AFTER "After"

CAPITULO 15 •Emery•

Después de un par de días ignorando a mi hermano me decido a pasar con él un tiempo, pero, me ha rechazado, para irse con Erick. Aquí llega la parte en la yo diría bueno a quien le importa, tengo más amigos, pero la realidad es que no los tengo. Imagínate considerar a Vanessa, Sam y esa peña amigos, ni de coña.

Por eso estoy sola en la cafetería leyendo los apuntes que he tomado de una de mis clases. No sé por qué hoy me ha dado por recogerme el pelo en coleta y juego con ella mientras muerdo un lápiz.

Levanto unos segundos la mirada del papel y justo en frente están Justin y el resto. Si tuviese ganas de compartir mi preciado tiempo con ellos iría y charlaría un rato pero no merece la pena. Recorro el resto de la estancia y veo a Jaden entrando por la puerta. Hoy viene vestido muy original, todo de negro, nótese el sarcasmo. Me pilla mirándole y me guiña un ojo mientras toma asiento al lado de su novia y le da un beso en la mejilla. Hay tíos idiotas y luego está él.

Flashback
"La fiesta está en su mejor momento y yo estoy harta de esperar a que mi hermano y Erick bajen, porque sí, me han dejado sola, como siempre, creo que estoy acostumbrada ya.
Logro hacerme paso entre la multitud y llego hasta la cocina, cojo un vaso, lo lleno de agua del grifo y voy hasta la nevera para ponerme un par de hielos pero alguien los tiene todos en su cara.
—¿Qué haces con eso ahí?—Señalo su cara.
—La que faltaba.—Susurra él.—No te importa.
—Ya, pues necesito un hielo.—Me impaciento.
—Pues creo que esto...—Se aparta la bolsa de hielo envuelta en un trapo de la cara y un moretón con una pinta malísima aparece.—...necesita más hielo que eso.—Señala mi vaso.
Yo abro la boca de sorpresa y al segundo la tapo con mi mano.
—¿Quién te ha hecho eso?—Susurro.
El se ríe sin ganas.
Sin querer alzo mi mano y la paso por el resto de su mejilla sin tocar la zona dañada, realmente tiene mal aspecto.
—Deberías echarte una pomada antiinflamatoria o algo.—Le recomiendo.
—Si, pero ya se la echo yo, bonita.—Vanessa aparece y aparta mi mano de su novio. ¿Pero esta desde cuando está en la fiesta? ¿No se encontraba mal?
La miro extrañada y la ignoro.
—Quédate con el hielo, ya da igual.—Me hago la víctima.
Me voy a girar pero Jaden agarra mi muñeca y me para. Se aparta la bolsa de la cara y saca un hielo para echarlo en mi vaso.
—Toma, tu hielo, ¿algo más quiere la señorita?—Se ríe y me uno a él.
—No, todo genial.—Le doy una sonrisa y me retiro.
Antes de salir de allí oigo a Vanessa gritarle a Jaden.
—¡¿Estabas tonteando con ella en toda mi cara?!
Yo reprimo una sonrisa."

Vuelvo a ignorar lo que pasa a mi alrededor y me centro en mis cosas. Se oye a un grupo de gente levantarse de sus sillas y unos segundos después la puerta abrirse. Me giro para ver quienes se van pero no alcanzo a verles. Al volver a la postura de antes Jaden está sentado en frente mía con una sonrisa cerrada de aire burlesco.

—¿Qué quieres?—Pregunto borde.

—¿Has hablado ya con tu hermano para que me pida disculpas?—Su anterior sonrisa se ensancha dejando ver sus relucientes dientes.

—Jaden, no es culpa de mi hermano que tu novia quisiera besarlo, además, tu fuiste quien le pegó primero.—Rechisto.

—¿Quién te ha dicho eso?

—¿Pensabas que me iba a creer toda la versión que me contaste?—Me río.—Pregunté por ahí.

El asiente varias veces.

—¿Como va esa mejilla?—Intento cortar el momento incómodo de silencio.

—¿Sigues enfadada conmigo por pegarle, verdad?—Él ignora mi pregunta.

—Estoy algo menos enfadada... Podríais haber hablado las cosas.

Él se ríe.—Ponte en mi lugar, si tienes novia y otro chico intenta besarla que harías.

—Pues dejarla, porque no fue mi hermano el la quiso besar, fue ella quién se lanzó Jaden, espabila y date cuenta.—Alzo la voz defendiendo a mi hermano.—Y no quiero hablar más de este tema.

—Sabes qué.—Dice mientras cruza sus brazos encima de la mesa.

—Qué.—Respondo mientras llevo una botella de agua a mi boca para beber.

—Si tu fueses mía y alguien intentase besarte.—Relame sus labios.—No le metería varios puñetazos, la daría una paliza que se acordaría de ella toda su vida porque nadie podría tocarte, solo yo.

Me atraganto con el agua ante la sorpresa y le miro con el ceño fruncido. Seguramente esté roja de la vergüenza.

Él me mira con intensidad.

Sin decir nada cojo mi mochila y me levanto del asiento para salir casi corriendo de allí. Qué narices acaba de pasar. Salgo de la universidad y voy a paso rápido hasta mi residencia. Aún llevo cara de trauma cuando subo al ascensor y una chica que baja me mira mal. Cuando estoy en mi pasillo me paro frente a mi puerta, saco la llave y abro. Al cerrar me apoyo en la puerta y respiro hondo. Espero que me haya dicho eso por poner un ejemplo, ni por millones de euros saldría con él.

Aún empanada por el suceso dejo resbalar mi espalda por la puerta y me siento en el suelo. Mi móvil suena y lo cojo.

—¿Emery?

Mierda, debería haber mirado quién era, es Alex.