregunto mientras le doy un sorbo a mi café.

—¿No te gustan o qué?

—Si, me gustan, solo que no me lo esperaba.—Me explico.

Jaden se encoge de hombros.—No tengo nada mejor que hacer.

—¿Y Vanessa?—Pregunto.

—Últimamente...no estamos muy bien, las cosas se están congelando entre nosotros.

Habla como si le diese igual que él y su novia estuviesen mal, que incluso pudiesen llegar a romper. Eso me da curiosidad.

—¿Eres realmente feliz con ella?—Susurro.

Jaden deja su vaso en la mesa y me mira.

—No lo entenderías.

—¿Y si me lo explicas? Te puedo ayudar a lo que necesites.—Intento apoyarle.

—No te he pedido ayuda Emery, no necesito nada de nadie.

—Tampoco hacía falta ponerse así. Nunca cuentas nada tuyo, solo quiero saber más de ti—Salto.

—Tampoco hace falta que te entrometas en mi vida.—Responde con un tono duro.

—Los amigos se ayudan cuando se necesitan y se conocen entre ellos.

El se ríe como burlándose de mi.—No es de tu incumbencia y tampoco somos tan amigos, conocidos.

Frunzo el ceño, lo que acaba de decirme me ha dejado a cuadros.

—Mira, creo que es mejor que dejemos los bolos para otro día.—Termino mi taza.—O para nunca.

Me levanto del sitio y cojo mi bolso.

—Nos vemos por ahí, Jaden.—Me despido.

Salgo por la puerta esperando a que él me siga y me detenga, pero no lo hace.

[...]

Decido volver a mi cuarto y al recorrer el pasillo veo mi puerta abierta. Mierda, juraría que la había cerrado.

La empujo despacio y entro poco a poco hasta que consigo ver a una persona, una chica concretamente, sentada en la cama opuesta a la mía.

—¿Quién eres?—Pregunto.

Ella alza la vista de su teléfono y me sonríe ampliamente.

—¡Hola!—Se levanta de su cama y me da un abrazo.—Soy Bianca, tu compañera de cuarto.

No sabría como describirla, pelirroja, ojos grandes y  marrones...Tiene un estilo a Harper, la de los magos de Waverly place, si, definitivamente es su gemela perdida.

—Yo soy Emery, encantada.—Le devuelvo algo cohibida el abrazo.

Le ayudo a desempaquetar algunas cosas mientras ella no deja de hablar sobre su vida y como ha llegado unos meses tarde a la universidad porque tuvo que pedir traslado cuando a su padre le dieron un puesto de trabajo aquí, es la persona más parlanchina que he conocido nunca.

—¿Te importa si nos hacemos amigas? Me vendría genial por eso de que he llegado más tarde y todos ya tendrán sus grupos, me presentas a tu amigos y me acomodo fácil.—Me sonríe.

—No se si a lo que tengo les puedo llamar amigos.—Cierro su armario cuando termino de colocar sus zapatos.—Son algo peculiares...

—¿Son raritos?—Frunce el ceño.—No te preocupes por mí, yo también lo soy, mírame.

—Yo creo que eres genial.—Le sonrío.

Ella me sonríe de vuelta.

Sin darnos cuenta la puerta se abre y aparece Jaden. ¿Qué narices hace aquí? Él mira a Bianca y luego a mi.

—No sabía que tenías compañera ya.

—Se pide permiso para entrar.—Me cruzo de brazos.—¿Qué quieres?

—No me dijiste que día vamos a quedar para la bolera.

Abro la boca dispuesta a soltarle varias palabras feas pero la vuelvo a cerrar con una expresión confusa en mi cara.

—Los conocidos no quedan, solo se saludan cuando se ven por los pasillos, y por quedar bien.—Le respondo con desprecio.

—¿Enserio te has enfadado por eso?—Se ríe.

—Eres un idiota, he perdido días de estudio y de adelantar trabajos para quedar contigo, después de contarte casi mi vida entera intento ayudarte y me sueltas que no me incumbe, somos amigos ahora Jaden, lo quieras o no.

Él se ríe.—Yo no te obligué a contarme lo de Alejandro, no me lo has contado y no te pienso presionar para que lo hagas porque sé que es un tema delicado para ti.—Se acerca a mi.—A si que deja de tocar las narices con el tema de Vanessa y con tu obsesión por conocerme más.

Me pongo roja porque se que lo que dice es verdad, no le conte nada sobre mi ex cuando me preguntó por el hace varios días cuando nos tomábamos un café juntos, como casi todas las tardes.

—Pues...—Trago saliva.—No quiero quedar más contigo, así no me entrometo más en tu vida y te dejo tranquilo.

—Genial.—Me sonríe.—Paso a por ti mañana por la tarde y aprovechamos el viernes. Ponte ropa cómoda.

Me guiña un ojo y se sale por la puerta.

Estática en el sitio miro a Bianca que ahora está sentada en la cama con las cejas casi tocando el techo de lo alzadas que las tiene.

—¿Quien era ese?—Susurra.

Me encojo de hombros.—Un...¿amigo?

Ella asiente.—Pensé que era tu novio o tu marido, discutíais como un matrimonio.

Miro a la puerta asimilando lo que acaba de pasar, me manda a freír espárragos para después decidir a que hora viene a buscarme. No le entiendo.



Siento tardar tanto en escribir, no tengo ideas y donde estoy no hay mucha cobertura para subir capitulos🥺

AFTER "After"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora